10/26/2007
Este primer encuentro entre las delegaciones europeas y centroamericanas ha sido calificado como de “reconocimiento e intercambio de información”. No obstante, las declaraciones de Joao Aguiar Machado, director adjunto de Relaciones Exteriores de la Unión Europea y de los negociadores de la región han dejado en claro varios aspectos sobre los que había interrogantes.
Primero, que el acuerdo incluirá tres componentes que deben avanzar simultáneamente: lo político, referido esencialmente a la integración regional; lo comercial, que en principio no excluye ningún producto ni servicio, y la agenda de cooperación, que se orientará a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones marginales y de menores ingresos. Segundo, que el tema de los subsidios a la producción no será objeto de discusión durante la negociación. Tercero, que la formalización de la unión aduanera centroamericana no es un requisito indispensable para el progreso de las conversaciones.
Los negociadores centroamericanos han pedido a los europeos que no traten a la región como iguales y tomen en cuenta las diferencias en cuanto a desarrollo, población, mercado y tamaño de las economías, es decir, que haya una consideración especial de las asimetrías prevalecientes. En la jerga del comercio internacional, que nos concedan un trato especial y diferenciado.
La negociación con Europa, si bien incorpora aspectos positivos en relación con la del TLC con Estados Unidos, no será fácil. El énfasis en el diálogo político y el fortalecimiento de la integración centroamericana, así como la asignación de fondos de cooperación para aliviar la pobreza y contribuir a una mayor cohesión social son dimensiones que estuvieron ausentes del acuerdo comercial con Estados Unidos pero que pueden resultar controversiales.
Uno de esos aspectos polémicos que se prevén para Costa Rica es el relacionado con la incorporación a instituciones de integración como el Parlacen y la Corte Centroamericana de Justicia. El Gobierno costarricense ha sido enfático al señalar que no se unirá a ninguna de las dos entidades comunitarias.
En lo concerniente al comercio de bienes y servicios, algunos productos sensibles que estarán en discusión son el banano, los lácteos y el azúcar. El primero porque ha sido tema de polémica desde hace varios años en cuanto al nivel de arancelización, el segundo porque ya no hay sobreproducción de leche en Europa, y el tercero porque es un bien para el cual no existe libre comercio en los mercados internacionales.
Sobre los mecanismos de reducción tarifaria se busca aplicar el sistema virtual, donde el arancel más alto que se cobre en Centroamérica para cualquier producto marcaría el punto a partir del cual se inicia la desgravación. Eso permitirá un periodo de gracia más amplio para los países que tengan tributos más bajos.
Un aspecto que merece especial atención en esta negociación con la Unión Europea tiene que ver con la transparencia y la participación de las organizaciones políticas y de la sociedad civil, la cual debe ser lo más amplia posible a fin de tomar en cuenta los diversos intereses y aportes que puedan hacer estos grupos durante las rondas y evitar las marginaciones criticadas en el TLC con Estados Unidos.