Golpe de Estado en Honduras: El eterno modelo

Las palabras en política tienen por lo general un doble trasfondo en el tiempo. Nunca una ruptura democrática fue más inoportuna que ésta en Honduras, respecto al discurso de Obama en la última Cumbre de las Américas llamando a un nuevo clima de relaciones en la región partiendo de las democracias en los países. Honduras y su elite, planteaba el otro modelo.

La mira política del mundo está puesta en esta nación centroamericana que si bien no tiene el peso estratégico y nuclear de Irán, pone el dedo en la llaga en eso de exhibir donde está el poder real.

Coloca una presión más a la nueva política internacional que intenta implementar EEUU. Aunque condenando el golpe, la administración Obama ha puesto el acento más crítico en las violaciones a los DDHH en Irán que a la ruptura democrática en Honduras.

Como es habitual, el asunto se trivializa en los medios por la variable Presidente Chávez y su influencia en Centroamérica. El Presidente venezolano se ha transformado para cierta prensa en una suerte de “Ahmadinejad de la región”, con sus propios “Hamas” y Hezbollah”, haciendo perder de vista los temas intrínsecos en Honduras.

Un clásico del New York Times: “Ejército hondureño derroca un aliado de Chávez”. La prensa que funciona con la perspectiva de poder de la Alianza Transatlántica, que justamente Chávez y su influencia le parece complicar, ha recibido el golpe con beneplácito y no hay que leer entrelíneas.

Basta ver el sesgo de El País de España, The Guardian inglés y los medios de la región sumidos en compromisos de lobby y rentabilidad con el poder transatlántico para insistir en la alianza de Chávez con Zelaya. El que éste haya comenzado a hacer algunas reformas sociales es secundario.

El “golpeado” Presidente Zelaya, un derechista en la raíz, como la mayor parte de la elite del poder hondureña, había concebido una forma de descongestionar la concentración del poder económico y político en Honduras. Se había transformado en el izquierdista inesperado. Un verdadero serendipiti, hasta que sus opositores comienzan a declararle la guerra.

Había hecho avances para algo que en general es un imposible: generar reformas sociales en beneficio de los más vulnerables sin pasar por la violencia y el revanchismo de clase. La situación estuvo muy bien descrita y analizada por el periodista Nibaldo Mosciatti en su reportaje del día domingo en Bío Bío La Radio.

En el más puro estilo de los años 60 y 70, fue el golpe clásico. Con el tradicional conflicto de poderes donde confluye la ausencia de contención de la tradicional oligarquía hondureña, en este caso, incapaz de aceptar la inserción de los pobres en su espacio de poder absoluto.

Zelaya había perdido el apoyo del poder judicial y del congreso para organizar una votación que le permitiera una convocatoria de prolongación en el cargo que replicaba los ejemplos de los Presidentes Correa, Morales y Chávez en plena “zona bananera estadounidense”, dicho esto con todo respecto a las bananas y a los países.

Este proceso se ha detenido con mucha violencia para Zelaya, algunos miembros de su gabinete como su canciller y miembros de su familia. Según fuentes hondureñas, la vehemencia de la entrada de los militares a los lugares en donde se encontraban las depuestas autoridades fue inusitada, siendo amenazados de muerte si se resistían.

El golpe ha revelado una mecánica no nueva pero descontinuada. Se están usando poderes del estado como el poder judicial y el congreso para destituir a un presidente con el apoyo operativo de las FFAA. Zelaya había solicitado la renuncia del general en jefe de las FFAA la pasada semana, demostrando que el golpe estaba fraguado.

Funcionarios hondureños entrevistados no se imaginaban lo que estaba en desarrollo, y ni siquiera se filtró la noticia de una operación casi perfecta para hacerla aparecer como constitucional.

En una conferencia de prensa, Robert Gibbs el Encargado de Prensa de la Casa Blanca, era “encañonado” con una pregunta: “Hasta qué punto la administración conocía de antemano el golpe de estado”. Gibbs, no reconoció tener información. Un funcionario hondureño se resistía a esta versión.

A EEUU le va a costar desprenderse de las viejas aureolas. Aquí hay una responsabilidad compartida en la región y en los debates que se llevan a cabo en múltiples foros internacionales respecto al avance sostenido y a veces elogiado como de excepcional de las democracias en América Latina, siendo que ello no es tal.

El marco institucional existente en América latina abre la compuerta para los estados de excepción, situación que proviene del exceso de poder de las elites, y que en Honduras aparece como un derecho irrenunciable.

La complacencia de la ciudadanía acepta fácilmente la divulgación de una democracia reducida al voto y al debate de las elites en los medios, mientras el acceso a desarrollar una vigorosa capacidad analítica en la población se hace cada vez más limitado. La gente quiere comer y pagar deudas, no quiere debatir y el voto es como un acto automático del sistema consumo-producto.

Mientras Obama alababa el modelo de Chile, los militares y la oligarquía en Honduras respondían con la dialéctica de lo concreto con su otro modelo.

*Especial para ARGENPRESS. info

Carta para defender la democracia hondureña y latinoamericana

Estimados amigos y amigas:

El presidente fue violentado y sacado abruptamente de su casa de habitación, cuando se aprestaba amparado en la Ley de Participación Ciudadana a consultar a la ciudadanía en una encuesta para determinar si la población estaba de acuerdo en que se instalaran en las próximas elecciones presidenciales de noviembre de este año una cuarta urna para expresar si estamos de acuerdo con la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente. La medida venía precedida con la firma de más de 400,000 ciudadanos y ciudadanas de todas partes del país. Sin embargo, el ejército y la oligarquía ultramontana desbarataron toda posibilidad de dicha consulta popular. No quieren perder los privilegios y canonjías que gozan desde que nos independizamos de España en 1821. En Honduras convivimos 7 millones de catrachos en una sociedad multicultural, en donde los negros garífunas, los negros ingleses, así como los Pueblos indígenas como los Lencas, Maya chortís, Miskitos, Pech, Tolupanes, Tawahkas y millones de campesinos y obreros mestizos de las ciudades estamos excluidos de participar en una democracia directa.

En efecto, en nuestro país, más del 70% de la población vive en la pobreza, de los cuales el 56% están en la extrema pobreza. La escasa participación política, los altos niveles de corrupción institucionalizada, la existencia de una legislación tendente a favorecer al capital transnacional y a los intereses de esos grupos oligárquicos han generado una espiral de violencia y sobre todo la expulsión casi forzosa de 1 millón de hondureños hacia los Estados Unidos, equivalente al 15% del total de la población. Aún así, nuestro país no se ha ido al precipicio (por algo se llamará Honduras nuestra tierra?) debido a que esos mismos paisanos envían 2,500 millones de dólares al año a sus familias!.

Esto es lo que pretendía modificar el gobierno de Mel Zelaya, hoy en dìa blandiendo la espada de Morazán desde la trinchera de la democracia latinoamericana: la siempre hospitalaria Costa Rica. Las injusticias, la pobreza, la ausencia de democracia. Por esa razón, miles de hondureños a pesar de no pertenecer a su partido nos sumamos a su propuesta, la cual simboliza la puesta en marcha de un proyecto nacional en el país. El presidente Zelaya (y le llamo así, “Presidente”, porque es único al que reconocemos la mayoría de catrachos y toda la comunidad internacional) ha librado una batalla en la que se define no solamente el destino de Honduras, sino que también de todos los países hermanos de Latinoamérica.

En estos precisos momentos (la una de la mañana del lunes 29 de junio), la rabia, la tristeza y la indefensión es lo que abate a la mayoría de nosotros, empero, el Pueblo, desde el mismo momento del Golpe Militar se ha manifestado y miles de obreros, estudiantes, profesores y campesinos siguen en alerta en las afueras de la Casa Presidencial. A las ocho de la noche recién pasada, los soldados abrieron fuego para amedrentar a los manifestantes. Este simple acto de remitirles esta carta es considerado por la actual Constitución Política como traición a la patria. Aún así, tengo la convicción que los traidores a la patria son ellos, los “golpistas”, que amparados en los fusiles y cañones quieren silenciarnos la voz y la oportunidad de vivir en una democracia justa y participativa. Por todo lo anterior condenamos el Golpe Militar, y solicitamos a todos ustedes que nos hagan el favor de reenviar este correo a todos sus contactos para que el mundo, y en especial Latinoamérica se entere de que acá no solo se juega el destino de nuestra nación, sino el futuro de toda nuestra tierra bolivariana y morazánica.

Su amigo y compañero:

Jorge Alberto Amaya.

PD: Por los momentos, quién sabe hasta cuándo me volveré a comunicar con ustedes, porque el gobierno de facto ha decretado “Toque de queda”, ha interrumpido las comunicaciones televisivas y de Internet (este correo se los estoy enviando desde una línea pirata), y además, está capturando a todo aquél que exprese libremente sus opiniones.

Dr. Jorge Alberto Amaya Banegas
Docente-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM)
Tegucigalpa, DC, Honduras CA.

Honduras: Intereses transnacionales farmacéuticos implicados en golpe de Estado a Zelaya

Por: Observatorio Social Centroamericano
Fecha de publicación: 28/06/09

La decisión de estas mafias farmacéuticas de apoyar el movimiento desestabilizador contra el presidente Zelaya, habría surgido hace algunos meses tras el ingreso a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América. En Honduras, más del 80% de los medicamentos son provistos por empresas multinacionales, siendo la materia prima para su producción 100% importada, principalmente desde Estados Unidos y Europa.

Los países de origen de estos medicamentos son Panamá, Costa Rica, Estados Unidos y Guatemala: en Panamá se encuentran ubicadas las plantas de laboratorios multinacionales como Glaxo , Sanofi y Smiyh Kline, mientras que en Costa Rica están Pfizer y Stein. En Guatemala se encuentran Novartis, Bristol Myers y Aventis

La concreción de un acuerdo comercial establecido por los gobiernos de Cuba y Honduras tras el ingreso al ALBA incluyó como una de las principales temáticas de intercambio, la importación de medicamentos genéricos desde la isla caribeña como forma de contrarrestar los altos precios de las medicinas que el estado hondureño debe costear para la provisión de sus hospitales públicos.

A principios de 2009 el gobierno de Honduras intentó comprar medicinas genéricas aprovechando los acuerdos establecidos por el ALBA pero se encontró con un escollo interpuesto por las transnacionales a través del colegio químico farmacéutico quien argumentó aspectos burocráticos para hacer caer las importaciones provenientes de Cuba a precios asequibles: los intereses del poderoso lobby farmacéutico norteamericano y europeo no permitirían la competencia de la industria cubana o de otras industrias nacionales farmacéuticas en el mercado de las medicinas de Honduras.

Como detonante final de las acciones desestabilizadoras, un hecho más colmaría la paciencia de los intereses privados transnacionales farmacéuticos: el 24 de junio pasado, los presidentes del ALBA “se comprometieron a promover un modelo de apropiación social del conocimiento que permita superar los obstáculos en la producción de bienes fundamentales para la vida, como la alimentación y la salud, y en ese sentido instruyeron al Consejo de Ministros del ALBA constituir, en un plazo no mayor a 30 días, un Grupo de Trabajo para la Revisión de la doctrina sobre Propiedad Industrial coordinado por Venezuela”.

Esta decisión gatilló automáticamente la orden de acelerar el movimiento desestabilizador previo a las elecciones democráticas a desarrollarse en el país conducido por el presidente Zelaya.

El terrorismo farmacéutico emergió nuevamente en los golpes de estado contra gobiernos que luchan por su independencia como ocurrió en otros momentos de la historia latinoamericana.

Honduras: la vuelta al pasado

Lo que parecía improbable pasó ayer domingo en Honduras. La cúpula militar, en un golpe de Estado que fue la acción típica de los gorilas (hay que decir que este calificativo no se le asigna a todos los militares, ya que es indudable que en todos los ejércitos del mundo hay personas de pensamiento democrático y respetuosos de la ley), del siglo XX, pretende regresar la democracia hondureña al pasado.

Muy temprano, en la mañana del domingo 28 de junio, un comando militar, con fusiles de asalto y gorros pasamontaña, irrumpió en la residencia del presidente constitucional de la República de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, y todavía en ropa de dormir le obligó a tomar el avión presidencial y le expulsaron hacia Costa Rica.

En una absurda pretensión de justificar la asonada militar, el Congreso de la República y la Corte Suprema de Justicia, pretendieron promover la idea de que el orden constitucional no se ha roto, y para eso se apresuraron a nombrar a un presidente interino, Roberto Micheletti, que se desempeñaba como presidente del Legislativo. Absurda e inútil pretensión, nada puede justificar que las fuerzas armadas secuestren a un presidente constitucional y le expulsen del país de forma expedita.

Sin duda en Honduras se habían acumulado grandes y permanentes tensiones entre el jefe del Ejecutivo y el resto de organismos del Estado. Cada vez estaba más claro que el presidente Manuel Zelaya estaba gobernando enfrentado a las elites políticas del país, incluyendo a su propio Partido Liberal, y que se estaba apoyando en las organizaciones populares, a quienes él afirmaba que se debía. Sin duda el giro hacia una izquierda que las derechas identifican como radical, la que es parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba, promovida por el presidente Hugo Chávez, a la que Honduras se adhirió hace algún tiempo, despertó grandes temores en las derechas del vecino país.

Manuel Zelaya tensó las relaciones con las otras instituciones del Estado hasta un punto que nunca se había visto en Honduras. Por ello fue visible, desde hace varios meses, que se había consolidado una alianza entre las fuerzas políticas de las derechas (que formaban mayoría en el Congreso y otros organismos de Estado) y los grupos económicos más fuertes. Pero el pánico parece haberse prendido cuando el presidente empezó a develar sus intenciones de una probable reelección.

De esa forma fue visualizada la decisión del presidente Zelaya de promover una encuesta nacional, realizada con fondos del Estado, para que la población fuera consultada sobre la probabilidad de promover una Asamblea Nacional Constituyente, para redactar una nueva Constitución. Esa consulta debió realizarse ayer domingo 28, y varios días atrás, tanto el Tribunal Supremo Electoral, como un juez del orden menor declararon ilegal el proceso, respecto de cual hay que decir con mucha claridad, no tenía ninguna fuerza legal, y por tanto su resultado no obligaba a tomar ninguna decisión.

El presidente siguió adelante, probablemente por esto podría haber sido sujeto de algún proceso legal, lo que de ninguna manera es aceptable es que sobre esa base se pretenda justificar el golpe de Estado. La primera crisis se produjo cuando el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas se negó a distribuir los documentos que servirían para realizar la encuesta (en Honduras son las Fuerzas Armadas las que distribuyen los materiales para los procesos electorales), la reacción del presidente fue destituir al general Vázquez y el Ministerio Público emitió una orden de reinstalación.

Simultáneamente el presidente Manuel Zelaya, acompañado de miles de militantes del movimiento sindical y popular hondureño allanaron una base de la fuerza aérea en donde estaba la papelería y la empezaron a distribuir de forma alternativa. El presidente afirma que la consulta fue promovida por él, frente a la solicitud de más de 400 mil firmas, de personas miembros de organizaciones populares, que se lo solicitaron. Frente a la irremediable consulta, las fuerzas de la derecha decidieron activar el golpe, que no puede ser sino producto de un complot, el que a pesar de su larga preparación, no encuentra ningún asidero político, ni jurídico, a pesar del vergonzoso respaldo que la Corte Suprema otorgó a la acción de la cúpula militar.

Todo este entramado que rompe con la institucionalidad del hermano país, ha sido facilitado por la acción de desinformación y confusión promovida por transnacionales de la información, que presentaron la encuesta que Zelaya se empeñó en realizar, como un intento ilegal de promover una reforma constitucional destinada a facilitar su reelección. Pero la verdad es que esta reforma sólo puede ser realizada si el Congreso de la República la aprueba.

Sin duda el presidente Zelaya buscaba crear un apoyo popular para su idea de convocar a una Constituyente, esto es perfectamente comprensible por la falta de apoyo que tenía en el Congreso, pero está claro que el proceso legal debía ser completado con una iniciativa legal que Zelaya debía enviar al Congreso, lo que él afirma que pensaba hacer luego de la encuesta que debía realizarse ayer, y que según analistas convocaría a unos dos millones de personas.

Pero a las 6 de la mañana del domingo, el golpe ya era conocido. Éste se activó mediante el secuestro y expulsión del país del presidente Zelaya, de la captura y vejación de la Canciller Patricia Ruedas, el arresto de los embajadores de Nicaragua, Venezuela y Cuba, y según informes de prensa los dos últimos fueron además golpeados y secuestrados durante horas. Lo cual evidencia el desprecio que esas fuerzas de derecha tienen por el derecho internacional, que protege al cuerpo diplomático y delegaciones internacionales en cualquier país del mundo.

A pesar de que en Honduras fue cortada la electricidad y suspendidas todas las transmisiones de radio y televisión, las imágenes circularon por el mundo desde temprano. Se podía ver a un país tomado militarmente y a algunas personas que, de forma sorprendente, expresaban su rechazo al golpe, tratando de agredir a algunos soldados.

Pero a pesar del despliegue informativo, durante todo el día, CNN dio muestras de su falta de equilibrio y seriedad, especialmente cuando la periodista costarricense Glenda Umaña, trató de justificar las acciones de los militares que el pueblo hondureño rechazaba de forma evidente, lo que de forma clara sus propias tomas nos mostraban. El colmo de la desfachatez fue cuando el Secretario general de la OEA, dio declaraciones condenando el golpe y refirió que la imagen de Zelaya, siendo expulsado en ropa de dormir, tristemente le recordaban las escenas cuando Jacobo Arbenz fue expulsado de Guatemala en 1954, y la entrevistadora de CNN, Alba Palacios pretendiendo ser graciosa le contestó, “pero llevaba una linda pijama”.

Con altibajos esa tónica siguió durante todo el día, ya que presentaron posiciones de personas divergentes, especialmente de un representante del gobierno de Estados Unidos y del presidente Chávez, hasta llegar a la entrevista que la complaciente periodista de la cadena CNN realizó a un titubeante e incoherente Roberto Micheletti, que fue incapaz de articular ninguna explicación razonable para haber “sustituido constitucionalmente al presidente”, como él eufemísticamente llama al golpe de Estado. Ninguna pregunta para cuestionar el proceder fue realizada, por momentos parecía que la entrevistadora quería sugerir respuestas al titubeante Micheletti.

Finalmente, más allá de que Manuel Zelaya puede ser rechazado o aprobado por unos y otros, lo que es absolutamente inaceptable es el golpe de Estado, por más que se le pretenda presentar como una acción legal. El inmediato y generalizado rechazo que ha provocado el golpe, por parte de todos los países y foros de gobiernos de América Latina y el Caribe, es una muestra ejemplar del respaldo que merece la incipiente democracia que se vive en el istmo centroamericano.

La única medida que debe ser aceptable es el retorno, sin ninguna condición, del presidente Manuel Zelaya al pleno ejercicio de su mandato constitucional, que debe concluir sólo después que su sustituto sea electo el 29 de noviembre próximo y que tome posesión el día que legalmente corresponda.

Este es un momento en el que la figura del presidente Obama podría crecer de forma importante en nuestra región y el mundo; si más allá de los señalamientos de condena lanzados por él y la señora Clinton, su Secretaría de Estado; se decide a rechazar de forma tajante y sin lugar a duda, la pretensión de los golpistas, los que en una situación de aislación como la que se produciría, no duraría ni cuarenta ocho horas más.

Roberto Micheletti Baín: ¿Quién es el «Presidente» del golpe?

Roberto Micheletti asumió la presidencia de Honduras de forma ilegal después de que un golpe militar en la madrugada del domingo derrocara al mandatario, Manuel Zelaya. El presidente hondureño fue enviado en una aeronave a Costa Rica fuertemente custodiado por efectivos militares. Horas antes, en el Congreso apareció una supuesta «carta de renuncia» , atribuida a ’Mel’ Zelaya, seguida de la intervención de diputados de los diferentes partidos tradicionales, incluso el de Zelaya mismo, apoyando el golpe. La asonada civil-militar ha sido unánimemente rechazado por la comunidad internacional.

Goriletti

Micheletti, bautizado desde hace 24 horas como_ “Goriletti”_ (por haber actuado amparado en los sables) nació en 1948 en la ciudad de El Progreso, departamento de Yoro. Su primer contacto con el palacio de gobierno tuvo lugar cuando era aún muy joven siendo soldado de la guardia de honor presidencial del ex Presidente Ramón Villeda Morales a principios de los 60.

Fue diputado del Partido Liberal de Honduras por más de 30 años. Este es ya su octavo período dentro del Poder Legislativo. Micheletti, de origen italiano, es un empresario dueño de redes de transporte interurbanas y de una emisora de radio en la ciudad de El Progreso. Asumió como Presidente del Congreso Nacional el 27 de enero de 2006. El político, conocido por formar parte del sector más conservador de su partido, está ligado al círculo de poder que dirige el ex Presidente Carlos Flores.

El año pasado acumuló mucho rechazo entre los liberales más tradicionales y la población en general al oponerse al “Movimiento por la Dignidad y la Justicia” que fue encabezado por los fiscales del Ministerio Público. Estos buscaban mostrar los grandes niveles de corrupción con el fin de dignifica la labor de dicha institución. El movimiento aglutina además a organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles, gremiales, religiosas y patronales con las que se quería incidir en las próximas elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), del Tribunal Superior de Cuentas (TSC) , Ministerio Público (MP). Además en los procesos eleccionarios internos y generales donde serían elegidos el futuro presidente, alcaldes o alcaldesas y diputados y diputadas al Congreso Nacional.

Micheletti participó en los comicios internos del Partido Liberal, pero perdió. Su adversario y ganador de esos comicios, Elvin Santos, lo acusó públicamente de haber ofrecido dinero a varios funcionarios del Poder Judicial y del Tribunal Supremo Electoral, para que no le permitieran inscribirse en las elecciones internas del partido.

Atentado

Micheletti también fue mencionado como uno de los sospechosos del atentado cometido el pasado 1 de septiembre de 2008 contra el fiscal Luis Javier Santos, quien fue atacado a balazos en la ciudad de San Pedro Sula. Durante su ejercicio como presidente del Congreso, Micheletti también fue acusado por destruir el patrimonio cultural que significa el edificio del poder legislativo.

Cerebro detrás del reciente golpe militar que destituyó al mandatario Manuel Zelaya acusándolo de “reiteradas violaciones a la Constitución”, fue instalado como nuevo jefe de Estado y “por el tiempo que falte para terminar el período constitucional”, que culmina el 27 de enero del año 2010.

Ël mismo reivindicó que su ascenso al poder se dio por un_ “proceso absolutamente legal”_. En un discurso pronunciado minutos después del golpe dijo “Lo que hemos hecho aquí es un acto democrático porque nuestro ejército sólo ha cumplido lo que le ordenó la Corte, la fiscalía y los jueces”.

La condena al golpe militar en Honduras fue unánime. Ahora la pregunta es si el nuevo presidente resistirá en el poder por lo menos una semana.

Apoyo
Pero Micheletti también recibió apoyo, venido eso si, de los rincones más oscuros de la política latinoamericana. Pedro Carmona, el líder sindical venezolano que en el 2002 encabezó el golpe que alejó del gobierno por dos días a Hugo Chávez, felicitó al nuevo presidente elegido por la asamblea nacional y el ejército de Honduras.“Me hicieron recordar momentos gloriosos, que el pueblo mal agradecido de Venezuela me lo arrebató en apenas 48 horas. Sólo aspiro que a Roberto le dure más tiempo la alegría que tiene hoy en día”. En Venezuela ya muchas voces de la llamada ‘oposición democrática’ se han sumado a esta felicitación por parte de Pedro Carmona. “Cortar la luz, un toque de queda, militarizar los medios, hechos que no fueron realizados en el 2002 y que sin duda fue una falla nuestra”, manifestó Antonio Ledesma, actual alcalde de Caracas.

Micheletti no está solo. Aún le quedan dos amigos.

Honduras: ensayo del neo-golpismo en América Latina

ALAI AMLATINA, 29/06/2009.- En ropa de descanso, el Presidente se encontró raudamente en Costa Rica. Era, evidentemente, muy importante para los golpistas tenerlo fuera de Honduras para evitar que su presencia estimulara la movilización y el apoyo popular a su restitución inmediata.

No repetirían los “errores” de Venezuela; esta vez la ira de la reacción elaboraría mejor su impotencia de clase y afinaría mejor su estrategia destituyente: fabricaría el golpe de estado sobre excusas legales y artilugios jurídicos que, supuestamente, justificarían la acción militar de franca desobediencia e irrespeto por los poderes establecidos y las instituciones que los representan. Ni el Legislativo, ni el Judicial, pueden decretar un Golpe de Estado, es decir, poner fin a la gestión del Poder Ejecutivo cuando éste no les gusta, ¿o sí?

Es esto lo que se está ensayando en Honduras: apelar a “canales” legales para poner fin por la fuerza a los procesos de cambio que están desarrollándose en el continente. Obviamente, como es natural, el ensayo se llevan adelante en territorios donde los costos políticos resultan menores porque los procesos sociales populares son más débiles, como es el caso de Honduras.

El disfraz “democrático” del Golpe de Estado, anuncia el nuevo estilo autoritario de los poderosos y desnuda el contenido de su “democracia” de mercado: “Cuando me conviene sí, y cuando no me conviene: no.” No es la vuelta al pasado, no hay que equivocarse: Es el anuncio de los nuevos procedimientos de la derecha impotente. El neo-golpismo es “democrático” y “constitucional”. Honduras anuncia por tanto la apertura de una nueva era: la de los “golpes constitucionales”.

Es una alerta clara para los pueblos de América Latina desde el Río Bravo a la Patagonia y, en particular, para quienes encabezan proceso de cambio; el mensaje del poder es claro: “Si sigues desobedeciendo, te sacamos. ¿Y qué?” Los neo-golpistas están tranquilos: cuentan con el apoyo de los medios de prensa mundiales, los cuales, en pocos minutos imponen ante el mundo el mensaje que desean instalar. Así pudo comprobarse ayer en las más importantes cadenas televisivas internacionales: el usurpador de la presidencia de Honduras, no fue ni es llamado como tal, sino “Nuevo Presidente”, como si fuera el sucesor de Zelaya y no el cómplice del asalto y destitución forzada del gobernante.

La complicad de los medios no es un dato nuevo. Pero sí lo es el formato del golpe: apoyado en un manto de supuesta y fraguada legalidad respaldada por los Jueces Supremos y el Parlamento. Para eso quieren ahora estar en los parlamentos: no para ser mejores representantes de los pueblos, sino para llevar adelante sus proyectos de clase o, si esto no es posible, impulsar golpes de estado, ocultando su conspiración tras el manto “constitucional”.

Pero la historia no es unidireccional ni unidimensional. Si hoy se tolera el “golpe democrático” en Honduras con al excusa de “salvaguardar la constitución”, se está adelantando y asentando también una justificación –por precedente , para la posible ocurrencia de “golpes constitucionales” de otros signos políticos. Las reglas del juego democrático exigen, precisamente por ello, paridad en su cumplimiento. En caso contrario, dejan de ser reglas del juego para transformarse en trucos de un sector de la sociedad para ganar tiempo político y engañar a las mayorías en favor de sus empresas. La seguridad democrática, vista desde los pueblos, consiste precisamente en eso: construir garantías biunívocas para que cada pueblo pueda construir con autonomía e integradiad el modo de vida que considere idóneo y necesario a para sí, en paz y respeto hacia los demás pueblos y procesos.

Llegados a este punto, vuelve a emerger al centro de la escena una cuestión política de fondo: Los procesos sociales de cambio solo pueden ser tales, si se construyen articulados a las fuerzas sociales, culturales y políticas que apuestan al cambio y generan el consenso social necesario para llevarlo adelante. Y esto solo puede realizarse desde abajo, cotidianamente, en todos los ámbitos del quehacer social y político: en lo institucional y en la sociedad toda. Un empeño político y social de esta naturaleza, no se alcanza espontáneamente. No basta con que un mandatario tenga una propuesta política que considere justa o de interés para su pueblo; es vital que el pueblo, los sectores y actores sociales y políticos sean parte de la misma, que hayan participado en su definición, que se hayan apropiado de ella.

No hay hechos mágicos en la política, mucho menos si se trata de cambiar la correlación de fuerzas hegemónicas hacia una nueva composición política y social de fuerzas a favor de cambios sustantivos: construir caminos para salir del egoísmo agonizante del mercado y avanzar hacia sociedades solidarias. Se trata de un cambio de hegemonía que reclama construir la fuerza social, política y cultural, el actor colectivo, capaz de diseñar y decidir el rumbo y el ritmo de los cambios, llevarlos adelante, sostenerlos y defenderlos. Esta también es una enseñanza vital para los procesos actuales que en este continente apuestan a cambiar la realidad de injusticia y discriminación, que apuestan a profundizar la democracia, sacándola del recinto del mercado para ampliarla y rediseñarla acorde con el crecimiento político-cultural de los pueblos, construyendo una democracia ciudadana con igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades para todas y todos.

Este es el camino de la seguridad democrática que necesitan los pueblos del continente, es el único camino para que el debate de ideas pueda fluir sin el asecho nocturno de los viejos o nuevos Golpes a la razón democrática que reclama la humanidad en el siglo XXI. Ojala la retórica democrática que se levanta desde el poder cuando no le resultan los procesos en otras latitudes, sea igualmente contundente cuando se atenta abierta y descaradamente contra un proceso legítimamente democrático como el de Honduras. Vale recordar: en el mundo globalizado bajo la hegemonía del capital, las lecciones –en un sentido u otro son siempre globales.

* Isabel Rauber es Doctora en Filosofía. Directora de la Revista Pasado y Presente XXI. Profesora de la Universidad Nacional de Lanús. Estudiosa de los movimientos sociales y procesos políticos del continente.

Comité Mesoamericano de los Pueblos: Pronunciamiento por el pueblo hondureño

1) Condenamos enérgicamente el brutal golpe de estado perpetrado por las fuerzas armadas en confabulación con la oligárquica hondureña.

2) Condenamos al gobierno de los Estados Unidos que ha sido cómplice del atentado por realizar acciones desestabilizadoras.

3) Condenamos la campañas de terror y desinformación de la que es víctima el pueblo hondureño a raíz del cerco mediático nacional e internacional (cortes de electricidad, internet, líneas telefónicas, suspensión e intervención militar en los medios de comunicación alternativa, entre otros) violentado el derecho universal al acceso a la comunicación.

4) Reconocemos y exigimos el restablecimiento en el poder del presidente constitucional Manuel Zelaya Rosales y al mismo tiempo el respeto a su integridad física.

5) Exigimos que los gobiernos del mundo y en especial los gobiernos que conforman el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) condenen el atentado hacia pueblo hondureño y deslegitimen a cualquier presidente que no sea Manuel Zelaya Rosales.

6) Exigimos el cumplimiento de todo el peso de la ley sobre todos aquellos que actuaron como responsables ante este hecho ilegitimo e ilegal que atenta con la integridad de todos los hondureños.

7) Exigimos el respeto a la integridad física de los diplomáticos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y a la canciller hondureña Patricia Rodas quienes salvajemente fueron a presados y maltratados por los militares.

8) Demandamos el respeto a la integridad física de nuestros compañeros y compañeras de los movimientos sociales y de ciudadanos y ciudadanas que se encuentran movilizados en Honduras en defensa del Estado de Derecho.

9) Respaldamos y exigimos la legitimación del proceso de consulta popular que el pueblo de Honduras heroicamente lleva a cabo en su país pese a las fuerzas represivas de la oligarquía y de los militares

10) Llamamos a los movimientos sociales y populares de América Latina a condenar el golpe de estado y el atentado a la autonomía del pueblo de llevar a cabo los procesos de participación democrática.

11 ) Convocamos a la movilización permanente de los movimientos sociales y populares latinoamericanos a manifestarse en las sedes diplomáticas hondureñas que se encuentran en sus países.

Estos hechos son una muestra más de las acciones de los grupos de la derecha y grupos de oligárquicos en contra de los intereses y derechos de los pueblos mesoamericanos, por lo que la agresión al pueblo de Honduras es también una acción en contra a todos los pueblos de Mesoamérica y en ese sentido nos solidarizamos y así mismo externamos nuestro apoyo total.

Honduras: contexto de la crisis política

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Golpe de Estado en Honduras: El eterno modelo

Honduras: Ensayo neo-golpista en América Latina
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En respuesta, cientos de reservistas del ejército se movilizaron desde el pasado jueves y ayer establecieron retenes en los principales accesos a la capital, Tegucigalpa. Por añadidura, la situación ha derivado en una confrontación entre los poderes establecidos en esa nación: la Suprema Corte de Justicia rechazó la destitución de Vásquez por considerarla infundada, mientras el Congreso que ha calificado de ilegal la consulta de hoy amaga desde hace días con declarar al mandatario incompetente para gobernar. A estas oposiciones se suman las de la Iglesia y las cúpulas de empresarios, que han llamado a los ciudadanos a no salir a las calles a fin de evitar disturbios, y acusan al actual mandatario de querer perpetuarse en el poder, si bien este señaló, en una entrevista realizada el pasado viernes, que dejará el cargo en enero de 2010 cuando corresponde y que sólo aspira a legar un país y una democracia con reformas, con un proceso de participación activa.

Estos hechos, calificados en conjunto como un intento de golpe de Estado, han sido rechazados por distintas instancias internacionales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el Grupo de Río, así como por los gobiernos que integran la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba).

La convocatoria a una nueva constituyente no es un hecho inédito en América Latina: otro tanto ha ocurrido ya en distintas naciones de la región ante la necesidad de reformar expresiones de pactos oligárquicos, anacrónicos y discordes con las necesidades y demandas de la población. En ese sentido, lo que hoy se vive en Honduras es una repetición de lo que ha ocurrido en países como Venezuela, Bolivia y Ecuador: el rechazo y la embestida de los grupos privilegiados que buscan por distintos medios, legales o no, defender un status quo favorable a sus intereses.

Adicionalmente, la crisis política por la que hoy atraviesa la nación centroamericana es resultado de distintos procesos. Dentro de ellos destaca el aislamiento sostenido que ha experimentado el propio Zelaya en el seno del Partido Liberal instituto político conservador que lo llevó a la presidencia en 2005, consecuencia de decisiones presidenciales que no han sido bien vistas por la oligarquía de ese país, como el convenio petrolero firmado con Venezuela y la posterior adhesión de su gobierno a la Alternativa Bolivariana de las Américas (Alba). En los hechos, tales decisiones han desviado a Honduras en mayor o menor medida de su papel y su proyección histórica como punta de lanza de los intereses económicos y geoestratégicos de Estados Unidos en la región, y acercaron al gobierno de Zelaya emanado de las filas de la derecha a un conjunto de regímenes progresistas latinoamericanos que reivindican la defensa de la soberanía y la justicia social.

Otro elemento a considerar en la configuración del conflicto hondureño es la existencia de un movimiento amplio y creciente integrado por organizaciones indígenas, sindicales, campesinas y estudiantiles, que hoy por hoy constituye la principal base de apoyo a la creación de un nuevo constituyente, y cuyo respaldo a la presidencia de Zelaya ha sido decisivo en las últimas horas: de manera significativa, el jueves por la tarde, el mandatario arribó a una base de la fuerza aérea hondureña en compañía de cientos de ciudadanos a recuperar el material electoral que se utilizará en la consulta de hoy, y que había sido decomisado por los militares.

Ante tales elementos de juicio, la crisis política en Honduras es, más que consecuencia de un proyecto político personal, el producto del choque entre un poder político-económico anquilosado y vetusto y una sociedad cada vez más organizada que demanda el cambio y la ampliación de las reglas democráticas en ese país.

Fuente: * Diario de México
http://www.jornada.unam.mx/2009/06/28/index.php?section=edito

ANEP retransmite preguntas comprometedoras al gobierno de los Arias

-· ¿Con cuánta antelación sabían los hermanos Arias del Golpe de Estado en Honduras?

– ¿Por qué el señor Ministro de la Presidencia, Lic. Rodrigo Arias Sánchez, no viajó este fin de semana a la comunidad de Bebedero, Guanacaste, sede del Ingenio Taboga, alegando que esperaba “acontecimientos muy importantes”?- · ¿Cuáles eran esos “acontecimientos”?

· ¿Es cierto que la distinguida y respetada señora Ministra de Seguridad Pública y de Gobernación y Policía, doña Jannina Del Vecchio Ugalde, salió de su casa, este domingo 28 de junio, a las 6 de la mañana?

– ¿Hacia adónde y con qué objetivo?

– ¿Por qué no se detuvo en el Aeropuerto Juan Santamaría a los golpistas secuestradores del Presidente Zelaya?

– ¿Por qué no se decomisó la aeronave?

– ¿Desde qué hora se ordenó un “cierre” del citado aeropuerto?

– ¿Qué pasó con un vuelo de COPA para Ecuador, al cual se le alegó un “retraso” de seis horas y fue sustituido por otro que salió 15 minutos antes de la hora fijada para el vuelo original?

– ¿Es un hecho realmente creíble que el gobierno Arias condena, genuinamente, el Golpe de Estado en Honduras?… ¿o será “de la boca para afuera”?

Presidentes suramericanos condenan golpe en Honduras

“La posición de nuestro gobierno la conoce el mundo, estamos en presencia de un golpe troglodita, por decirlo de alguna manera”, dijo el Mandatario venezolano en declaraciones ofrecidas a teleSUR.

Contrastó la realidad hondureña con los hechos del 4 de febrero de 1992 en Venezuela, cuando él encabezó una rebelión militar en Venezuela y consideró que en el caso de la nación suramericana es la oligarquía que actúa contra el pueblo.

“A nosotros nos llaman golpistas, la acción de 4 de febrero fue una acción patriótica contra la burguesía, allá en Honduras es todo lo contrario, la burguesía contra un pueblo”, sostuvo Chávez.

Criticó a los comandantes de las fuerzas golpistas, por usar miembros de la Fuerza Armada para perpetrar una violación a la democracia de Honduras, en una acción que ha encontrado férrea resistencia de parte de movimientos sociales de ese país centroamericano.

“Esos comandantes golpistas están usando a los soldados para llevar a cabo un golpe de Estado. Ahora, esos soldados van a saber lo que es un pueblo, luego de que actuaron de manera cobarde”.

Recordó que el pasado viernes objetó al jefe del Estado Mayor Conjunto de Honduras, Romeo Vásquez, quien, luego de insubordinarse al mandatario hondureño, dijo ser amigo personal del Presidente Zelaya.

Dijo que en los hechos de abril de 2002 en Venezuela, cuando se produjo un golpe de Estado en su contra, militares disidentes también dijeron ser amigos del Presidente venezolano.

“Me recuerdo cuando el general hondureño decía que el era amigo del Presidente. Yo también tenía unos amigos así, pero los mandé largo al cipote”.

Insistió en que en Honduras se está siguiendo el mismo formato que utilizaron los golpistas en Venezuela en el 2002, por lo que estimó que “así como las fuerzas golpistas y desestabilizadores están repitiendo el modelo, se puede pensar que el pueblo devolverá el estado de derecho”.

Enfatizó que lo que ocurre en Honduras es un golpe de Estado contra un Presidente que sólo esta planteando una consulta popular para promover la democracia participativa.

Aseveró que la política que Estados Unidos ha dirigido a la región está relacionada con lo que acontece en Honduras, al referirse al financiamiento de éste país a grupos de derecha para desestabilizar Gobiernos en Latinoamérica.

“El imperio yanqui tiene mucho que ver con ésto. Es la burguesía, la extrema derecha que usaron a los soldados para masacrar a los pueblos de Latinoamérica. Esto es consecuencia de la política imperial”.

Añadió que a los soldados de Honduras “hay que decirle que vuelquen el fusil contra el oligarca, no contra el pueblo”.

Aseguró que Honduras cuenta con el respaldo de Venezuela y de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA) para derrotar la insurrección contra la democracia.

“El ALBA está en combate hemos iniciado las conversaciones con Evo Morales y con los demás presidentes del ALBA, Daniel está pendiente desde muy temprano. Hicimos contacto en Honduras, con nuestros embajadores”, indicó el presidente venezolano

“Estamos de pie, Honduras no está sola, estamos con Honduras. Ya empezamos a movilizarnos, ese golpe va a ser derrotado”, aseguró Chávez. Esos militares golpistas van a saber que el mundo cambio, que honduras cambio, que estamos viviendo en el ALBA en el amanecer y ese golpe lo vamos a quebrar desde adentro y desde afuera”, expresó.

Resaltó que el Gobierno de Venezuela no reconocerá un régimen que se instale posteriormente al golpe de Estado contra Zelaya, ya que debe ser el pueblo de ese país, en el ejercicio democrático del sufragio, el que decida

“Venezuela no reconoce ni reconocerá a otro Presidente que no sea Manuel Zelaya, hasta que sea el mismo pueblo hondureño que diga lo contrario en las urnas”, detalló.

Rechazo de Bolivia

El presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó a organismos internacionales, a sus homólogos de Latinoamérica y a dirigentes de movimientos sociales “a condenar y repudiar este golpe de Estado militar en Honduras”.

En declaraciones ofrecidas en Palacio de Gobierno boliviano, Morales dijo que en este momento hay una “emergencia internacional” por la situación de Honduras.

Morales dijo que “estos no son tiempos de dictaduras y que lo que está sucediendo en Honduras es una aventura de un grupo de militares que atenta contra la democracia, contra el pueblo”.

El mandatario defendió que las consultas y los referendos son una forma de participación del pueblo para profundizar la democracia y cambiar la Constitución, como él mismo hizo en Bolivia.

“Es otra forma de gobernar, subordinado al pueblo. Los pueblos tiene derecho a elegir con su voto, cambiar políticas y cambiar constituciones, normas, leyes pero con la participación de pueblo. Eso es el referendo”, dijo el mandatario boliviano.

“No es posible que eso sea rechazado por grupos y (además) militarmente. Lo que está pasando en Honduras por culpa de algunos militares desprestigia a las Fuerzas Armadas”, sostuvo.

De la misma forma presidentes de Argentina, Chile, Paraguay, Brasil, entre otros, se manifestaron en los mismos términos.