Honduras: Intereses transnacionales farmacéuticos implicados en golpe de Estado a Zelaya

Por: Observatorio Social Centroamericano
Fecha de publicación: 28/06/09

La decisión de estas mafias farmacéuticas de apoyar el movimiento desestabilizador contra el presidente Zelaya, habría surgido hace algunos meses tras el ingreso a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América. En Honduras, más del 80% de los medicamentos son provistos por empresas multinacionales, siendo la materia prima para su producción 100% importada, principalmente desde Estados Unidos y Europa.

Los países de origen de estos medicamentos son Panamá, Costa Rica, Estados Unidos y Guatemala: en Panamá se encuentran ubicadas las plantas de laboratorios multinacionales como Glaxo , Sanofi y Smiyh Kline, mientras que en Costa Rica están Pfizer y Stein. En Guatemala se encuentran Novartis, Bristol Myers y Aventis

La concreción de un acuerdo comercial establecido por los gobiernos de Cuba y Honduras tras el ingreso al ALBA incluyó como una de las principales temáticas de intercambio, la importación de medicamentos genéricos desde la isla caribeña como forma de contrarrestar los altos precios de las medicinas que el estado hondureño debe costear para la provisión de sus hospitales públicos.

A principios de 2009 el gobierno de Honduras intentó comprar medicinas genéricas aprovechando los acuerdos establecidos por el ALBA pero se encontró con un escollo interpuesto por las transnacionales a través del colegio químico farmacéutico quien argumentó aspectos burocráticos para hacer caer las importaciones provenientes de Cuba a precios asequibles: los intereses del poderoso lobby farmacéutico norteamericano y europeo no permitirían la competencia de la industria cubana o de otras industrias nacionales farmacéuticas en el mercado de las medicinas de Honduras.

Como detonante final de las acciones desestabilizadoras, un hecho más colmaría la paciencia de los intereses privados transnacionales farmacéuticos: el 24 de junio pasado, los presidentes del ALBA “se comprometieron a promover un modelo de apropiación social del conocimiento que permita superar los obstáculos en la producción de bienes fundamentales para la vida, como la alimentación y la salud, y en ese sentido instruyeron al Consejo de Ministros del ALBA constituir, en un plazo no mayor a 30 días, un Grupo de Trabajo para la Revisión de la doctrina sobre Propiedad Industrial coordinado por Venezuela”.

Esta decisión gatilló automáticamente la orden de acelerar el movimiento desestabilizador previo a las elecciones democráticas a desarrollarse en el país conducido por el presidente Zelaya.

El terrorismo farmacéutico emergió nuevamente en los golpes de estado contra gobiernos que luchan por su independencia como ocurrió en otros momentos de la historia latinoamericana.

Honduras: la vuelta al pasado

Lo que parecía improbable pasó ayer domingo en Honduras. La cúpula militar, en un golpe de Estado que fue la acción típica de los gorilas (hay que decir que este calificativo no se le asigna a todos los militares, ya que es indudable que en todos los ejércitos del mundo hay personas de pensamiento democrático y respetuosos de la ley), del siglo XX, pretende regresar la democracia hondureña al pasado.

Muy temprano, en la mañana del domingo 28 de junio, un comando militar, con fusiles de asalto y gorros pasamontaña, irrumpió en la residencia del presidente constitucional de la República de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, y todavía en ropa de dormir le obligó a tomar el avión presidencial y le expulsaron hacia Costa Rica.

En una absurda pretensión de justificar la asonada militar, el Congreso de la República y la Corte Suprema de Justicia, pretendieron promover la idea de que el orden constitucional no se ha roto, y para eso se apresuraron a nombrar a un presidente interino, Roberto Micheletti, que se desempeñaba como presidente del Legislativo. Absurda e inútil pretensión, nada puede justificar que las fuerzas armadas secuestren a un presidente constitucional y le expulsen del país de forma expedita.

Sin duda en Honduras se habían acumulado grandes y permanentes tensiones entre el jefe del Ejecutivo y el resto de organismos del Estado. Cada vez estaba más claro que el presidente Manuel Zelaya estaba gobernando enfrentado a las elites políticas del país, incluyendo a su propio Partido Liberal, y que se estaba apoyando en las organizaciones populares, a quienes él afirmaba que se debía. Sin duda el giro hacia una izquierda que las derechas identifican como radical, la que es parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba, promovida por el presidente Hugo Chávez, a la que Honduras se adhirió hace algún tiempo, despertó grandes temores en las derechas del vecino país.

Manuel Zelaya tensó las relaciones con las otras instituciones del Estado hasta un punto que nunca se había visto en Honduras. Por ello fue visible, desde hace varios meses, que se había consolidado una alianza entre las fuerzas políticas de las derechas (que formaban mayoría en el Congreso y otros organismos de Estado) y los grupos económicos más fuertes. Pero el pánico parece haberse prendido cuando el presidente empezó a develar sus intenciones de una probable reelección.

De esa forma fue visualizada la decisión del presidente Zelaya de promover una encuesta nacional, realizada con fondos del Estado, para que la población fuera consultada sobre la probabilidad de promover una Asamblea Nacional Constituyente, para redactar una nueva Constitución. Esa consulta debió realizarse ayer domingo 28, y varios días atrás, tanto el Tribunal Supremo Electoral, como un juez del orden menor declararon ilegal el proceso, respecto de cual hay que decir con mucha claridad, no tenía ninguna fuerza legal, y por tanto su resultado no obligaba a tomar ninguna decisión.

El presidente siguió adelante, probablemente por esto podría haber sido sujeto de algún proceso legal, lo que de ninguna manera es aceptable es que sobre esa base se pretenda justificar el golpe de Estado. La primera crisis se produjo cuando el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas se negó a distribuir los documentos que servirían para realizar la encuesta (en Honduras son las Fuerzas Armadas las que distribuyen los materiales para los procesos electorales), la reacción del presidente fue destituir al general Vázquez y el Ministerio Público emitió una orden de reinstalación.

Simultáneamente el presidente Manuel Zelaya, acompañado de miles de militantes del movimiento sindical y popular hondureño allanaron una base de la fuerza aérea en donde estaba la papelería y la empezaron a distribuir de forma alternativa. El presidente afirma que la consulta fue promovida por él, frente a la solicitud de más de 400 mil firmas, de personas miembros de organizaciones populares, que se lo solicitaron. Frente a la irremediable consulta, las fuerzas de la derecha decidieron activar el golpe, que no puede ser sino producto de un complot, el que a pesar de su larga preparación, no encuentra ningún asidero político, ni jurídico, a pesar del vergonzoso respaldo que la Corte Suprema otorgó a la acción de la cúpula militar.

Todo este entramado que rompe con la institucionalidad del hermano país, ha sido facilitado por la acción de desinformación y confusión promovida por transnacionales de la información, que presentaron la encuesta que Zelaya se empeñó en realizar, como un intento ilegal de promover una reforma constitucional destinada a facilitar su reelección. Pero la verdad es que esta reforma sólo puede ser realizada si el Congreso de la República la aprueba.

Sin duda el presidente Zelaya buscaba crear un apoyo popular para su idea de convocar a una Constituyente, esto es perfectamente comprensible por la falta de apoyo que tenía en el Congreso, pero está claro que el proceso legal debía ser completado con una iniciativa legal que Zelaya debía enviar al Congreso, lo que él afirma que pensaba hacer luego de la encuesta que debía realizarse ayer, y que según analistas convocaría a unos dos millones de personas.

Pero a las 6 de la mañana del domingo, el golpe ya era conocido. Éste se activó mediante el secuestro y expulsión del país del presidente Zelaya, de la captura y vejación de la Canciller Patricia Ruedas, el arresto de los embajadores de Nicaragua, Venezuela y Cuba, y según informes de prensa los dos últimos fueron además golpeados y secuestrados durante horas. Lo cual evidencia el desprecio que esas fuerzas de derecha tienen por el derecho internacional, que protege al cuerpo diplomático y delegaciones internacionales en cualquier país del mundo.

A pesar de que en Honduras fue cortada la electricidad y suspendidas todas las transmisiones de radio y televisión, las imágenes circularon por el mundo desde temprano. Se podía ver a un país tomado militarmente y a algunas personas que, de forma sorprendente, expresaban su rechazo al golpe, tratando de agredir a algunos soldados.

Pero a pesar del despliegue informativo, durante todo el día, CNN dio muestras de su falta de equilibrio y seriedad, especialmente cuando la periodista costarricense Glenda Umaña, trató de justificar las acciones de los militares que el pueblo hondureño rechazaba de forma evidente, lo que de forma clara sus propias tomas nos mostraban. El colmo de la desfachatez fue cuando el Secretario general de la OEA, dio declaraciones condenando el golpe y refirió que la imagen de Zelaya, siendo expulsado en ropa de dormir, tristemente le recordaban las escenas cuando Jacobo Arbenz fue expulsado de Guatemala en 1954, y la entrevistadora de CNN, Alba Palacios pretendiendo ser graciosa le contestó, “pero llevaba una linda pijama”.

Con altibajos esa tónica siguió durante todo el día, ya que presentaron posiciones de personas divergentes, especialmente de un representante del gobierno de Estados Unidos y del presidente Chávez, hasta llegar a la entrevista que la complaciente periodista de la cadena CNN realizó a un titubeante e incoherente Roberto Micheletti, que fue incapaz de articular ninguna explicación razonable para haber “sustituido constitucionalmente al presidente”, como él eufemísticamente llama al golpe de Estado. Ninguna pregunta para cuestionar el proceder fue realizada, por momentos parecía que la entrevistadora quería sugerir respuestas al titubeante Micheletti.

Finalmente, más allá de que Manuel Zelaya puede ser rechazado o aprobado por unos y otros, lo que es absolutamente inaceptable es el golpe de Estado, por más que se le pretenda presentar como una acción legal. El inmediato y generalizado rechazo que ha provocado el golpe, por parte de todos los países y foros de gobiernos de América Latina y el Caribe, es una muestra ejemplar del respaldo que merece la incipiente democracia que se vive en el istmo centroamericano.

La única medida que debe ser aceptable es el retorno, sin ninguna condición, del presidente Manuel Zelaya al pleno ejercicio de su mandato constitucional, que debe concluir sólo después que su sustituto sea electo el 29 de noviembre próximo y que tome posesión el día que legalmente corresponda.

Este es un momento en el que la figura del presidente Obama podría crecer de forma importante en nuestra región y el mundo; si más allá de los señalamientos de condena lanzados por él y la señora Clinton, su Secretaría de Estado; se decide a rechazar de forma tajante y sin lugar a duda, la pretensión de los golpistas, los que en una situación de aislación como la que se produciría, no duraría ni cuarenta ocho horas más.

Roberto Micheletti Baín: ¿Quién es el «Presidente» del golpe?

Roberto Micheletti asumió la presidencia de Honduras de forma ilegal después de que un golpe militar en la madrugada del domingo derrocara al mandatario, Manuel Zelaya. El presidente hondureño fue enviado en una aeronave a Costa Rica fuertemente custodiado por efectivos militares. Horas antes, en el Congreso apareció una supuesta «carta de renuncia» , atribuida a ’Mel’ Zelaya, seguida de la intervención de diputados de los diferentes partidos tradicionales, incluso el de Zelaya mismo, apoyando el golpe. La asonada civil-militar ha sido unánimemente rechazado por la comunidad internacional.

Goriletti

Micheletti, bautizado desde hace 24 horas como_ “Goriletti”_ (por haber actuado amparado en los sables) nació en 1948 en la ciudad de El Progreso, departamento de Yoro. Su primer contacto con el palacio de gobierno tuvo lugar cuando era aún muy joven siendo soldado de la guardia de honor presidencial del ex Presidente Ramón Villeda Morales a principios de los 60.

Fue diputado del Partido Liberal de Honduras por más de 30 años. Este es ya su octavo período dentro del Poder Legislativo. Micheletti, de origen italiano, es un empresario dueño de redes de transporte interurbanas y de una emisora de radio en la ciudad de El Progreso. Asumió como Presidente del Congreso Nacional el 27 de enero de 2006. El político, conocido por formar parte del sector más conservador de su partido, está ligado al círculo de poder que dirige el ex Presidente Carlos Flores.

El año pasado acumuló mucho rechazo entre los liberales más tradicionales y la población en general al oponerse al “Movimiento por la Dignidad y la Justicia” que fue encabezado por los fiscales del Ministerio Público. Estos buscaban mostrar los grandes niveles de corrupción con el fin de dignifica la labor de dicha institución. El movimiento aglutina además a organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles, gremiales, religiosas y patronales con las que se quería incidir en las próximas elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) , Ministerio Público (MP). Además en los procesos eleccionarios internos y generales donde serían elegidos el futuro presidente, alcaldes o alcaldesas y diputados y diputadas al Congreso Nacional.

Micheletti participó en los comicios internos del Partido Liberal, pero perdió. Su adversario y ganador de esos comicios, Elvin Santos, lo acusó públicamente de haber ofrecido dinero a varios funcionarios del Poder Judicial y del Tribunal Supremo Electoral, para que no le permitieran inscribirse en las elecciones internas del partido.

Atentado

Micheletti también fue mencionado como uno de los sospechosos del atentado cometido el pasado 1 de septiembre de 2008 contra el fiscal Luis Javier Santos, quien fue atacado a balazos en la ciudad de San Pedro Sula. Durante su ejercicio como presidente del Congreso, Micheletti también fue acusado por destruir el patrimonio cultural que significa el edificio del poder legislativo.

Cerebro detrás del reciente golpe militar que destituyó al mandatario Manuel Zelaya acusándolo de “reiteradas violaciones a la Constitución”, fue instalado como nuevo jefe de Estado y “por el tiempo que falte para terminar el período constitucional”, que culmina el 27 de enero del año 2010.

Ël mismo reivindicó que su ascenso al poder se dio por un_ “proceso absolutamente legal”_. En un discurso pronunciado minutos después del golpe dijo “Lo que hemos hecho aquí es un acto democrático porque nuestro ejército sólo ha cumplido lo que le ordenó la Corte, la fiscalía y los jueces”.

La condena al golpe militar en Honduras fue unánime. Ahora la pregunta es si el nuevo presidente resistirá en el poder por lo menos una semana.

Apoyo
Pero Micheletti también recibió apoyo, venido eso si, de los rincones más oscuros de la política latinoamericana. Pedro Carmona, el líder sindical venezolano que en el 2002 encabezó el golpe que alejó del gobierno por dos días a Hugo Chávez, felicitó al nuevo presidente elegido por la asamblea nacional y el ejército de Honduras.“Me hicieron recordar momentos gloriosos, que el pueblo mal agradecido de Venezuela me lo arrebató en apenas 48 horas. Sólo aspiro que a Roberto le dure más tiempo la alegría que tiene hoy en día”. En Venezuela ya muchas voces de la llamada ‘oposición democrática’ se han sumado a esta felicitación por parte de Pedro Carmona. “Cortar la luz, un toque de queda, militarizar los medios, hechos que no fueron realizados en el 2002 y que sin duda fue una falla nuestra”, manifestó Antonio Ledesma, actual alcalde de Caracas.

Micheletti no está solo. Aún le quedan dos amigos.

Honduras: ensayo del neo-golpismo en América Latina

ALAI AMLATINA, 29/06/2009.- En ropa de descanso, el Presidente se encontró raudamente en Costa Rica. Era, evidentemente, muy importante para los golpistas tenerlo fuera de Honduras para evitar que su presencia estimulara la movilización y el apoyo popular a su restitución inmediata.

No repetirían los “errores” de Venezuela; esta vez la ira de la reacción elaboraría mejor su impotencia de clase y afinaría mejor su estrategia destituyente: fabricaría el golpe de estado sobre excusas legales y artilugios jurídicos que, supuestamente, justificarían la acción militar de franca desobediencia e irrespeto por los poderes establecidos y las instituciones que los representan. Ni el Legislativo, ni el Judicial, pueden decretar un Golpe de Estado, es decir, poner fin a la gestión del Poder Ejecutivo cuando éste no les gusta, ¿o sí?

Es esto lo que se está ensayando en Honduras: apelar a “canales” legales para poner fin por la fuerza a los procesos de cambio que están desarrollándose en el continente. Obviamente, como es natural, el ensayo se llevan adelante en territorios donde los costos políticos resultan menores porque los procesos sociales populares son más débiles, como es el caso de Honduras.

El disfraz “democrático” del Golpe de Estado, anuncia el nuevo estilo autoritario de los poderosos y desnuda el contenido de su “democracia” de mercado: “Cuando me conviene sí, y cuando no me conviene: no.” No es la vuelta al pasado, no hay que equivocarse: Es el anuncio de los nuevos procedimientos de la derecha impotente. El neo-golpismo es “democrático” y “constitucional”. Honduras anuncia por tanto la apertura de una nueva era: la de los “golpes constitucionales”.

Es una alerta clara para los pueblos de América Latina desde el Río Bravo a la Patagonia y, en particular, para quienes encabezan proceso de cambio; el mensaje del poder es claro: “Si sigues desobedeciendo, te sacamos. ¿Y qué?” Los neo-golpistas están tranquilos: cuentan con el apoyo de los medios de prensa mundiales, los cuales, en pocos minutos imponen ante el mundo el mensaje que desean instalar. Así pudo comprobarse ayer en las más importantes cadenas televisivas internacionales: el usurpador de la presidencia de Honduras, no fue ni es llamado como tal, sino “Nuevo Presidente”, como si fuera el sucesor de Zelaya y no el cómplice del asalto y destitución forzada del gobernante.

La complicad de los medios no es un dato nuevo. Pero sí lo es el formato del golpe: apoyado en un manto de supuesta y fraguada legalidad respaldada por los Jueces Supremos y el Parlamento. Para eso quieren ahora estar en los parlamentos: no para ser mejores representantes de los pueblos, sino para llevar adelante sus proyectos de clase o, si esto no es posible, impulsar golpes de estado, ocultando su conspiración tras el manto “constitucional”.

Pero la historia no es unidireccional ni unidimensional. Si hoy se tolera el “golpe democrático” en Honduras con al excusa de “salvaguardar la constitución”, se está adelantando y asentando también una justificación –por precedente , para la posible ocurrencia de “golpes constitucionales” de otros signos políticos. Las reglas del juego democrático exigen, precisamente por ello, paridad en su cumplimiento. En caso contrario, dejan de ser reglas del juego para transformarse en trucos de un sector de la sociedad para ganar tiempo político y engañar a las mayorías en favor de sus empresas. La seguridad democrática, vista desde los pueblos, consiste precisamente en eso: construir garantías biunívocas para que cada pueblo pueda construir con autonomía e integradiad el modo de vida que considere idóneo y necesario a para sí, en paz y respeto hacia los demás pueblos y procesos.

Llegados a este punto, vuelve a emerger al centro de la escena una cuestión política de fondo: Los procesos sociales de cambio solo pueden ser tales, si se construyen articulados a las fuerzas sociales, culturales y políticas que apuestan al cambio y generan el consenso social necesario para llevarlo adelante. Y esto solo puede realizarse desde abajo, cotidianamente, en todos los ámbitos del quehacer social y político: en lo institucional y en la sociedad toda. Un empeño político y social de esta naturaleza, no se alcanza espontáneamente. No basta con que un mandatario tenga una propuesta política que considere justa o de interés para su pueblo; es vital que el pueblo, los sectores y actores sociales y políticos sean parte de la misma, que hayan participado en su definición, que se hayan apropiado de ella.

No hay hechos mágicos en la política, mucho menos si se trata de cambiar la correlación de fuerzas hegemónicas hacia una nueva composición política y social de fuerzas a favor de cambios sustantivos: construir caminos para salir del egoísmo agonizante del mercado y avanzar hacia sociedades solidarias. Se trata de un cambio de hegemonía que reclama construir la fuerza social, política y cultural, el actor colectivo, capaz de diseñar y decidir el rumbo y el ritmo de los cambios, llevarlos adelante, sostenerlos y defenderlos. Esta también es una enseñanza vital para los procesos actuales que en este continente apuestan a cambiar la realidad de injusticia y discriminación, que apuestan a profundizar la democracia, sacándola del recinto del mercado para ampliarla y rediseñarla acorde con el crecimiento político-cultural de los pueblos, construyendo una democracia ciudadana con igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades para todas y todos.

Este es el camino de la seguridad democrática que necesitan los pueblos del continente, es el único camino para que el debate de ideas pueda fluir sin el asecho nocturno de los viejos o nuevos Golpes a la razón democrática que reclama la humanidad en el siglo XXI. Ojala la retórica democrática que se levanta desde el poder cuando no le resultan los procesos en otras latitudes, sea igualmente contundente cuando se atenta abierta y descaradamente contra un proceso legítimamente democrático como el de Honduras. Vale recordar: en el mundo globalizado bajo la hegemonía del capital, las lecciones –en un sentido u otro son siempre globales.

* Isabel Rauber es Doctora en Filosofía. Directora de la Revista Pasado y Presente XXI. Profesora de la Universidad Nacional de Lanús. Estudiosa de los movimientos sociales y procesos políticos del continente.

Comité Mesoamericano de los Pueblos: Pronunciamiento por el pueblo hondureño

1) Condenamos enérgicamente el brutal golpe de estado perpetrado por las fuerzas armadas en confabulación con la oligárquica hondureña.

2) Condenamos al gobierno de los Estados Unidos que ha sido cómplice del atentado por realizar acciones desestabilizadoras.

3) Condenamos la campañas de terror y desinformación de la que es víctima el pueblo hondureño a raíz del cerco mediático nacional e internacional (cortes de electricidad, internet, líneas telefónicas, suspensión e intervención militar en los medios de comunicación alternativa, entre otros) violentado el derecho universal al acceso a la comunicación.

4) Reconocemos y exigimos el restablecimiento en el poder del presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales y al mismo tiempo el respeto a su integridad física.

5) Exigimos que los gobiernos del mundo y en especial los gobiernos que conforman el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) condenen el atentado hacia pueblo hondureño y deslegitimen a cualquier presidente que no sea Manuel Zelaya Rosales.

6) Exigimos el cumplimiento de todo el peso de la ley sobre todos aquellos que actuaron como responsables ante este hecho ilegitimo e ilegal que atenta con la integridad de todos los hondureños.

7) Exigimos el respeto a la integridad física de los diplomáticos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y a la canciller hondureña Patricia Rodas quienes salvajemente fueron a presados y maltratados por los militares.

8) Demandamos el respeto a la integridad física de nuestros compañeros y compañeras de los movimientos sociales y de ciudadanos y ciudadanas que se encuentran movilizados en Honduras en defensa del Estado de Derecho.

9) Respaldamos y exigimos la legitimación del proceso de consulta popular que el pueblo de Honduras heroicamente lleva a cabo en su país pese a las fuerzas represivas de la oligarquía y de los militares

10) Llamamos a los movimientos sociales y populares de América Latina a condenar el golpe de estado y el atentado a la autonomía del pueblo de llevar a cabo los procesos de participación democrática.

11 ) Convocamos a la movilización permanente de los movimientos sociales y populares latinoamericanos a manifestarse en las sedes diplomáticas hondureñas que se encuentran en sus países.

Estos hechos son una muestra más de las acciones de los grupos de la derecha y grupos de oligárquicos en contra de los intereses y derechos de los pueblos mesoamericanos, por lo que la agresión al pueblo de Honduras es también una acción en contra a todos los pueblos de Mesoamérica y en ese sentido nos solidarizamos y así mismo externamos nuestro apoyo total.

Honduras: contexto de la crisis política

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En respuesta, cientos de reservistas del ejército se movilizaron desde el pasado jueves y ayer establecieron retenes en los principales accesos a la capital, Tegucigalpa. Por añadidura, la situación ha derivado en una confrontación entre los poderes establecidos en esa nación: la Suprema Corte de Justicia rechazó la destitución de Vásquez por considerarla infundada, mientras el Congreso que ha calificado de ilegal la consulta de hoy amaga desde hace días con declarar al mandatario incompetente para gobernar. A estas oposiciones se suman las de la Iglesia y las cúpulas de empresarios, que han llamado a los ciudadanos a no salir a las calles a fin de evitar disturbios, y acusan al actual mandatario de querer perpetuarse en el poder, si bien este señaló, en una entrevista realizada el pasado viernes, que dejará el cargo en enero de 2010 cuando corresponde y que sólo aspira a legar un país y una democracia con reformas, con un proceso de participación activa.

Estos hechos, calificados en conjunto como un intento de golpe de Estado, han sido rechazados por distintas instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el Grupo de Río, así como por los gobiernos que integran la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba).

La convocatoria a una nueva constituyente no es un hecho inédito en América Latina: otro tanto ha ocurrido ya en distintas naciones de la región ante la necesidad de reformar expresiones de pactos oligárquicos, anacrónicos y discordes con las necesidades y demandas de la población. En ese sentido, lo que hoy se vive en Honduras es una repetición de lo que ha ocurrido en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador: el rechazo y la embestida de los grupos privilegiados que buscan por distintos medios, legales o no, defender un status quo favorable a sus intereses.

Adicionalmente, la crisis política por la que hoy atraviesa la nación centroamericana es resultado de distintos procesos. Dentro de ellos destaca el aislamiento sostenido que ha experimentado el propio Zelaya en el seno del Partido Liberal instituto político conservador que lo llevó a la presidencia en 2005, consecuencia de decisiones presidenciales que no han sido bien vistas por la oligarquía de ese país, como el convenio petrolero firmado con Venezuela y la posterior adhesión de su gobierno a la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba). En los hechos, tales decisiones han desviado a Honduras en mayor o menor medida de su papel y su proyección histórica como punta de lanza de los intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos en la región, y acercaron al gobierno de Zelaya emanado de las filas de la derecha a un conjunto de regímenes progresistas latinoamericanos que reivindican la defensa de la soberanía y la justicia social.

Otro elemento a considerar en la configuración del conflicto hondureño es la existencia de un movimiento amplio y creciente integrado por organizaciones indígenas, sindicales, campesinas y estudiantiles, que hoy por hoy constituye la principal base de apoyo a la creación de un nuevo constituyente, y cuyo respaldo a la presidencia de Zelaya ha sido decisivo en las últimas horas: de manera significativa, el jueves por la tarde, el mandatario arribó a una base de la fuerza aérea hondureña en compañía de cientos de ciudadanos a recuperar el material electoral que se utilizará en la consulta de hoy, y que había sido decomisado por los militares.

Ante tales elementos de juicio, la crisis política en Honduras es, más que consecuencia de un proyecto político personal, el producto del choque entre un poder político-económico anquilosado y vetusto y una sociedad cada vez más organizada que demanda el cambio y la ampliación de las reglas democráticas en ese país.

Fuente: * Diario de México
http://www.jornada.unam.mx/2009/06/28/index.php?section=edito

ANEP retransmite preguntas comprometedoras al gobierno de los Arias

-· ¿Con cuánta antelación sabían los hermanos Arias del Golpe de Estado en Honduras?

– ¿Por qué el señor Ministro de la Presidencia, Lic. Rodrigo Arias Sánchez, no viajó este fin de semana a la comunidad de Bebedero, Guanacaste, sede del Ingenio Taboga, alegando que esperaba “acontecimientos muy importantes”?- · ¿Cuáles eran esos “acontecimientos”?

· ¿Es cierto que la distinguida y respetada señora Ministra de Seguridad Pública y de Gobernación y Policía, doña Jannina Del Vecchio Ugalde, salió de su casa, este domingo 28 de junio, a las 6 de la mañana?

– ¿Hacia adónde y con qué objetivo?

– ¿Por qué no se detuvo en el Aeropuerto Juan Santamaría a los golpistas secuestradores del Presidente Zelaya?

– ¿Por qué no se decomisó la aeronave?

– ¿Desde qué hora se ordenó un “cierre” del citado aeropuerto?

– ¿Qué pasó con un vuelo de COPA para Ecuador, al cual se le alegó un “retraso” de seis horas y fue sustituido por otro que salió 15 minutos antes de la hora fijada para el vuelo original?

– ¿Es un hecho realmente creíble que el gobierno Arias condena, genuinamente, el Golpe de Estado en Honduras?… ¿o será “de la boca para afuera”?

Presidentes suramericanos condenan golpe en Honduras

“La posición de nuestro gobierno la conoce el mundo, estamos en presencia de un golpe troglodita, por decirlo de alguna manera”, dijo el Mandatario venezolano en declaraciones ofrecidas a teleSUR.

Contrastó la realidad hondureña con los hechos del 4 de febrero de 1992 en Venezuela, cuando él encabezó una rebelión militar en Venezuela y consideró que en el caso de la nación suramericana es la oligarquía que actúa contra el pueblo.

“A nosotros nos llaman golpistas, la acción de 4 de febrero fue una acción patriótica contra la burguesía, allá en Honduras es todo lo contrario, la burguesía contra un pueblo”, sostuvo Chávez.

Criticó a los comandantes de las fuerzas golpistas, por usar miembros de la Fuerza Armada para perpetrar una violación a la democracia de Honduras, en una acción que ha encontrado férrea resistencia de parte de movimientos sociales de ese país centroamericano.

“Esos comandantes golpistas están usando a los soldados para llevar a cabo un golpe de Estado. Ahora, esos soldados van a saber lo que es un pueblo, luego de que actuaron de manera cobarde”.

Recordó que el pasado viernes objetó al jefe del Estado Mayor Conjunto de Honduras, Romeo Vásquez, quien, luego de insubordinarse al mandatario hondureño, dijo ser amigo personal del Presidente Zelaya.

Dijo que en los hechos de abril de 2002 en Venezuela, cuando se produjo un golpe de Estado en su contra, militares disidentes también dijeron ser amigos del Presidente venezolano.

“Me recuerdo cuando el general hondureño decía que el era amigo del Presidente. Yo también tenía unos amigos así, pero los mandé largo al cipote”.

Insistió en que en Honduras se está siguiendo el mismo formato que utilizaron los golpistas en Venezuela en el 2002, por lo que estimó que “así como las fuerzas golpistas y desestabilizadores están repitiendo el modelo, se puede pensar que el pueblo devolverá el estado de derecho”.

Enfatizó que lo que ocurre en Honduras es un golpe de Estado contra un Presidente que sólo esta planteando una consulta popular para promover la democracia participativa.

Aseveró que la política que Estados Unidos ha dirigido a la región está relacionada con lo que acontece en Honduras, al referirse al financiamiento de éste país a grupos de derecha para desestabilizar Gobiernos en Latinoamérica.

“El imperio yanqui tiene mucho que ver con ésto. Es la burguesía, la extrema derecha que usaron a los soldados para masacrar a los pueblos de Latinoamérica. Esto es consecuencia de la política imperial”.

Añadió que a los soldados de Honduras “hay que decirle que vuelquen el fusil contra el oligarca, no contra el pueblo”.

Aseguró que Honduras cuenta con el respaldo de Venezuela y de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) para derrotar la insurrección contra la democracia.

“El ALBA está en combate hemos iniciado las conversaciones con Evo Morales y con los demás presidentes del ALBA, Daniel está pendiente desde muy temprano. Hicimos contacto en Honduras, con nuestros embajadores”, indicó el presidente venezolano

“Estamos de pie, Honduras no está sola, estamos con Honduras. Ya empezamos a movilizarnos, ese golpe va a ser derrotado”, aseguró Chávez. Esos militares golpistas van a saber que el mundo cambio, que honduras cambio, que estamos viviendo en el ALBA en el amanecer y ese golpe lo vamos a quebrar desde adentro y desde afuera”, expresó.

Resaltó que el Gobierno de Venezuela no reconocerá un régimen que se instale posteriormente al golpe de Estado contra Zelaya, ya que debe ser el pueblo de ese país, en el ejercicio democrático del sufragio, el que decida

“Venezuela no reconoce ni reconocerá a otro Presidente que no sea Manuel Zelaya, hasta que sea el mismo pueblo hondureño que diga lo contrario en las urnas”, detalló.

Rechazo de Bolivia

El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó a organismos internacionales, a sus homólogos de Latinoamérica y a dirigentes de movimientos sociales “a condenar y repudiar este golpe de Estado militar en Honduras”.

En declaraciones ofrecidas en Palacio de Gobierno boliviano, Morales dijo que en este momento hay una “emergencia internacional” por la situación de Honduras.

Morales dijo que “estos no son tiempos de dictaduras y que lo que está sucediendo en Honduras es una aventura de un grupo de militares que atenta contra la democracia, contra el pueblo”.

El mandatario defendió que las consultas y los referendos son una forma de participación del pueblo para profundizar la democracia y cambiar la Constitución, como él mismo hizo en Bolivia.

“Es otra forma de gobernar, subordinado al pueblo. Los pueblos tiene derecho a elegir con su voto, cambiar políticas y cambiar constituciones, normas, leyes pero con la participación de pueblo. Eso es el referendo”, dijo el mandatario boliviano.

“No es posible que eso sea rechazado por grupos y (además) militarmente. Lo que está pasando en Honduras por culpa de algunos militares desprestigia a las Fuerzas Armadas”, sostuvo.

De la misma forma presidentes de Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, entre otros, se manifestaron en los mismos términos.

OEA condena golpe de Estado en Honduras

Señal AUDIO en vivo Radio ANEP Ciudadana

Señal VIDEO en vivo 1

Señal VIDEO en vivo 2
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Simpatizantes del presidente de Honduras, Manuel Zelaya protestan este 28 de junio a las afueras de la casa presidencial en Tegucigalpa.

Manuel Zelaya fue detenido entre las 5 y las 6 de esta mañana, informó su secretario privado, Eduardo Enrique Reina. Habría sido llevado a una base aérea por militares que irrumpieron en su casa.

  • Secretario general de la OEA convoca reunión urgente y condena golpe de estado en Honduras

Reina dijo en declaraciones a medios locales que “con mucha preocupación la Guardia de Honor nos ha informado de que el presidente fue sustraído por los militares y llevado a la Fuerza Aérea”.

Agregó que_ “el hecho ya ha sido denunciado a la comunidad internacional”_ e hizo un llamamiento al pueblo hondureño y a los políticos a que se “manifiesten para defender la democracia”.

Su detención se ha producido unas dos horas antes de que se iniciara la “consulta popular” a la que Zelaya convocó para reformar la Constitución pese a haber sido declarada ilegal por organismos como el Parlamento y la Corte Suprema de Justicia.

Según un testigo vecino de la Colonia Tres Caminos, entrevistado por Radiocadena Voces, cuatro comandos de unos 200 soldados llegaron hacia las 6 a.m. a la residencia del presidente, cuya decisión de realizar una encuesta popular declarada ilegal por la justicia creó una crisis política en Honduras.

Los militares realizaron_ “cuatro disparos”_ y después salieron en tres vehículos rumbo a la base aérea, dijo.

Su residencia privada estaba rodeada por decenas de militares fuertemente armados, confirmó un fotógrafo de la AFP. Además, se veían aviones militares volando sobre la capital.

Tanto el canal 36 y el canal 8 de televisión y Maya TV (todos ellos oficiales) como varias radios salieron del aire. Momentos antes, el presentador de noticias de canal 8 anunció: “Parece que los militares vienen hacia aquí”.

Segundos antes de que se perdiera la imagen, llegó a pedir a la población que se concentrara en la plaza de la Libertad.

La negativa de las Fuerzas Armadas a colaborar con el presidente en la consulta mantiene al país en una situación de crisis política desde hace días.

Zelaya destituyó el miércoles al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez.

El presidente dijo dos días después que Vásquez seguía en el mando y él sólo había llegado a anunciar la destitución pero no la había llegado a ejecutar.

Presidente Zelaya está en Costa Rica

La canciller de Honduras Patricia Rodas informó a teleSUR que maneja información según la cual el presidente Manuel Zelaya habría sido presuntamente llevado a Costa Rica. Aclaró que hasta el momento esta información no ha sido confirmada, sin embargo, pidió a este país que de ser cierto este dato actúe acorde con el estado de derecho y notifique la situación del jefe de Estado.

¡Todo el poder para los empresarios!

No puedo decir que me sorprenda de lo que escribió este periodista, porque confieso que antes he leído cosas suyas. Sin embargo, esta vez llama la atención la falta de argumentos serios con los que se refiere a un tema que evidentemente desconoce, y que aborda con una visión tan tergiversada y falaz que no puede pasar inadvertida. Decir que la paz social de Costa Rica se la debemos al movimiento solidarista, es ignorar por completo la historia patria.

Con su perorata, Camilo Rodríguez se nos muestra como todo un vocero de los empresarios más reaccionarios del país, entusiasta promotor del discurso oficial del neoliberalismo antisindical, característico de los gobiernos de ultra derecha.

Lo irracional de su comentario arranca desde el inicio cuando exclama con voz de marcado acento “macartista” ¡no más poder para los sindicatos!, pasando burdamente por alto, que en el sector privado ni siquiera existen sindicatos, porque los trabajadores, desarmados ante el enorme poder del empresariado costarricense, no tienen derecho a organizarse.

Es precisamente la falta de medidas legales para proteger la formación de sindicatos en las empresas privadas, lo que justifica lo poco que ofrece el proyecto de ley contra el que despotrica el furibundo reportero. De hecho, la propuesta de ley recoge apenas los compromisos mínimos que el país ha adquirido ante la Organización Internacional del Trabajo que, año con año, nos anota en la lista negra de países que violan los derechos sindicales, cosa que a Camilo Rodríguez parece no preocuparle en absoluto.

Resulta increíble que entrados ya en el siglo XXI, tengamos que escuchar las arengas antisindicalistas de algunos que, como otros en el siglo antepasado se desgañitaban pidiendo la horca para los mártires de Chicago. Que ciento cincuenta años después de que el movimiento obrero alcanzara el derecho a la jornada de ocho horas, se escuchen voces que acusan a los sindicatos de enemigos del progreso, es bastante atraso.

Camilo Rodríguez, arenga contra los sindicatos y habla con tono de empresario liberal decimonónico, cuando afirma que el proyecto de ley “puede espantar a empresas que tengan planes de venir a invertir en Costa Rica. En medio de la crisis, en las empresas meditan más cada movimiento, y no podemos competir con Irlanda, México, Chile, Indonesia, Filipinas, Tailandia, Malasia o Vietnam”

¡Qué criterio más simplista! Oportuno hubiese sido que antes de escribirle a CANARA, hubiese leído sobre las políticas anti-crisis que promueve hoy en día el Banco Mundial, entre ellas, las que otorgan mayor puntuación en el “ranking” sobre condiciones de inversión a los países que cuentan con leyes más protectoras para los trabajadores.

Evidentemente el conocido periodista ignora que son los países más desarrollados y competitivos del mundo, los que tienen las mayores tasas de sindicalización y los sindicatos más fuertes. Contrario a lo que él piensa, los sindicatos lejos de ser vistos como “enemigos del progreso”, son agentes imprescindibles del desarrollo, la democracia y la paz social; de la paz social verdadera, esa que nace de la justicia y del diálogo, y no de la actitud sumisa de los débiles ante el poder económico de los poderosos, como la entienden algunos.

La diatriba que lanza el comentarista en contra de las organizaciones sindicales, tiene como uno de sus motivos, la oposición del sindicato de trabajadores de JAPDEVA a la privatización de los puertos de Limón, ya que considera que toda la ineficiencia portuaria es culpa del sindicato, ¡como si fuese este el que dirige la institución! Y aunque se queja de los “privilegios, dádivas y regalos” que a los sindicatos “le concedieron los gobiernos timoratos y complacientes” no dice nada respecto de la propuesta corrupta que el actual gobierno le hace a ese mismo sindicato con el fin de que facilite la privatización de los puertos. De verdad que el color de las cosas depende mucho del cristal con que se les mira…

El periodista Rodríguez afirma que “si este es un país en el que los sindicatos pueden atentar contra la estabilidad y contra la rapidez en los negocios…”, “puede espantar a empresas que tengan planes de venir a invertir en Costa Rica.” ¡Que argumento! ¿Cómo harán la Toyota o la Fiat con sus sindicatos…?

Que Costa Rica pueda competir con Irlanda, Chile, Malasia o Indonesia, como pretende Camilo, es asunto bastante complejo que lo dejo en las manos de los empresarios y entendidos en la materia. Sí me preocupa, y mucho, que Costa Rica compita por hacerse un lugar al lado de países tercermundistas infractores de los derechos humanos, que violan e irrespetan los derechos fundamentales de los trabajadores, como Zimbabue, Burundi o Etiopia.

*estebancalvo@racsa.co.cr