EL RÉGIMEN AUTORITARIO EN EL PODER
Los signos de autoritarismo que estamos presenciando desde mayo pasado, cuando se dio el último cambio de administración, son evidentes.
La carencia de legitimidad real del actual Gobierno (solamente el 25 % del universo electoral votó por el actual Presidente), está siendo sustituida por una acción política autárquica y de desprecio absoluto hacia todas aquellas visiones y propuestas de país que difieran de la tesis oficialista del régimen de los hermanos Arias Sánchez, sobre la concepción de desarrollo que merece el pueblo costarricense.
Esa actitud de exclusión de las visiones sociales y políticas que vienen aportando propuestas para un desarrollo con justicia social y con equidad, nos lleva a un escenario de dolorosos y profundos enfrentamientos sociales; específicamente para el caso del TLC, cuyo atropellado, abusivo y antidemocrático procedimiento parlamentario reproduce, minuto a minuto, lo que aconteció hace seis años, cuando se tramitaba el combo ICE, a escondidas del pueblo, en altas horas de la noche y en sesiones de fin de semana.
El autoritarismo que está exhibiendo el régimen de los hermanos Arias Sánchez, está respaldado por el despliegue de una especie de totalitarismo mediático, donde casi todo lo que se conoce como “gran prensa”, está alineada con ese régimen.
Se busca invisibilizar, descalificar, desprestigiar, desacreditar, minimizar, criminalizar, todas aquellas voces y sectores que han tenido la osadía de desafiar el orden neoliberal en proceso de imposición, al generar propuestas para que podamos tener una sociedad con inclusión social, de equidad y solidaridad; buscando mantener así el rasgo distintivo que nos llevó a ser un país diferente, admirado en el mundo por su convivencia civilizada y de oportunidades amplias.
Hoy recordamos que el concepto de soberanía reside únicamente en el Pueblo. Los diputados y las diputadas han recibido esa soberanía transitoriamente.
Si esa soberanía es traicionada, se abre el camino para salir en su legítima defensa.
Nosotros estamos convencidos de que la soberanía ha sido arrebatada por los más egoístas intereses de una oligarquía político-financiera, ávida de negocios a costa del interés público.
Por tanto, creemos que con la acción cívica y pacífica del Referéndum de la Calle, el pueblo debe reclamar la devolución de esa soberanía mancillada.
La sedición a los más nobles postulados de nuestra Constitución Política ya se produjo, cuando esa oligarquía político-financiera empezó a fomentar negocios privados con los servicios públicos; utilizando los resortes de poder a su alcance para propiciar leyes, decretos, reglamentos, directrices y hasta resoluciones judiciales que le incrementaran las posibilidades de lucro privado.
La sedición, la traición a la constitucionalidad, no vino del lado de los sectores sociales y populares.
La subversión la hace esa oligarquía al tramitar el TLC de la forma en que lo está haciendo. Igualito que con el combo ICE.
Hoy, 12 de diciembre de 2006, luego de la forzada, arbitraria y antidemocrática votación del nefasto TLC, muy probablemente los actuales legisladores y legisladoras representantes de esa oligarquía político-financiera, al igual que sus pares de la época del combo ICE, en diciembre de 1999, brindarán con champaña y vino creyendo que habían triunfado sobre el pueblo, por encima de la Constitución.
Los que salimos a manifestarnos en ese momento ante tanto atropello a la institucionalidad y bajo el concepto del Referéndum de la Calle, defendíamos la Constitución Política de las violaciones que estaba sufriendo en el propio parlamento. La mismísima Sala Cuarta así lo dijo.
Por tanto, será en las calles, de nuevo, donde deberemos defender la Constitución. Esta vez, frenando la imposición del meganegocio: el megacombo del TLC.
San José, 12 de diciembre de 2006.
¡¡¡Nos vemos en las calles!!!
Albino Vargas BarrantesANEP
Fabio Chaves CastroASDEICE