Aberración jurídica en nueva ley de delitos informáticos

La Asamblea Legislativa debe corregir, con urgencia, el grave error que ha sido incluir en la nueva “_Ley de Delitos Informáticos_”, una perversa figura denominada “_espionaje político_”; que no es más que una aberración político-jurídica y un atentado fulminante contra un ejercicio transparente de la acción pública en momentos en los cuales, dada la corrupción desenfrenada que nos está desmoralizando como sociedad, tal necesidad de transparencia es vital para la preservación misma de la democracia.

Esa figura del “_espionaje político_” representa, por un lado, un gravísimo ataque a la buena y oportuna acción investigativa de la prensa nacional, cuya acción al respecto ha resultado vital para que la ciudadanía sepa a qué niveles ha llegado la acción de la política tradicional en los planos del tráfico de influencias y de la corrupción misma.

Por otro, tal figura del “_espionaje político_” es un mensaje amenazante e intimidante, contra todas aquellas personas trabajadoras del sector Público que desde sus distintos entornos institucionales de labor, constatan el desarrollo de conductas político-jerárquicas que rozan y lesionan la ética y la transparencia en el ejercicio de la función pública y que deciden denunciar la corrupción en todas sus manifestaciones y modalidades.

De preservarse tal legislación y no derogarse la misma, estaríamos institucionalizando el “_secretismo_” en el manejo cotidiano de las decisiones de la política pública en todos los niveles; algo que nos puede llevar, como sociedad, a una debacle política total de consecuencias insospechadas.

No podemos dejar de pensar que, en el marco de las revelaciones periodísticas sobre la magnitud del escándalo de corrupción suscitado en torno a la construcción de la ya tristemente célebre trocha norte, la ruta 1856; a alguien con poder de decisión se le ocurrió la torpe idea de que imponiendo la mordaza como norma jurídica del sistema institucional, la ciudadanía no tendría porqué enterarse y, por ende, no preocuparse, de tales atrocidades en contra del patrimonio fiscal de toda la sociedad.

Por el contrario, decisiones tan equivocadas como ésta de “_espionaje político_”, indican a qué grado de deterioro se ha llegado en el país como para que el “_secretismo_” tuviera asidero legal.

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