Como no somos expertos en el tema y apenas mostramos interés inicial al respecto, desconocemos si ahora, en verdad, es realmente esperanzador el denominado Acuerdo de París, para entrar en un proceso de total transparencia y constatable compromiso de que hemos llegado al punto de partida para que se dé el límite imprescindible a las emisiones de carbono y el asunto de los gases efecto invernadero (GEI), para impedir nuevos incrementos en la temperatura de nuestro amado planeta.
La prensa afín a la matriz mediática global reinante en el mundo de las comunicaciones planetarias, nos está transmitiendo que los resultados de la cumbre mundial COP21 (que es la abreviatura en idioma inglés para denominar lo que ha sido la vigésimo primera Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático), han sido esperanzadores y positivos. Recordamos que la primera de estas gigantes reunimos internacionales sobre el tema del cambio climático, ocurrió en el año 1992 y en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil.
Diversas fuentes consultadas nos indicaron que la temperatura en el planeta subió un grado centígrado, 1ºC, desde el año 1850 (Revolución Industrial) a la fecha. Según los entendidos, otro grado más de incremento pondrá al planeta en un calentamiento global sumamente peligroso.
Los gases efecto invernadero (GEI), tienen en el dióxido de carbono (CO2), uno de sus principales componentes mortales para todas las formas de vida si no se controla. Desde la Revolución Industrial los niveles de CO2 en la atmósfera han subido en un 30%. Siguen indicándonos las fuentes que consultamos que el calentamiento global es culpable de que la cantidad de hielo en el Ártico ha retrocedido en un 4%. He aquí este otro dato: 9 de 10 de los años más cálidos registrados han ocurrido desde el año 2000. Para muchos científicos, será realmente demoledor el impacto que tendrá en el clima el hecho de que la media de la temperatura de la Tierra supere los 2ºC, a la temperatura que había en los tiempos previos a la industrialización (1050).
Los primeros datos a nuestra disposición hablan de que, en esencia, el compromiso central de la COP21 es evitar que la temperatura del planeta suba por encima de esa fatídica cifra de los 2ºC; y que, por tanto, los Acuerdos de París garanticen que, si no puede ser evitable del todo, al menos hagan que el calentamiento global medido desde la época de la Revolución Industrial no supere los 1,5ºC. En Costa Rica diríamos “del ahogado, el sombrero”.
El nuevo pacto global que han suscrito 195 naciones del planeta empezará a regir a partir del año 2020 y ese es como el punto de partido de la desvinculación de las políticas productivas de todos los países de las emisiones de carbono, ¡por completo!
En este mismo espacio, la semana pasada (el miércoles 8 de diciembre de 2015), hablamos por primera vez de la relación entre el cambio climático y los sindicatos. Luego de que ha terminado la COP 21, más preocupación nos queda de que las organizaciones de la clase trabajadora costarricense y en todas sus denominaciones, deben insertarse activamente en el asunto. Al menos y desde los ámbitos del sindicalismo en el cual creemos y en cuyo seno militamos, va a tener que hacerlo con mucha decisión.
Costa Rica tendrá que intensificar sus compromisos y sus políticas públicas para realmente “descarbonizarnos” como sociedad, dándole espacio fuerte a las energías renovables y limpias.
En nuestro criterio, el papel de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE), va a ser crucial y, por tanto, se necesita adaptar su marco legal para permitirle jugar un papel estratégico al respecto en las circunstancias que se ven venir; circunstancias que a juicio del señor director de la prestigiosa organización ecológico-ambiental, Kumi Naidoo, con los Acuerdos de París de la COP21 se “…deja a industria de los combustibles fósiles del lado equivocado de la historia”.
Ahora bien, no todo parece ser “miel sobre hojuelas”. Otras fuentes que consultamos y nos parece que desde otros ángulos político-ideológicos al consenso que muestran los Acuerdos de París de la COP21, estaban denunciando que, en el último borrador de los mismos, habría desaparecido cualquier referencia a los sectores de la aviación y del transporte marítimo, responsables de casi el 10% de las emisiones de los gases efecto invernadero (GEI). Estas mismas fuentes apuntaron a un presunto documento interno y secreto de la Unión Europea (UE), que promovió evitar hacer mención explícita de la relación entre el “libre” comercio y los GEI.
Tendremos que hacer un esfuerzo por leer y estudiar los Acuerdos de París producto de la COP21; por leer y estudiar las diferentes conclusiones de diversas y respetadas organizaciones no gubernamentales serias y prestigiosas que abogan por la salvación del planeta y luchan contra el cambio climático; como habrá que contactar con las personas costarricenses que estuvieron ahí, ya sea de manera oficial o extraoficial.
En todo caso, les corresponde a los sindicatos con visión-país insertarse en el proceso nacional preparatorio para el año 2020, tanto si se nos permite como integrantes de la sociedad civil ser considerados en tal caso; o bien, de manera independiente tomamos partido activo en nuestro imprescindible aporte en la lucha por la salvación del planeta.