AyA: ANEP denuncia inoperancia institucional ante graves condiciones socioambientales que sufre el personal del Fondo de Ahorro, Retiro y Garantías (FARG)

San José, 31 de marzo de 2008.
S.G. 07-09-0400-08

Licenciado
Ricardo Sancho Chavarría
Presidente Ejecutivo

MBA.
Heibel Rodríguez Araya
Gerente General

Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (A y A)
Sus despachos

Estimados señores:

Como siempre, es para la ANEP un honor expresarles un respetuoso y atento saludo.

Varias estimables personas trabajadoras de la institución que ustedes dignamente dirigen, destacadas en el Fondo de Ahorra, Retiro y Garantía (FARG), se han acercado a nuestra organización, con base en las sobradas potestades legales que les asisten en cuanto a propiciar gestiones para el mejoramiento de sus propias condiciones sociolaborales; a fin de que a través nuestro (por no existir las condiciones actuales para formularlo de manera directa), solicitemos la necesaria, conveniente y oportuna intervención de los despachos a su digno cargo, que permita la extroversión de varios elementos que pudieran estarse conjuntando, o conjuntados ya, para un enrarecimiento del adverso ambiente laboral en una entidad de tanta valía social para el personal de A y A, como lo es el FARG.

Con base en tal petición y de manera directa (además, según nos lo ordena el sistema jurídico que tutela la actividad sindical dentro de nuestro Estado de Derecho), procedimos a realizar gestiones para determinar cuánta realidad podría anidar en las sanas preocupaciones que nos fueron transmitidas por esas personas trabajadoras del FARG, en conversaciones, contactos y visita a las propias instalaciones.

En primer término y para nuestra sorpresa, considerando la relevancia del tipo de servicio que brinda el FARG, las condiciones físico-espaciales y ambientales en que labora su personal, desde cualquier perspectiva que se mire, son contraproducentes no solamente para brindar unas condiciones óptimas exigidas por un servicio de alta calidad; sino que desde el punto de vista de la salud laboral del personal, hay ya riesgos en desarrollo y peligro inminente sobre las vidas de estas personas en casos de emergencia, como un incendio por ejemplo.

Además, otro ejemplo de deterioro del ambiente ocupacional lo representa las extenuantes altas temperaturas que acumula el espacio físico, teniendo entendido que solamente la oficina de la jerarca máxima es la que tiene aire acondicionado, mientras que para el resto del personal solo hay unos ventiladores vetustos e insuficientes. Por otra parte, del alto riesgo de siniestralidad laboral que sufre el personal del FARG, hay ya documentación oficial de A y A al respecto que, por tanto, no eximirá de responsabilidades de todo tipo, incluyendo penales, a las autoridades institucionales competentes de las respectivas intervenciones, en caso de que, desafortunadamente (y ojalá que nunca ocurra), un percance pueda generar consecuencias que muchos lamentaríamos.

Adjuntamos a la presente, un juego documental de 22 folios que registra la problemática apuntada, los diversos abordajes y lo más importante, el Informe de Inspección Técnica “Fondo de Ahorro-Rostipollos”, suscrito por el Área de Salud Ocupacional de la Dirección de Recursos Humanos de A y A

Entendiendo la relevancia de las tareas que ejecutan tanto la Gerencia General como la Presidencia Ejecutiva de la institución, es que pensamos que no se ha reparado, como se debe en el asunto que venimos comentando pero de igual relevancia. Es nuestro respetuoso criterio que su abordaje por las máximas jerarquías ejecutivas de A y A no puede seguirse postergando más, a no ser que ignoremos la existencia de una planificación para entrarle al problema del FARG de una manera estructural.

En todo caso y con el respeto de siempre, estamos solicitando a sus distinguidas autoridades el debido derecho de respuesta que nos garantiza el artículo 27 Constitucional y el 32 de la Ley de Jurisdicción Constitucional, para saber la posición oficial de A y A ante nuestro planteamiento oficial sobre el tema de las condiciones físico-estructurales y de salud ocupacional que enfrente al esforzado y abnegado personal del FARG, sobre el cual pareciera existir una estigmatización negativa dentro del imaginario colectivo de la cultura institucional, algo incomprensiblemente injusto y rechazable desde cualquier punto de vista.

Por nuestra parte y el tomar nota de que, efectivamente, está técnicamente demostrado la alta posibilidad de una siniestralidad laboral de impacto fuerte en el espacio sociolaboral del FARG-A y A, pensamos que en aras de la responsabilidad que nos compete, jurídica y éticamente hablando, debe la ANEP proceder en consecuencia y no solamente a través de la gestión que por esta vía estamos desarrollando sino que, debemos pedir la intervención del Instituto Nacional de Seguros (INS) para que, también desde su ámbito de política pública, en lo pertinente proceda.

Un segundo orden de la problemática en desarrollo en el seno del FARG, tiene que ver con la calidad de las relaciones que se están dando entre la máxima autoridad jerárquica y el personal subalterno, al menos, buena parte de él. ANEP detectó un ambiente tenso, no solamente por la situación que arriba hemos puntualizado; sino que, pareciera estarse manifestando una cierta división en el colectivo laboral, a partir del carácter de las relaciones que se establecen desde el sitial de la autoridad, haciéndose evidente, al parecer. manifestaciones subjetivas sobre diversas gradaciones de empatías. En buena parte del personal no hemos encontrado una identificación plena con la autoridad establecida más allá de la que se deriva de un orden jerárquico según el establecimiento institucional, lo que hace suponer que hay carencias para el desarrollo simétrico del ejercicio de la autoridad, y aunque no parecieran haber discriminaciones “planificadas”, sí se actúan en la cotidianidad.

Es más, lo que la ciencia moderna sobre el estudio del desarrollo del Derecho de Trabajo en nuestra sociedad de hoy, ha determinado como “mobbing” (acoso, hostigamiento o maltrato psicológico), tiene manifestaciones evidentes en varios casos que, en la confidencialidad de las entrevistas que efectuamos, nos fueron dados a conocer. Es más, la misma circunstancia del “anonimato” para expresar las manifestaciones de “mobbing” que detectamos, es ya un elemento que podría dar la pauta del desarrollo de una sintomatología de deterioro del clima laboral institucional.

Llama poderosamente la atención la circunstancia, sujeta a comprobación, que las condiciones salariales profesionales podrían ser unas más favorables que otras en personal con igualdad de condiciones para desempeñarse en ese campo profesional; o bien, cómo se mide la asignación de horas extras, ó por el contrario, si hay demanda de ellas, si efectivamente se están pagando, como por ley corresponde.

Estimamos necesario que, con urgencia, se haga la intervención que proceda en el ámbito de una investigación sobre clima organizacional para, ya sea que nuestras percepciones sean confirmadas; ó por el contrario, catalogadas como exageradas o no del todo atinadas; no obstante, lo que sí ya es real es que hay un malestar latente que no se expresa por cuanto las condiciones que ofrece la jerarquía actual, no posibilitan una verbalización positiva de ese malestar, pues la sensación de miedo y de caer en una desgracia mayor está pesando en estos momentos en un sector de la población laboral del FARG.

De manera que, reiteramos a vuestras ilustres autoridades hacer un apartado en sus apretadas agendas para considerar la situación que vive el FARG en este momento.

Es nuestra sensación que estamos hablando de un personal altamente comprometido, que trabaja con abnegación y con sincera vocación de servicio, poco gratificado pero que, pudiera incrementar su ya característico nivel de eficiencia y eficacia si se entra a aportar para la corrección estructural de la serie de elementos que han venido enrareciendo la atmósfera institucional, en los dos ámbitos que acabamos de exponer.

Realmente esperamos la más oportuna intervención al respecto.

Les reiteramos el mayor respeto y consideración de nuestra parte.

Albino Vargas Barrantes
Secretario General

Gerardo Cascante Amador
Responsable ANEP-A y A

C.c. Lic. Max Gutiérrez López, Director de Recursos Humanos, A y A.
C.c. MBA. Francisco González Chavarría, Responsable de Salud Ocupacional.
Lic. Marlene Rodríguez Barrantes, Directora FARG.
C.c. Personal Fondo de Ahorro, Retiro y Garantía
C.c. Junta Directiva Seccional Nacional ANEP-A y A.
C.c. Junta Directiva Nacional de ANEP.
C.c. Archivo.

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