Señores candidatos presidenciales de los distintos partidos políticos que participan en esta campaña electoral con miras a ocupar la presidencia de la República, he decidido en mi condición de dirigente y representante sindical de un importante número de trabajadoras y trabajadores de la Fuerza Pública, y como miembro de la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, ANEP, escribirles algunas líneas a ustedes de manera general, esperando que alguno pueda brindarnos respuesta sobre las situaciones que a continuación expondremos.
Vengo dando seguimiento a sus pautas comerciales, a sus propuestas de un eventual gobierno, y aunque mencionan el tema de la seguridad ciudadana, no he mirado a ninguno de ustedes referirse a las y los trabajadores que brindan seguridad ciudadana, en la anterior campaña uno de los principales temas de la señora Presidenta fue la seguridad ciudadana, y al igual que ustedes hoy, se hablaba de más policías, más y mejor equipo, entre otras cosas, pero ni antes ni ahora se mencionan las necesidades que como seres humanos tienen y enfrentan las y los trabajadores de la Fuerza Pública.
Señores, respetuosamente les sugiero, hacer un análisis de las condiciones en que viven y trabajan las y los policías, debemos aceptar que hay corrupción en las policías, algo muy preocupante; pero… ¿quién se propondrá hacer los cambios necesarios? Desde nuestra perspectiva nada debería justificar la corrupción, menos en los encargados de velar por la seguridad de las personas pero, el “sistema” funciona como “agente inflamable”, te “absorbe o excluye”, y resulta difícil saber quiénes están a punto de cruzar la línea”.
Este tema debería ser prioritario, saben ustedes ¿cómo está la salud mental del policía que cuida su comunidad?, ¿saben cómo se siente si recién acaba de perder su hogar? por las jornadas que afectan la vida en pareja, por el desarraigo familiar, entre otras causas; ¿saben ustedes la cantidad de oficiales frustrados, desmotivados, que son tratados como una máquina que no siente?, ¿se pueden detener un momento a pensar, por qué se están quitando la vida nuestros uniformados?
En la Fuerza Pública, el número de hogares disfuncionales es altísimo, ronda el 70%, existe personal “enfermo” y nadie lo nota. Porque los “intereses” son ajenos a la calidad humana, al buen trato, al valor de servir. Nosotros tenemos claridad de la situación, por eso en un momento le solicitamos audiencia a la señora Presidenta de la República, quien declinó atendernos, le remitimos la misma solicitud a varias y varios legisladores de distintos partidos políticos, representados en la actual Asamblea Legislativa, (omitimos los nombres, por objetividad) de los cuales nunca recibimos respuesta, ante este panorama, y con lo que representa saber que varios de nuestros compañeros oficiales se han quitado la vida, y otros lo estarán pensando, les preguntamos, ¿qué harán diferente ustedes, en caso de ganar la presidencia?, ¿ordenaría alguno de ustedes una intervención a lo interno del Ministerio de Seguridad Pública, a efectos de depurarla del “polarizado”, que “encubre”, nombramientos por concursos del “amiguismo”, por citar solo un caso.
Pensarían en la familia de las y los policías, en su salud, ¿fomentarían, jornadas de trabajo distintas a las actuales, máximo de diez horas?, según lo establece el Código de Trabajo en trabajos riesgosos, apoyarían la jubilación de los policías a los 57 años, brindándole el derecho de una jubilación digna, o seguiremos como hasta hoy con policías, con más de treinta y cinco (35) años de servicio, funcionarios desgastados que se jubilan cuando la vida casi se les termina.
Fomentarían un Ministerio de Seguridad, que valore a su gente, que piense en el recurso humano como su principal “insumo”, que fomente la competencia sana, los concursos, los ascensos, y que de manera integral, repercuta en la calidad de vida de las y los policías y de sus familias.
Hemos venido dando un enfoque social, sobre la situación que viven muchas y muchos compañeros de la Fuerza Pública, con altísimos niveles de desintegración familiar, algo que paralelo genera problemas emocionales, y financieros, que tienen a varios de los servidores de la ley, viviendo en precarios, o en condiciones precarias, por esto hacemos pública nuestra preocupación, en aras de que se dignifique al trabajador de la Fuerza Pública y mejore su calidad de vida, esperamos respuesta.