“Trabajo”. Es un espacio disponible para que las compañeras y los compañeros dirigentes de ANEP, de todos los niveles de la estructura orgánica de la agrupación, expresen su palabra sobre temas que tienen que ver con sus vidas laborales y sus atribuciones ciudadanas; incluyendo, por supuesto, todo lo que tenga que ver con el tema sindical.
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Cual “santa y última palabra”, no queda más camino que aceptar lo que el poder en gobierno dice que hay hacer.
Cabe recordar la frase de Oscar Arias: “…es más fácil cambiar los diez mandamientos que el TLC…”, sentencia propia de quien no tiene más fe que la del comercio.
Pero no, no todo está dicho aún. No hay por que aceptar como verdad absoluta las palabras de quienes por muchos años han utilizado el engaño, la mentira y la estafa con promesas incumplidas.
No son diferentes quienes gobiernan hoy de quienes se encuentran en libertad condicional acusados de delitos contra el pueblo costarricense. Son los mismos, es el mismo “poder económico”, los mismos que han gobernado desde siempre, son los mismos que incurrieron en actos de corrupción que los y las costarricenses condenaron y los mismos que han degradado el proceso electoral dando lugar al creciente abstencionismo en las elecciones nacionales.
Antecedentes del referéndum
Tres hechos dieron forma a la situación que vive hoy Costa Rica y que convergen para llevar el país al borde de su desaparición como República libre e independiente y del Estado Social de Derecho.
– En primer lugar, la interpretación antojadiza de la y los magistrados de la Sala IV para lograr que el candidato del “poder económico”, Oscar Arias, se reeligiera como Presidente de Costa Rica, violentando arbitrariamente la Constitución Política, cicatriz imborrable en la historia patria.
– En segundo lugar, el dudoso proceso electoral que entregó la presidencia de la República al actual ocupante de ese cargo, comprometiendo el prestigio y la independencia de una de las instituciones fundamentales del Estado de Derecho que tanto pregonan defender, el TSE.
– Por último, la desaparición total y absoluta del Primer Poder de la República, el Legislativo, absorbido por el “poder económico” representado por los hermanos Arias en el Poder Ejecutivo y que ha provocado la pérdida de toma decisión independiente.
El referéndum sobre el TLC dejó claro que cualquier tipo de poder ciudadano de decisión es objeto de manipulación total. Desde el papel que jugó el Tribunal Supremo de Elecciones, TSE, permitiendo el financiamiento indiscriminado del proceso a favor del Sí, por parte de empresas farmacéuticas (con intereses económicos en el TLC); el Gobierno de Estados Unidos por medio de la AID y empresarios locales con intereses comerciales; hasta la intromisión política y económica del embajador estadounidense, en el primer caso y de empresarios centroamericanos y mexicanos, en el segundo.
La desigualdad material, económica y de medios, permitida por el TSE, no deja lugar a dudas de que ese “poder” dejó de existir y sus magistrados sólo_ “cumplieron órdenes”_ y no quisieron defender la institucionalidad democrática.
La ciudadanía que se opuso al TLC nunca tuvo los medios económicos para contrarrestar la campaña del Si, ni el acceso a los medios de comunicación para hacer llegar su mensaje al pueblo costarricense, esto debido a que el TSE nunca reguló en este ni en otros importantes temas.
El TSE dejó de cumplir su papel y respaldó la arbitrariedad del Grupo Nación S.A., Repretel (empresa mexicana), Teletica, que editorializaban a favor del Si y descalificaban las posiciones del NO y sus interlocutores.
El Memorándum que Kevin Casas (vicepresidente de la República) y Fernando Sánchez, (diputado de Liberación Nacional y primo de Oscar Arias Sánchez) redactaron para el Presidente de Costa Rica y su hermano, fue un acto de sedición contra la Patria, contra la democracia y contra el pueblo costarricense; que ameritaba la renuncia inmediata de los autores intelectuales, de los hermanos Arias y de los diputados y diputadas que los encubrieron y respaldaron.
Se debió abrir un proceso judicial y un juicio por delitos contra la Patria. Pero nada pasó, los poderes Legislativo y Judicial nunca tuvieron la independencia para actuar como lo exigían las circunstancias, se “sacrificó” a Kevin Casas cual chivo expiatorio, obligándole a renunciar a sus cargos pero nada pasó con el sobrino de Arias ni con sus tíos gobernantes.
Las mentiras reiteradas
No conformes con el “frauduréndum”, siguieron adelante para arrasar con todo. Para eso llegaron al gobierno, para hacer “mesa gallega” con las instituciones, los recursos naturales y los bienes patrimoniales de las y de los costarricenses.
La Agenda de Implementación va más allá del TLC y responde a sus ambiciones depredadoras. Lo quieren todo y para ello meten mano en los proyectos de la Agenda e introducen sus propios negocios, para facilitarles las cosas que no pudieron realizar los gobiernos anteriores del PLUSC.
Aprueban el inconstitucional 48 bis en el reglamento legislativo con el fin de aprobar los proyectos sin mayor discusión y para que nadie se de cuenta de sus modificaciones, amparados, según ellos, en los resultados numéricos del referéndum.
Un ejemplo de esa misma maniobra fue la que intentaron hacer en el Congreso de los Estados Unidos, pero no les pasó por la fuerte oposición y manifestaciones del pueblo norteamericano; aunque al final, según denunció The New York Times, se sobornó con millones de dólares a algunos congresistas para que aprobaran el TLC; cuando algunos congresistas que se oponían ya no se encontraban en el recinto, a la hora de la votación, a altas horas de la noche.
¿Y quiénes están detrás de todo esto?
El “régimen de los Arias” tiene estrechos lazos de amistad y financieros con empresarios centroamericanos y mexicanos que han hecho su fortuna a fuerza de sangre, muerte y privatizaciones según sea el caso.
El segundo hombre más rico del mundo, el mexicano Carlos Slim, se adueño de las telecomunicaciones de América Latina, ya inscribió en el Registro Mercantil sus marcas y solo espera que sus representantes “costarricenses” le digan que el TLC y la Agenda de Implementación ya están aprobadas para entrar a “competir con el ICE”. O sea, uno de los hombres más ricos del mundo compitiendo con el ICE. No es difícil imaginar quien va a ganar si en nuestro propio país, quienes deben velar por los intereses nacionales desde el gobierno, también tienen intereses comerciales con la privatización de esta institución.
Ese “poder económico” financió la campaña electoral de Oscar Arias, ellos pusieron la plata para llevarlo a la Presidencia de Costa Rica, único país en el cual no tenían inversiones en seguros, telecomunicaciones, electricidad, etc.
Esto no es casualidad. No son “aportes” desinteresados que se hacen para que “alguien” llegue a la Presidencia de un país que no es el de los “inversionistas”. Existe un compromiso de Oscar Arias con ese “poder económico” para “abrir”, que es lo mismo que privatizar, los seguros y las telecomunicaciones de Costa Rica.
Deben lograrlo cueste lo que cueste y de la manera más rápida posible, ya que han invertido mucho en propaganda y pago de servicios a empresas y bufetes costarricenses para que les instalen sus negocios aquí. Por eso la prisa, y por eso también las amenazas de “irse a otro país” de algunas empresas textileras, cuyos dueños se han beneficiado siempre con fondos públicos.
Ejemplo del Combo ICE 2000
No todo está dicho aún, no es cierto que ya no haya nada que hacer, no es cierto que ya todo esté aprobado, no es cierto que Costa Rica se queda sola si no hay TLC, no es cierto que éste sea un pueblo domesticado, egoísta, individualista e insensible. No es cierto que exista la amenaza “comunista” como tampoco sea cierto que solo existe el libre comercio, Todo forma parte de una campaña que pareciera elaborada por Goebels, el propagandista de Hitler, “miente, miente, miente que algo quedará”, ese era su lema.
El pueblo costarricense demostró en el año 2000 de lo que es capaz por la defensa de sus instituciones.
Un Presidente que en ese año juró que privatizar el ICE era lo mejor del mundo, está hoy en libertad condicional. Los diputados que conforman el G-38, los mismos de siempre, aprobaron el Combo ICE y el pueblo costarricense les hizo dar marcha atrás. ¿Se acabó el ICE?, ¿Se paralizaron las telecomunicaciones?, No, por supuesto que no, solo no avanzó como se era necesario debido a las trabas impuestas al ICE por parte de los mismos que quieren que se privatice.
¿Quién nombra al presidente ejecutivo del ICE?, el Presidente de turno. Lo mismo sucedió con el Banco Anglo, con la CCSS, con ALCATEL, con Aviación Civil, con Migración, con Riteve, con el aeropuerto Juan Santamaría, con concesiones para reparar y construir las carreteras, con el desmantelamiento del MAG, el CNP, etc.
Estamos ante “los mismos de siempre”, los que mienten y engañan al pueblo costarricense desde siempre.
Ahora resulta que para Arias Limón es muy importante. Claro que le importan los muelles, los hoteles de lujo solo para extranjeros, las playas privadas, la exploración petrolera prometida a la República Popular de China. Si que le interesa Limón, pero no su pueblo, como lo demostró en 1986 cuando reprimió a los muelleros, como han reprimido a los trabajadores bananeros, a los indígenas.
Aun estamos a tiempo
Aún es posible detener el pasaje al abismo por el que transitan los pueblos centroamericanos y el tortuoso camino argentino que llevó a la gente de uno de los países más ricos del continente a buscar comida en los basureros, gracias a la privatización. No es sino hasta muy recientemente que el pueblo argentino inició la recuperación de su aparato productivo y sus ferrocarriles para ponerlos al servicio de su propio desarrollo y no de las grandes transnacionales.
Cuando hay caídas tan violentas, los grandes empresarios, los presidentes, las transnacionales, huyen en sus aviones privados a otros países. Se quedan en su miseria los pueblos y los costarricenses no queremos eso.
Aún es posible detener el curso al abismo. Costa Rica está a tiempo, pero tiene que ser el pueblo costarricense el que decida detener esa tragedia.
Los proyectos aún deben pasar por un largo camino y hay tiempo para forzar a quienes tienen el poder absoluto. Es posible desviar la caída en las aguas del cálculo egoísta del “dios comercio”, que ha hecho de la dignidad humana un simple valor de cambio, que ha sustituido las libertades constitucionales por la única y desalmada libertad de comercio, que ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal.
El efecto “fraudurendum” pasó. Pero la lucha por una Costa Rica independiente, libre, soberana, inclusiva y solidaria nunca acaba, menos ahora.
Abrir el cauce a la iniciativa ciudadana y construir poder local
Los Comités Patrióticos surgieron espontáneamente. En barrios, caseríos, pueblos grandes y chicos, no importaba si habían cinco, diez o cien personas interesadas, el Comité Patriótico nacía, se organizaba crecía y se fortalecía por la iniciativa y el interés de miles de miles de ciudadanos y ciudadanas cansadas del engaño y la mentira de “los mismos de siempre”.
Esos Comités Patrióticos que no se dejaron engañar por politiqueros de siempre, por los medios manipuladores y mentirosos, se fortaleció y logró que casi el 50% votara contra el TLC en el “frauduréndum”.
Esa iniciativa debe cultivarse y debe crecer aún más para que sea capaz de elegir en las municipalidades, en las alcaldías, a verdaderos representantes de sus intereses locales y no a siervos del poder político económico de turno. El desarrollo de una localidad depende de la clase de munícipes y alcaldes que elijamos.
El poder local, junto a la ciudadanía organizada, es capaz de defender sus riquezas naturales, fomentar su desarrollo y generar la producción, el empleo, la vivienda y la calidad de vida que todos merecen.
Muchas comunidades organizadas pueden conformar un poder social capaz de derrotar la corrupción, el engaño, la mentira, el fraude que cada cuatro años pretenden instaurar como norma.
Eso se acaba cuando el pueblo organizado, y haciendo uso del poder democrático, ejerce su derecho a elegir y exigir resultados a quienes son electos. Muchas muestras de ejemplos de municipios desastrosos como el de Tibás y de municipios activos y progresistas hay en Costa Rica, debemos ejercer ese derecho de elección y votar solo por aquellos que sabemos responderán a su comunidad.
Para el proceso electoral del 2010 hay que trabajar por una coalición diferente que le dispute al partido de los Arias y al casi extinto PUSC (que pretende llevar a la presidencia a un expresidente que se encuentra en libertad condicional) la presidencia y la mayoría en el congreso, los municipios y las alcaldías.
Hay que trabajar arduamente para que no ocurra lo que en otras oportunidades, que las fuerzas políticas progresistas y de izquierda se fraccionan en “decenas de partiditos minúsculos” sin opción alguna de cambiar la correlación de fuerzas, favoreciendo que ganen “los mismos de siempre”.
Es necesario que se fortalezcan los partidos locales para que luchen por los municipios y las alcaldías, pero llevando una sola opción electoral en el ámbito nacional. Un nuevo Gobierno, un nuevo Congreso, nuevos municipios, nuevas alcaldías…una nueva Costa Rica es posible.
Lo esencial es desarrollar la organización comunitaria y prepararse para construir un poder ciudadano capaz de cambiar las cosas. Una ciudadanía organizada con el poder para llevar a Casa Presidencial una opción que garantice un gobierno para todas y todos. Está en la convicción y la decisión de este pueblo, lograr los cambios que toda la América reclama desde hace 500 años. El continente que soñaron Bolivar, Sandino, Martí y la patria soberana por la que luchó Juanito Mora, junto a tantos otros hombres y mujeres que entregaron su vida por los más nobles ideales de igualdad, paz y justicia.
La última palabra, al final de cuentas, la tienen los pueblos.