Abolición del Ejército: La verdad imborrable

Saludos Don Rodrigo

Espero que esté muy bien. Leí su comentario de hoy, y más allá del tema nicaragüense, me llama la atención de que una persona como Usted repita el trillado mito de la abolición del ejército.

Algunos datos: luego de la guerra civil, Figueres estableció de mínima un gobierno autoritario, y de máxima una dictadura. El mismo Rodrigo Facio así lo reconocío en las sesiones de la constituyente.

Y es que si bien la justificación del alzamiento en armas había sido las arbitrariedades y abusos de autoridad por una parte, y la anulación de las elecciones para presidencia, una vez en habiendo derrotado al gobierno con las armas, el ejército de Figueres a fuerza de las armas, desconoció la elección de Ulate y cometió iguales o peores abusos que los cometidos en años anteriores por el gobierno.

El punto es que la coalición opositora del gobierno de Picado, era una coalición de reaccionarios y de progresistas, de políticos tradicionales y de gente que quería las cosas distintas, de demócratas y de terroristas, de social demócratas y de oligarcas.

Cuando se gana por las armas, y el grupo de Figueres, armas de por medio se coloca en el gobierno, empieza a desarrollar un programa tremendamente autoritario, con asesinatos políticos, encarcelamientos, cierre del periódico la Tribuna, cierre del congreso, desconocimiento de las elecciones legislativas que nadie había anulado, derogatoria de la Constitución Política que nadie había cuestionado, disolución de las organizaciones sindicales opositoras y persecusión de líderes sindicales, prohibición del partido VP y persecusión de sus líderes, asume parte del poder judicial creando tribunales especiales de carácter político que no soportan el menor análisis jurídico, etc.

Pero también desarrolla medidas de profunda transformación económica que rompen el frágil ligamen con sus antiguos aliados (nacionalización bancaria y expropiación de bancos, impuesto al capital, mantiene impuesto sobre la renta y garantías sociales, etc.).

En ese marco se producen varias cosas:

– Cardonazo dirigido por militares que desarrollaron actividades terroristas auspiciadas por Figueres en los años añteriores y durante el conflicto armado. Estos eran principalmente parte de los alemanes encarcelados y expropiados 8 años antes por Calderón. Figueres se da cuenta de que el Ejército es un problema grave en el marco de la ruptura de esa alianza

– Por el contrario Figueres tenía su mejor aparato militar en la Legión del Caribe, con sus distintos grupos, sobre todo el de Rosendo Arguello

– Somoza lo sabe y lo teme. Conoce el pacto de la legión del caribe y sabe que se intentará derrocarlo desde Costa Rica, por lo que hace creer a Calderón que apoyará una invasión desde ese país, con la única finalidad de que los EEUU presionen a Figueres.

– Los EEUU habían aceptado a Figueres como mal menor frente al calderocomunismo en el marco de la guerra fría, pero sabían que tenían que presionarlo para evitar que avanzara la aventura de la Legión del Caribe, entre otros con gobiernos útiles como el de Somoza, o con los proyectos guatemaltecos que poco después producirían el derrocamiento de Arbenz en Guatemala.

– Para ese efecto EEUU presiona a Figueres cuando la Junta le pide que levante el embargo de armas que le había impuesto a Teodoro y que mantenía. El mensaje, es claro: las armas no pueden fomentar la actividad bélica de Figueres y mucho menos ser usadas para la invasión o golpes en el resto de centroamérica. El mismo día en que el Departamento de Estado le dice esto a Figueres, la Junta abole el ejército y se inicia un proceso de desmovilizaicón del la Legión del Caribe.

– El resultado es el acceso a armas proveídas por los EE.UU que equiparon la naciente policía nacional mucho más de lo que el escuálido ejército de Costa Rica jamás había estado.

En definitiva, Figueres abolió el ejército para conseguir más armas y equiparse frente a las agresiones del exterior de Calderón.

Además abolió el ejército porque esto le permitió desmovilizar a los militares que habían cometido asesinatos, abusos de autoridad, actos terroristas, etc., y que eran aliados a grupos ex-aliados de Figueres. Grupos que no tolerarían el desarrollo del plan social demócrata.

Así que lejos de la historia cándida del bueno corazón de Figueres y el acto pacifista de abolición del ejército, al menos en aquel momento, la abolición fue parte de una estrategia bélica de defensa.

Por supuesto, de todo lo anterior hay pruebas con los documentos desclasificados de EEUU, y con las actas de la junta.

Creo don Rodrigo, que es hora que dejemos de repetir estereotipos y reconozcamos las virtudes pero también las miserias de nuestros próceres.

Saludos,

Mauricio Castro Méndez

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El artículito en mención

Nuestros vecinos y la abolición del Ejército

Deberíamosseriamente pensar en una reserva de la Fuerza Pública

Rodrigo Cabezas Médico 09:03 a.m. 07/12/2010

Con orgullo celebramos que hace 62 años en un acto sin precedentes nuestro país aboliera el Ejército. Se fundamentó esa decisión en que un gobierno democrático no necesita un ejército para su control interno; si fuera agredido por otro país del continente, existe un mecanismo entonces llamado Tratado de Río y hoy TIAR, en el cual los países signatarios se comprometen a defender al país agredido.

Ese concepto ya se probó en 1955 cuando un grupo de costarricenses, apoyado por el Ejército de Nicaragua, invadió Costa Rica por la frontera norte, con el fin de derrocar al gobierno constitucional de don José Figueres Ferrer.

Como un muy joven voluntario de la Cruz Roja destacado en La Cruz, Guanacaste, pude ver tanquetas de ese ejército abandonadas allí. Los guardias civiles rápidamente fueron a defender la soberanía, en días se formó un ejército de voluntarios, países amigos nos defendieron y en semanas terminó el conflicto, no obstante que hubo muertos y heridos.

Para que esta filosofía funcione, se supone un mínimo de decencia de los Gobiernos vecinos. Tristemente, hoy vemos que esa decencia no existe. Por esta razón, deberíamos reevaluar nuestra dependencia en la defensa de otros.

Tal vez deberíamos seriamente pensar en una reserva de la Fuerza Pública, compuesta por civiles con entrenamiento militar, con equipo bélico adecuado guardado por la Fuerza Pública y cada uno de ellos en sus casas, con entrenamiento periódico para estar capacitado para disuadir aventuras de los cobardes que pudieran gobernar países vecinos. Otros han probado este esquema con éxito, como Suiza.

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