El pueblo de Sardinal detiene nuevamente le avance de las obras.
Habían sido detenidas gracias a un recurso de amparo presentado por diversas organizaciones de la zona, el cual fue acogido por la sala IV.
Sin embargo el resultado que emitió la sala resulta ambiguo en tanto obvia explicitar la detención de las obras. Aún cuando están claras las irregularidades del proceso, la concesión de permisos, los acuerdos establecidos por los desarrollistas, además de la ampliamente cuestionada viabilidad del proyecto.
Así que el pueblo decidió no esperar más. Ayer salieron muchas de sus mujeres y de sus hombres, sus jóvenes y viejos.
Cerca de las 11 de la mañana estábamos deteniendo las obras. Nos plantamos frente a la enorme maquinaria que habría las entrañas del asfalto para continuar colocando los tubos de su cañería.
Los trabajadores de la empresa, rápidamente bajan de sus máquinas y se apartan. Protegen las herramientas de la empresa. Se orillan al camino.
Las retroexcavadoras se marchan. Algunos de los hombres se pusieron frente a ellas para detenerlas. Pero no hubo que hacer mayor despliegue de fuerza. Los obreros se retiran y con ellos la maquinaria pesada.
Detuvimos las obras!. Momentáneamente, pero lo hicimos!, y vamos pa lante.
Nos vamos acomodando a los lados del camino, prendemos una fogata dentro del hueco de la alcantarilla. Repartimos información a los vehículos que pasaban. Cuando ya son cerca de la una de la tarde. Tenemos hambre y sed. Llegan los refuerzos!.
No faltó el arrocito con algo. Alguien lo mandó.
Muchos estábamos comiendo, los que faltaban, aún estaban haciendo fila.
Entonces irrumpieron cerca de 10 policías militarizados, con sus chalecos y sus garrotes. Se llevaron a dos compañeros. Los tomaron a la fuerza. Mientras todos mirábamos e íbamos reaccionando como en cámara lenta.
Cuando vimos que se los llevaban, volamos los platos y las ollas y corrimos detrás. “Porqué se los llevan”, gritábamos todos y todas.
Mientras se los llevaban, los iban golpeando. Muchos otros policías con sus macanas caminaban hacia nosotros y nos empezaban a golpear.
Fue inútil. No pudimos liberar a nuestros compañeros. Incluso tomaron presos a dos más durante el caos.
Pero nosotros seguimos caminando hacia delante. Ellos empezaron a retroceder. Volaron las piedras. Los palos. Exigíamos que liberaran a nuestros compañeros.
La policía reculó. Se llevaron a cinco compañeros. Una de las patrullas quedó destrozada.
Ellos llamaron “refuerzos antimotines”. Nosotros decidimos bloquear la carretera hasta que no nos devolvieran a los compañeros.
Era cada vez más policía militarizada. Los teníamos por detrás y por delante. Nosotros éramos aproximadamente 50.
Apareció el Padre Ronal Vargas apoyando la resistencia. Se llamó al encargado de la Defensoria de los Habitantes.
No nos vamos sin los compañeros, dijimos.
El jefe de la operación represiva nos manda a decir que es imposible soltar a los compañeros. Puesto que había una orden de aprehensión extendida por la fiscalía.
Los abogados de MECO habían solicitado a la fiscalía acciones contra quienes habían atacado su maquinaria.
Puras falsedades!. La maquinaria no fue atacada, ni sufrió ningún daño. Entre los compañeros que fueron tomados presos había quienes ni estuvieron cerca de la maquinaria.
Fue a todas vistas un acto de abuso de poder, de prepotencia y provocación.
Mientras el Defensor llevaba y traía. Los antimotines seguían llegando. Ellos controlaban el paso de la gente.
Quedan dos caminos, deponen el bloqueo por las buenas o les van los antimotines, manda a decir la policía. A los compañeros los tienen detenidos en Filadelfia y debían ser procesados por la fiscalía.
Todo era confusión. Nos tenían acorralados. Eran como el doble de nosotros. Primero los hombres y poco a poco las mujeres fueron aceptando la idea de desbloquear el camino y quedarnos nuevamente al lado. Para regresar mañana a primera hora. Y regresar todas las veces que sea necesario. Para hoy, seguro habrá mucha mas policía militarizada. Y espero que se sume más gente de todos lados.
Los compañeros que aún están presos son:
Maikol y Jonatan Hidalgo Sánchez, Ricardo Gutiérrez, Adolfo Méndez, Luis Gabriel Lios.
Peggy Quesada Chamorro
Comité Patriótico de Liberia
Pastoral Social