Panamá: una huelga de trascendencia histórica en el canal

El lunes 16 de enero de 2012, se declararon en huelga alrededor de 5,000 trabajadores que laboran en la ampliación del Canal de Panamá, que construyen dos nuevas esclusas para barcos postpanamax. La paralización ha sido total, tanto en el sector del Pacífico como en el Atlántico, y sumó a todas las categorías, desde ayudantes hasta capataces.

El pliego de peticiones que motiva la huelga se sustenta en una serie de abusos cometidos por el consorcio “_Grupo Unidos por el Canal_”, encabezado por la transnacional española Sacyr y la principal constructora panameña, del Grupo CUSA, propiedad de la familia del actual administrador del Canal de Panamá, Alemán Zubieta. La huelga, que se ha prolongado por una semana, es tan fuerte y golpea un sector clave de la economía que el Ministerio de Trabajo, tan propatronal y antiobrero en otros conflictos, ha sido cauteloso en sus declaraciones y ha evitado reprimir a los trabajadores.

Los huelguistas han denunciado todo tipo de atropellos, desde despidos injustificados hasta salarios discriminatorios para los panameños en beneficio de empleados extranjeros (españoles e italianos), lo que recuerda la doble escala salarial basada en el origen étnico (“gold roll” y “silver roll”) impuesta por el imperialismo norteamericano en la Zona del Canal, verdadero apartheid racista que existió durante la presencia colonialista norteamericana hasta 1977.

El problema central de las demandas obreras se concentra en una escala salarial decretada por el gobierno panameño para los trabajadores del canal a todas luces obsoleta (Decreto No. 3 del 4 de marzo de 1980), y que se ha quedado rezagada ante la galopante inflación de los últimos años, y los ajustes salariales logrados en los decretos de salario mínimo de 2009 y 2011, y la convención colectiva del Sindicato Único de la Construcción (SUNTRACS) con la patronal (CAPAC).

El Decreto 3 fija en un monto máximo de 2.90 dólares la hora de trabajo para la categoría inferior, mientras los trabajadores huelguistas y la dirigencia del SUNTRACS exigen un piso mínimo de 6.00 dólares la hora, y la ministra de trabajo ha propuesto un aumento que no exceda el 5% de la base salarial del referido decreto.

El problema se ha vuelto complejo de resolver porque no sólo es obsoleto el Decreto 3, sino que ese decreto expresa el criterio segregacionista con que la burguesía y los gobiernos panameños han querido manejar lo concerniente al Canal de Panamá desde que revirtió a la soberanía nacional en el año 2,000. Desde la década del 90, poco después de la invasión norteamericana de 1989, el imperialismo yanqui le exigió a la burguesía panameña que, para transferir el canal como establecían los Tratados de 1977, debía establecerse un estatus jurídico especial, segregado de la jurisdicción del resto de la república. Como han denunciado muchos, es como si siguiera existiendo la Zona del Canal, sólo que administrada por “_panameños_” ( la Junta Directiva de la Autoridad del Canal de Panamá – ACP, está compuesta por altos empresarios del sector bancario y de la construcción que cuentan con el aval norteamericano).

Es en estas circunstancias que, en 1994, el conjunto de la burguesía panameña y sus partidos políticos, con el aval del gobierno de Estados Unidos, imponen el Título XIV de la Constitución Política , que da al Canal de Panamá no un régimen de autonomía, sino de verdadera segregación respecto del resto de la nación. Entre otras cosas, el artículo 320 de la Constitución panameña estableció que el presupuesto de la ACP “_NO formará parte del Presupuesto General de Estado_”, que solamente será controlado a posteriori por la Contraloría y que no podrá ser modificado por la Asamblea Nacional. Es como si se hubiera creado otro Estado dentro del Estado panameño, lo mismo que la anterior Zonal del Canal, con la única diferencia es de que ahora los administran “_panameños_”.

Siguiendo esa lógica segregacionista, el artículo 322 de la Constitución Política estableció un régimen laboral “especial” para los trabajadores del Canal de Panamá, es decir, un régimen al margen de las leyes nacionales y del Código de Trabajo. Entre otras cosas que incluye ese artículo, está la prohibición de huelgas en el canal, lo cual constituye una violación de la propia Constitución, del derecho internacional y de los principios de la Organización Internacional del Trabajo. En base a ese artículo se han desarrollado toda una reglamentación interna de la ACP que choca con otros criterios jurídicos del país, entre ellos el Decreto de marras que motiva la huelga a que hacemos referencia.

Decimos que esta huelga tiene una trascendencia histórica porque le ha dado en la torre al esquema segregacionista que la burguesía panameña y el imperialismo yanqui han querido establecer para el Canal panameño y ha puesto al descubierto toda la mar de contradicciones legales y constitucionales que se cobijan bajo el esquema de la ACP.

Las contradicciones expresadas en el Decreto 3, son todavía más absurdas y ridículas ya que, si bien pudiera decirse que el Título Constitucional al que hemos hecho referencia, y las leyes y reglamentos que de él se han derivado, son aplicables a los trabajadores del Canal de Panamá, el hecho es que los trabajadores de la ampliación que laboran para el “Grupo Unidos por el Canal”, no son empleados de la ACP , sino de un consorcio privado que debiera estar regido por el Código de Trabajo y las leyes laborales panameñas, como la de salario mínimo.

Por ello constituyó un doble abuso desde el principio pretender que estos trabajadores estuvieran regidos por el Decreto 3 del 4 de marzo de 1980. Por ello han hecho bien estos obreros en declararse en huelga y exigir su ajuste salarial, tanto con la Convención Colectiva SUNTRACS-CAPAC, como con la ley que regula el salario mínimo en Panamá.

La “tapa del coco” de todos los abusos y canonjías, y que ha trabado las negociaciones para poner fin a la huelga, es que hoy se ha sabido (La Prensa , 21/1/12) de la existencia de una cláusula secreta entre el Grupo Unidos por el Canal y la ACP (cláusula 3.7 del contrato) que obliga al estado panameño a pagar el 100% de cualquier ajuste salarial de los trabajadores que vaya más allá del Decreto 3 de 1980. Esto es el colmo, el Estado panameño, sea por la vía del presupuesto general o de la ACP , tiene que cubrir de sus fondos el aumento salarial para garantizar los beneficios de los empresarios extranjeros y nacionales beneficiados con el negociado de la ampliación del Canal.

Cuando en 2006 empezó el debate sobre la ampliación del Canal de Panamá mediante un nuevo juego de esclusas para barcos postpanamax, quienes nos opusimos argumentamos dos cosas, que ahora se muestran certeras: primero, la obra no es urgente para el comercio mundial ya que el Canal está lejos de su máxima capacidad, por ello implica endeudar al país para beneficio de las navieras internacionales; dos, gastar al menos, 5,2000 millones en esa obra es transferir a beneficio de bancos y constructoras unos ingreso del Canal que debían servir para resolver los problemas sociales acumulados por el pueblo panameño.

La lucha genereacional por la soberanía era para que el pueblo panameño viva mejor, no una pequeña élite empresarial nacional y extranjera. Eso es lo que está pasando, los potentados del Grupo Unidos por el Canal se llevan para sí y para el extranjero las ganancias de la ampliación, mientras quieren pagarle migajas al trabajador panameño. Por eso también ha sido legítima e histórica esta huelga, que cuenta con el respaldo de todas las organizaciones populares y sindicales de Panamá.

La paz mundial pende de un hilo

Ayer tuve el gusto de conversar sosegadamente con Mahmoud Ahmadinejad. No lo había visto desde septiembre del 2006, hacía más de cinco años, cuando visitó nuestra Patria para participar en la XIV Cumbre del Movimiento de Países No Alineados que tuvo lugar en La Habana, donde se eligió por segunda vez a Cuba como Presidente de esa organización por el tiempo establecido de tres años.

Yo había enfermado gravemente el 26 de julio de 2006, mes y medio antes de la misma y apenas podía sentarme en la cama. Varios de los más distinguidos líderes que asistían al evento tuvieron la amabilidad de visitarme. Chávez y Evo lo hicieron más de una vez. Un mediodía lo hicieron cuatro a los que siempre recuerdo: Kofi Annan, Secretario General de la ONU; un viejo amigo, Abdelaziz Buteflika, Presidente de Argelia; Mahmoud Ahmadinejad, Presidente de Irán; y un Viceministro de Relaciones Exteriores del gobierno de China y actual Canciller de ese país, Yang Jiechi, en representación del líder del Partido Comunista y Presidente de la República Popular China, Hu Jintao. Fue realmente un momento de importancia para mí que con gran esfuerzo reeducaba la mano derecha que había sufrido un serio accidente en la caída en Santa Clara.

Con los cuatro comenté aspectos de los problemas que el mundo afrontaba en aquellos instantes. Estos, ciertamente, se han ido tornando cada vez más complejos.

En el encuentro de ayer observé al Presidente iraní absolutamente sosegado y tranquilo, indiferente por completo a las amenazas yankis, confiado en la capacidad de su pueblo para enfrentar cualquier agresión y en la eficacia de las armas, que en gran parte producen ellos mismos, para ocasionar a los agresores un precio impagable.

En realidad del tema bélico apenas habló, su mente se concentraba en las ideas expuestas en la conferencia impartida en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, centrada en la lucha por el ser humano: “_caminar hacia llegar y lograr la paz, la seguridad, el respeto y la dignidad humana como un deseo de todos los seres humanos a lo largo y ancho de la historia_.”

Estoy seguro de que, por parte de Irán, no deben esperarse acciones irreflexivas que contribuyan al estallido de una guerra. Si esta inevitablemente se desata, será fruto exclusivo del aventurismo y la irresponsabilidad congénita del imperio yanki.

Pienso por mi parte que la situación política creada en torno a Irán y los riesgos de una guerra nuclear que de ella emanan y a todos involucra posean o no tales armas, son sumamente delicados porque amenazan la propia existencia de nuestra especie. El Oriente Medio se ha convertido en la región más conflictiva del mundo, y el área donde se generan los recursos energéticos vitales para la economía del planeta.

El poder destructivo y los sufrimientos masivos que originaban algunos de los medios utilizados en la Segunda Guerra Mundial motivaron una fuerte tendencia a prohibir algunas armas como los gases asfixiantes y otras empleadas en aquella guerra. Sin embargo, las pugnas de intereses y las enormes ganancias de los productores de armas los llevó a la confección de armamentos más crueles y destructivos, hasta que la tecnología moderna aportó el material y los medios cuyo empleo en una guerra mundial conducía al exterminio.

Sostengo el criterio, sin dudas compartido por todas las personas con un sentido elemental de responsabilidad, de que ningún país grande o pequeño tiene el derecho a poseer armas nucleares.

Nunca estas debieron usarse para atacar dos ciudades indefensas como Hiroshima y Nagasaki, asesinando e irradiando con horribles y duraderos efectos a cientos de miles de hombres, mujeres y niños, en un país que ya estaba militarmente vencido.

Si el fascismo obligaba a las potencias coaligadas contra el nazismo a competir con ese enemigo de la humanidad en la fabricación de tal arma, finalizada la guerra y creada ya la Organización de Naciones Unidas, el primer deber de esa organización era prohibir tal arma sin excepción alguna.

Pero Estados Unidos, la potencia más poderosa y rica, impuso al resto del mundo la línea a seguir. Hoy posee cientos de satélites que espían y vigilan desde el espacio a todos los habitantes del planeta. Sus fuerzas navales, aéreas y terrestres están equipadas con miles de armas nucleares, manejan a su antojo, a través del Fondo Monetario Internacional, las finanzas y las inversiones del mundo.

Si se analiza la historia de cada una de las naciones de América Latina, desde México hasta la Patagonia, pasando por Santo Domingo y Haití, podrá observarse que todas, sin una sola excepción han sufrido durante doscientos años, desde los inicios del siglo XIX hasta hoy, y de una u otra forma están sufriendo cada vez más los peores crímenes que el poderío y la fuerza pueden cometer contra el derecho de los pueblos. Escritores brillantes surgen en creciente número: uno de ellos, Eduardo Galeano, autor de “_Las venas abiertas de América Latina_”, que describe lo anterior, acaba de ser invitado a inaugurar el prestigioso Premio Casa de Las Américas, como un reconocimiento a su relevante obra.

Los acontecimientos se suceden con increíble rapidez; pero la tecnología los transmite al público de forma aún más rápida. Un día cualquiera, como el de hoy, noticias importantes se suceden con extraordinario ritmo. Un despacho cablegráfico fechado ayer 11, recoge la siguiente noticia textual: “_La presidencia danesa de la Unión Europea afirmó el miércoles que una nueva serie de sanciones europeas más severas contra Irán se decidirá el 23 de enero en razón de su programa nuclear, apuntando no sólo el sector petrolero sino también al banco central_”.

“_‘Iremos más lejos a la vez en lo que se refiere a las sanciones petroleras y contra las estructuras financieras’_” dijo el jefe de la diplomacia danesa Villy Soevndal, durante un encuentro con la prensa extranjera. Puede apreciarse con claridad que, a fin de impedir la proliferación nuclear, Israel puede acumular cientos de ojivas nucleares mientras Irán no puede producir uranio enriquecido al 20%.

Otra noticia sobre el tema, de una conocida y experta agencia informativa británica refiere que: “_China no dio señales el miércoles de ceder terreno a las demandas de Estados Unidos de que reduzca sus compras de petróleo iraní y consideró un exceso las sanciones de Washington contra Teherán…_”.

Cualquiera se asombraría de la tranquilidad con que Estados Unidos y la civilizada Europa promueven esta campaña con una pasmosa y sistemática práctica terrorista. Baste estas líneas trasmitidas por otra importante agencia europea de noticias: “_El asesinato, el miércoles, de un responsable de la planta nuclear de Natanz, en el centro de Irán, cuenta tres precedentes desde enero de 2010_.”

El 12 de enero de ese año: “_Un físico nuclear internacionalmente reconocido, Masud Alí Mohamadi, profesor en la universidad de Teherán y que trabajaba para los Guardianes de la Revolución, murió en la explosión de una moto bomba delante de su domicilio…_”.

29 de noviembre de 2010: Majid Shahriari, fundador de la Sociedad nuclear de Irán y ‘encargado de uno de los grandes proyectos de la Organización iraní de la energía atómica’ […] fue muerto en Teherán por la explosión de una bomba magnética fijada a su automóvil.

“El mismo día, otro físico nuclear, Fereydoun Abasi Davani, fue objeto de un atentado en condiciones idénticas cuando estacionaba su coche delante de la universidad Shahid Beheshti en Teherán, donde los dos hombres eran profesores.” -Fue solo herido.

“_23 de julio de 2011: El científico Dariush Rezainejad, que trabajaba en proyectos del ministerio de la Defensa, fue muerto a balazos por desconocidos que se desplazaban en una moto en Teherán._”

“_11 de enero de 2012: es decir, el mismo día en que Ahmadinejad viajaba de Nicaragua a Cuba, para dar su conferencia en la Universidad de La Habana El científico Mostafa Ahmadi Roshan, que trabajaba en la planta de Natanz, de la cual era vice-director para los asuntos comerciales, murió en la explosión de una bomba magnética colocada sobre su automóvil, cerca de la universidad Allameh Tabatabai, al este de Teherán_”. Como en años anteriores “_Irán acusó nuevamente a Estados Unidos e Israel_.”

Se trata de una carnicería selectiva de brillantes científicos iraníes sistemáticamente asesinados. He leído artículos de conocidos simpatizantes de Israel que hablan de crímenes realizados por sus servicios de inteligencia, en cooperación con los de Estados Unidos y la OTAN, como algo normal.

Al mismo tiempo, desde Moscú las agencias informan que “Rusia advirtió hoy que en Siria está madurando un escenario similar al de Libia, pero alertó que está vez el ataque vendrá desde la vecina Turquía.

“El Secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolai Patrushev, sostuvo que Occidente desea ‘castigar a Damasco no tanto por la represión a la oposición sino por su renuencia a interrumpir su alianza con Teherán’.

“_…en su opinión, en Siria está madurando un escenario como el de Libia, pero en esta oportunidad, las fuerzas de ataque no vendrán de Francia, Gran Bretaña e Italia sino de Turquía’_.”

“_Incluso, se atrevió a adelantar que ‘es posible que Washington y Ankara están ya definiendo varias opciones de zonas de exclusión de vuelo, donde ejércitos armados de rebeldes sirios podrían ser entrenados y concentrados’_.”

Las noticias no solo proceden de Irán y el Oriente Medio, sino también de otros puntos del Asia Central próximos al Oriente Medio. Las mismas nos permiten apreciar la complejidad de los problemas que pueden derivarse de esa peligrosa zona.

Estados Unidos ha sido conducido por su contradictoria y absurda política imperial a problemas serios en países como Pakistán, cuyas fronteras con otro importante Estado, Afganistán, fueron trazadas por los colonialistas sin tomar en cuenta cultura ni etnias.

En este último país, que durante siglos defendió su independencia frente al colonialismo inglés, la producción de drogas se ha multiplicado desde la invasión yanki, y los soldados europeos apoyados por los aviones sin piloto y armamento sofisticado de Estados Unidos cometen bochornosas matanzas que incrementan el odio de la población y alejan las posibilidades de paz. Eso y otras inmundicias también se reflejan en los despachos de las agencias occidentales de noticias.

WASHINGTON, 12 Enero 2012 – El secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, calificó este jueves de ‘absolutamente lamentable’ el comportamiento de cuatro hombres presentados como marines norteamericanos orinando sobre cadáveres en Afganistán en un video difundido por internet.

“He visto las imágenes y encuentro el comportamiento (de esos hombres) absolutamente lamentable…”

“‘Este comportamiento es totalmente inapropiado de parte de miembros del ejército estadounidense y no refleja en ningún caso los criterios y los valores que nuestras fuerzas armadas juran respetar’…

En realidad ni lo afirma ni lo niega. Cualquiera puede quedarse con la duda y posiblemente el mismo Secretario de Defensa.

Pero también resulta extremadamente inhumano, que hombres, mujeres y niños, o un combatiente afgano que lucha contra la ocupación extranjera, sea asesinado por las bombas de los aviones sin piloto. Algo también muy grave: decenas de soldados y oficiales pakistaníes, que cuidaban las fronteras del país, han sido destrozados por esas bombas.

En declaraciones del propio Karzai, Presidente de Afganistán, este expresó que el ultraje a los cadáveres era “’_simplemente inhumano’, y pidió al gobierno estadounidense que ‘aplique el castigo más severo a quien sea, que acabe siendo condenado por este crimen’._”

Portavoces de los talibanes declararon que “‘_en los diez últimos años se dieron centenares de actos similares que no fueron revelados’…_”

Uno incluso siente lástima por aquellos soldados, separados de familiares y amigos, a miles de kilómetros de su propia patria, enviados a luchar en países que ni siquiera tal vez oyeron mencionar como escolares, donde les asignan la tarea de matar o morir para enriquecer a empresas transnacionales, fabricantes de armas y políticos inescrupulosos, que dilapidan cada año los fondos que se necesitan para la alimentación y la educación de los incontables millones de hambrientos y analfabetos en el mundo.

No pocos de esos soldados, víctimas de los traumas sufridos, terminan privándose de la vida.

¿Acaso exagero cuando afirmo que la paz mundial pende de un hilo?

Fidel Castro Ruz

El buen negocio de reconstruir Haití

La ONG Intermon Oxfam concluye que dos años después del terremoto de Haití “_más de 519.000 personas viven todavía en tiendas de campaña y bajo lonas en 758 campamentos; la mitad de los escombros siguen sin haberse recogido; el cólera se ha cobrado miles de vidas y representa una amenaza muy importante para la salud pública; pocos haitianos tienen acceso a servicios básicos; la mayor parte de la fuerza laboral está desempleada o subempleada; el 45 por ciento de la población se enfrenta a la inseguridad alimentaria; y las elecciones, seguidas de una confrontación política entre el presidente electo y el Parlamento, han impedido que avance la reconstrucción_”. Es parte de su informe El Lento Camino hacia la Reconstrucción.

Según relatan las noticias sobre el informe de Oxfam, la ONG del Norte global explica que las elecciones de principios de año y el posterior enfrentamiento entre el presidente y el parlamento “han impedido la reconstrucción“ y es hora de recuperar tiempo perdido y hacerlo involucrando a todas las partes.

Es decir, la culpa, al final del paseo, es de los haitianos. Pero resulta que Oxfam peca de omisión voluntaria o involuntaria en su informe o, lo que sería peor, de una mirada colonial imperdonable. La ONG insiste en que 7 de cada 10 dólares que entran al país proceden de la cooperación no denuncia que 9 de cada 10 dólares de la cooperación son manejados por ONGs, organizaciones gubernamentales o empresas privadas extranjeras. Es decir, que el Gobierno y las organizaciones de Haití apenas rozan el 1% de las donaciones destinadas a Haití (unos 3.600 millones de dólares en estos dos años si se suma la ayuda humanitaria y la ayuda a la reconstrucción). Tampoco cuenta que 1.556 millones de dólares han sido gastados desde enero de 2010 en pagar a los cuestionados militares de la Misión de Estabilización de Haití de la ONU.

Para tener una mirada más centrada sobre la realidad, nos asomamos al artículo de Bill Quigley y Amber Ramanauskas, Siete lugares a donde fue y no fue el dinero del terremoto, publicado en BahiaNoticias y traducido por Alicia Vega. En él se resumen las principales investigaciones sobre el destino de las donaciones a Haití. Publicamos un extracto revelador:

– El mayor receptor individual de dinero del terremoto de EE.UU. fue el gobierno de los EE.UU.. Lo mismo es válido para las donaciones de otros países.

– Inmediatamente después del terremoto, los EE.UU. asignó $379 millones en ayuda y envió tropas integradas por 5000 soldados.

– The Associated Press descubrió que de los $379 millones en dinero inicial de EE.UU. prometido a Haití, la mayoría no era realmente dinero que iba directamente a Haití, o en algunos casos ni siquiera indirectamente. Se documentó en enero de 2010 que treinta y tres centavos de cada uno de estos dólares para Haití se le dio en realidad directamente de retorno a los EE.UU

– Cuarenta y dos céntimos de cada dólar se fue a organizaciones no gubernamentales privadas y públicas como Save the Children, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y la Organización Panamericana de la Salud

– El Enviado Especial de la ONU para Haití, informó que de los $2.4 mil millones de financiación humanitaria, el 34 por ciento fue reemblsado de nuevo a los propios entes donantes civiles y militares para la respuesta al desastre, el 28 por ciento se le dio a las agencias de las Naciones Unidas y organismos no gubernamentales (ONG) para determinados proyectos de la ONU, el 26 por ciento fue entregado a los contratistas privados y otras organizaciones no gubernamentales, un 6 por ciento se presentó como servicios en especie a los beneficiarios, el 5 por ciento a la comunidad internacional y las sociedades nacionales de Cruz Roja, un 1 por ciento se presentó al gobierno de Haití, cuatro décimas de un 1 por ciento de los fondos se destinaron a organizaciones no gubernamentales de Haití.

– El Centro para la Investigación Económica y Política, la fuente más favorable para obtener información precisa sobre este tema, analizando todos, los 1.490 contratos adjudicados por el gobierno de los EE.UU. después del terremoto de enero 2010 hasta abril de 2011; encontró que sólo 23 contratos fueron para empresas haitianas.

– La Cruz Roja Americana recibió más de $486 millones en donaciones para Haití. Se dice que dos tercios del dinero fue invertido en los esfuerzos de socorro y recuperación, aunque los detalles específicos son difíciles de conseguir. El consejero delegado de la Cruz Roja Americana tiene un sueldo de más de 500.000 dólares al año.

– Hay un contrato conjunto de $8,6 millones entre la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) con la empresa privada CHF para la remoción de escombros en Puerto Príncipe. CHF es una empresa de desarrollo internacional políticamente bien conectada con un presupuesto anual superior a los $200 millones, cuyo CEO cobró $451.813 en 2009.

– Los presidentes George W. Bush y Bill Clinton anunciaron una iniciativa para recaudar fondos para Haití el 16 de enero de 2010. A partir de octubre de 2011, el Fondo había recibido $54 millones en donaciones. Se ha asociado con varias organizaciones haitianas e internacionales. Aunque la mayor parte de su trabajo parece ser admirable, ha donado $2 millones para la construcción de un hotel de lujo haitiano de $29 millones.

– Aprovechando el desastre, Lewis Lucke, un coordinador de ayuda de alto rango de USAID, se reunió dos veces en su calidad de USAID con el Primer Ministro haitiano inmediatamente después del terremoto. Él renunció a la agencia y fue contratado por 30.000 dólares al mes por una corporación de Florida Ashbritt (ya conocida por su gran oferta no otorgada en Katrina) y un socio próspero de Haití para presionar para los contratos de desastre. A Ashbritt y sus socios haitianos se les concedió antes 10 millones de dólares sin contrato de oferta. Lucke, dijo que él desempeñó un papel decisivo en la obtención de otro contrato de $10 millones del Banco Mundial y otro más pequeño a partir de CHF Internacional antes de que su relación terminara.

– A casi dos años después del terremoto, menos del 1 por ciento de los $412,000,000 en fondos de EE.UU. destinados específicamente a las actividades de reconstrucción de la infraestructura de Haití se habían gastado por la USAID y el Departamento de Estado de EE.UU. y sólo un 12 por ciento incluso fue obligado de acuerdo con un informe de noviembre 2011 de la Oficina de Contabilidad del Gobierno de EE.UU.

– El Miami Herald señaló que a partir de julio de 2011, de los $3.2 mil millones en proyectos aprobados por la CIDH sólo cinco habían completado un total de $84 millones. La Comisión Interina de Recuperación de Haití (CIDH), que fue duramente criticada por los haitianos y otros desde sus inicios, ha sido en efecto suspendida ya que su mandato terminaba a finales de octubre de 2011. El Fondo de Reconstrucción de Haití se creó para trabajar en conjunto con la CIDH, así que mientras su pareja está suspendida, no está claro cómo se puede avanzar.

Fuente: http://otramerica.com/especiales/haiti-el-terremoto-colonial/el-buen-negocio-de-reconstruir-haiti/1225