Acerca de “La Hora Tatá” en el Sistema Penitenciario Nacional

La crisis que atraviesa el Sistema Penitenciario Nacional (SPN) es un tema olvidado por los diferentes sectores políticos y sociales del país. Por tal circunstancia, al abordarse delicadas situaciones que esta institución está viviendo, es notoria la falta de sensibilidad por parte de algunos actores políticos, tanto como la pérdida de objetividad de ciertos medios de comunicación a la hora de presentar la noticia penitenciaria. Y esto es alarmante.

Existe en la población del país un total desconocimiento de la importante labor que realizan los funcionarios y las funcionarias del Sistema Penitenciario Nacional costarricense. No se ha valorado en su real dimensión la mística y la vocación con la que estos abnegados servidores públicos desarrollan sus tareas.

Con discursos “populistas” se señalan las debilidades carcelarias de menor importancia, con el único objetivo de desvirtuar las funciones de estos servidores o favorecer a unos pocos.

En ANEP tenemos la convicción de que la Salud Mental del servidor penitenciario, como parte de la Salud Ocupacional decente que debe imperar en todo ámbito laboral, público y privado, es inherente a la labor de tratamiento y de seguridad de las personas privadas de libertad que están recluidas en las cárceles del país.

“La Hora Tatá” se ha conceptuado como parte de los pocos espacios y de las casi nulas posibilidades que en materia de Salud Mental tiene y están al alcance del funcionario penitenciario de hoy en día. Para la ANEP, su debida regulación y la denuncia de su abuso, deben ser elementos fundamentales para preservar este estímulo cualitativo al quehacer de la cárcel; sin embargo, el sobredimensionamiento político-jerárquico que las máximas autoridades le han dado a los casos aislados, ha herido el honor de la abrumadora mayoría de este personal de los servicios públicos costarricenses; lesión moral que fue potenciada, mediáticamente, con cierto morbo para estimular la “venta” de la noticia.

En tal sentido es importante, por tanto, reiterar que la ANEP está en contra de cualquier abuso en la función pública; y, abiertamente a favor de la transparencia y la rendición de cuentas. Lo que no podemos compartir es que se ignoren los problemas medulares del sistema carcelario; temática ésta que, por supuesto, no es de interés para primeras páginas.

La elaboración de constantes informes y el cumplimiento diario de extensas agendas, han desbordado las capacidades individuales y colectivas del personal técnico, administrativo y operativo del Sistema Penitenciario Nacional: las visitas a los hogares, las visitas laborales a los oferentes, las entrevistas para visita conyugal, la confección de documentación, entrevistas a las personas privadas de libertad, así como los informes jurídicos, constituyen solo una pequeña parte del acongojante estrés laboral de este personal carcelario.

Contrariamente al morbo mediático, lo que no se da a conocer es que existe un faltante desproporcionado de personal y que el recargo de funciones es extremado; funciones que no se pueden obviar, que no se pueden dejar de hacer, pues se deben cumplir en los plazos establecidos judicialmente y las normas existentes.

De igual manera, para la ejecución de las funciones descritas es necesario coordinar mediante llamadas telefónicas, mismas que la mayoría de las veces deben hacerse desde el teléfono personal del funcionario por ausencia de teléfonos institucionales; o por un asunto de ubicación. La hora de almuerzo, ocasionalmente, no se toma, principalmente cuando se realiza trabajo de campo, o deben consumir los alimentos durante el traslado, no porque se les ordene, sino por el interés de cumplir con la mayoría de funciones que se exige.

Lo que no se dice es que el nivel de compromiso de estos funcionarios por cumplir con sus tareas, hace que muchas veces se lleven el trabajo de redacción de informes para sus hogares. Que son profesionales y técnicos calificados y que se les paga un salario vergonzoso, en comparación a lo que ganan profesionales de las mismas categorías en otras instituciones.

Que el nivel de hacinamiento en las oficinas es extremo y las pésimas condiciones de infraestructura evidencian el histórico desinterés institucional por tratar con dignidad a estos funcionarios.

Ahora el discurso toma otros rumbos, la desesperación por no tener respuestas certeras hace que algunos puestos de mando trasladen la responsabilidad a estos funcionarios. No vamos a permitir que se ensucie la imagen de los funcionarios del Sistema Penitenciarios Nacional con presunciones odiosas, generalizaciones abusivas, errores y abusos magnificados, espectacularidad mediática oficialista y afán de protagonismo político-jerárquico.

Si la situación de las cárceles no se nos ha salido de las manos, se debe enteramente a la buena función de estos servidores. No se vale que algunas corrientes autoritarias con ínfulas de frío intelectualismo, que no conocen la historia del Sistema Penitenciario Nacional, vengan a darnos lecciones de una moral que ni ellos conocen.

Desde la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados, y de su Seccional ANEP-Sistema Penitenciario Nacional (ANEP-SPN), formulamos un vehemente llamado a los compañeros y a las compañeras de Psicología, de Trabajo Social, de Derecho, de Orientación, de Docencia, de Salud; así como a las especialidades técnicas diversas que complementan el trabajo de estas profesiones; e igualmente, a los compañeros y a las compañeras de los sectores administrativo y operativo de la institución, para que cerremos filas ante una política pública que nos ha olvidado, en este y en los anteriores gobiernos; ante una sociedad que nos invisibiliza pero nos manda más gente privada de libertad en contraposición a los recursos que nos quitan cada año para atenderla; ante enfoques de prensa sensacionalistas que no hacen abordaje integral y completo de nuestro quehacer; y, además, ante un país que no ha visto motines sangrientos ni mortales en nuestras cárceles, gracias a la vocación de entrega y sacrificio del personal penitenciario costarricense que, por supuesto, incluye a la abnegada Policía Penitenciaria que nos cuida todos los días, a quienes trabajamos en la cárcel y a quienes están obligados al internamiento.

San José, martes 9 de febrero de 2016.

Ligia Solís Solís, Presidente, Junta Directiva, Seccional ANEP-Sistema Penitenciario Nacional.
Albino Vargas Barrantes, Secretario General de la ANEP.

62 personas poseen la misma riqueza que la mitad de la población mundial

El informe de Oxfam, llamado Una economía al servicio del 1%, pone de relieve que, desde 2010, la riqueza de la mitad más pobre de la población se ha reducido en un billón de dólares, lo que supone una caída del 38%. Esto ha ocurrido a pesar de que la población mundial ha crecido en cerca de 400 millones de personas durante el mismo período. Mientras, la riqueza de las 62 personas más ricas del planeta ha aumentado en más de 500.000 millones de dólares, hasta alcanzar la cifra de 1,76 billones de dólares. El informe también muestra cómo la desigualdad afecta de manera desproporcionada a las mujeres; de las 62 personas más ricas del mundo, 53 son hombres y tan solo 9 son mujeres.

A pesar de que los líderes mundiales hablan cada vez más de la necesidad de abordar la desigualdad y en septiembre fijaron un objetivo mundial para reducirla, la realidad es que la brecha entre los más ricos y el resto de la población ha aumentado de manera drástica a lo largo de los últimos doce meses. La predicción que Oxfam realizó antes de la reunión de Davos del año pasado, de que en poco tiempo el 1% poseería más riqueza que el resto de la población mundial, se ha cumplido en 2015, un año antes de lo esperado.

Oxfam hace un llamamiento para que se tomen medidas urgentes contra la crisis de la desigualdad extrema, que pone en peligro todo el progreso realizado a lo largo de los últimos 25 años en la lucha contra la pobreza. Como prioridad, la organización pide que se acabe con la era de los paraísos fiscales, cada vez más utilizados por las personas ricas y las grandes empresas para evitar pagar los impuestos que les corresponden de manera justa. Como resultado, los Gobiernos se han visto desprovistos de unos recursos esenciales para abordar la pobreza y la desigualdad.

Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional, y que acude de nuevo a la reunión de Davos tras haberla copresidido el año pasado, afirma: “Simplemente no podemos aceptar que la mitad más pobre de la población mundial posea la misma riqueza que un puñado de personas ricas que cabrían sin problemas en un autobús”.

“La preocupación de los líderes mundiales sobre la creciente desigualdad todavía no se ha materializado en medidas concretas para contrarrestarla. El mundo es mucho más desigual, y la tendencia ascendente de la desigualdad se está acelerando. No podemos seguir permitiendo que cientos de millones de personas padezcan hambre mientras que las élites económicas absorben los recursos que podrían ayudar a estas personas a salir de esa situación.”

“Reto a los Gobiernos, empresas y élites presentes en la reunión de Davos a que hagan lo que deben para acabar con la era de los paraísos fiscales, que está exacerbando la desigualdad económica e impidiendo que cientos de millones de personas puedan salir por su propio pie de la pobreza. Las empresas multinacionales y las élites económicas juegan con unas normas distintas al resto, y rehúsan pagar los impuestos necesarios para que la sociedad funcione adecuadamente. El hecho de que 188 de las 201 mayores empresas estén presentes en al menos un paraíso fiscal es un indicador de que es hora de actuar.”

En 2015, los Gobiernos del G20 decidieron tomar medidas, a partir del acuerdo del proyecto BEPS, para reducir la evasión y elusión fiscal de las multinacionales. No obstante, estas medidas apenas ayudarán a los países más pobres e ignoran en gran medida el problema de los paraísos fiscales.

Se estima que, en todo el mundo, hay un total de 7,6 billones de dólares de patrimonio financiero individual ocultos en paraísos fiscales. Si se tributaran los beneficios que esta riqueza genera, los Gobiernos recaudarían 190.000 millones de dólares más al año.

Se calcula que hasta el 30% del patrimonio financiero de África se encuentra en paraísos fiscales, lo que supone una pérdida fiscal estimada de 14.000 millones de dólares al año para los países africanos. Esta cantidad sería suficiente para garantizar la atención sanitaria a madres y niños, lo cual podría salvar la vida de cuatro millones de niños al año, y permitiría contratar a profesores suficientes para escolarizar a todos los niños y niñas africanos.

Nueve de cada diez socios estratégicos del Foro Económico Mundial están presentes en al menos un paraíso fiscal, y se estima que los países en desarrollo pierden cada año al menos 100.000 millones de dólares como consecuencia de la evasión y elusión fiscal por parte de las grandes empresas. La inversión empresarial en paraísos fiscales se ha multiplicado casi por cuatro entre 2000 y 2014.

Para que los líderes mundiales alcancen el objetivo que asumieron en septiembre de erradicar la pobreza extrema para 2030, es fundamental que los Gobiernos puedan recaudar los impuestos que las grandes empresas y las personas ricas deben pagar.

Si bien entre 1990 y 2010 se redujo a la mitad el número de personas que viven en situación de extrema pobreza, los ingresos medios anuales del 10% más pobre de la población mundial han aumentado en menos de tres dólares en el último cuarto de siglo; es decir, sus ingresos diarios han aumentado menos de un centavo al año.

Si la desigualdad dentro de los países no hubiese aumentado entre 1990 y 2010, otros 200 millones de personas habrían salido de la pobreza.

Una de las principales tendencias que subyacen a esta creciente desigualdad que pone de relieve el informe de Oxfam es la reducción de la participación de los trabajadores en la renta nacional en prácticamente todos los países más avanzados y en la mayoría de los países en desarrollo, y el hecho de que la brecha salarial entre las personas con mayor y menor remuneración es cada vez mayor. A su vez, la mayoría de los trabajadores peor remunerados del mundo son mujeres.

Por el contrario, las personas que ya eran ricas han visto cómo su capital ha ido creciendo de forma constante (a través del pago de intereses, dividendos, etc.) a un ritmo significativamente más rápido que el crecimiento de la economía. Esta ventaja se ha visto todavía más acentuada debido al uso de paraísos fiscales, los cuales son uno de los mayores ejemplos expuestos en el informe de cómo se han manipulado las reglas que rigen la economía global para reforzar la capacidad de los más ricos y poderosos de concentrar más riqueza.

Oxfam hace un llamamiento para actuar contra los paraísos fiscales como parte de una triple estrategia para abordar la desigualdad. Las medidas para recuperar los miles de millones ocultos en paraísos fiscales deben verse acompañadas de un compromiso de los Gobiernos para invertir en atención sanitaria, educación y otros servicios públicos esenciales que determinan la suerte de las personas más pobres del mundo.

Los Gobiernos también deben tomar medidas para garantizar que el trabajo funcione tanto para quienes menos ganan como para las personas con mayor remuneración, incluyendo elevar los salarios mínimos hasta que se conviertan en salarios dignos y acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres.

“Los ricos no pueden seguir defendiendo la idea de que su riqueza beneficia a todo el mundo. Al contrario, su extrema riqueza es un síntoma de una economía global enferma. La mayoría de la población mundial, y sobre todo las personas más pobres, han pagado el precio de la reciente explosión de riqueza de las personas más ricas”, añade Byanyima.

Oxfam asistirá a la reunión en Davos no solo como parte de su campaña contra la desigualdad, sino para presionar también a los líderes mundiales y las grandes empresas para que aborden el cambio climático y tomen medidas para resolver las crisis humanitarias, incluida la que está ocurriendo en Siria.

Una economía al servicio del 1 %

“Una economía al servicio del 1%” es el título del más reciente informe acerca del estado actual de la desigualdad en el planeta, elaborado y publicado por la prestigiosa organización OXFAM International, la cual es un conjunto confederado global de 17 organizaciones que trabajan con entidades sociales y comunidades locales en más de 90 países, luchando contra la pobreza y contra la desigualdad.

OXFAM International, con una credibilidad inobjetable en su campo de acción, estima que la pobreza no es inevitable, que es producto de la injusticia; teniendo como objetivo de su trabajo mundial: “restablecer el equilibrio para que las personas tengan acceso a recursos necesarios para mejorar sus vidas y medios de subsistencia, y para que puedan participar en la toma de las decisiones que afectan a sus vidas, disfrutar de sus derechos y asumir sus responsabilidades”.

Los datos que arroja el informe “Una economía al servicio del 1%”, dado a conocer el pasado enero de 2016, son totalmente perturbadores; son indescriptiblemente impactantes para quienes estamos en esta lucha sin fin por la justicia social; deben ser de obligado estudio para quienes, con terquedad casi “enfermiza”, creemos que “otro mundo es posible”.

Como lo indica la carátula electrónica del informe, “la desigualdad extrema en el mundo está alcanzando cotas insoportables”.

Por favor, lea con detenimiento este párrafo del resumen de presentación de este importantísimo documento: “Actualmente, el 1 % más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99 % restante de las personas del planeta. El poder y los privilegios se están utilizando para manipular el sistema económico y así ampliar la brecha, dejando sin esperanza a cientos de millones de personas pobres. El entramado mundial de paraísos fiscales permite que una minoría privilegiada oculte en ellos 7,6 billones de dólares”.

Este indescriptiblemente espeluznante dato, con la perplejidad que nos causa y que no podemos reflejar con las palabras apropiadas de cuánta es la indignación que nos provoca, este dato de que el 1% de la población mundial tienen tanta riqueza junta entre sí como la equivalente a la que tiene el 99% restante de la gente que habita en estos momentos el planeta Tierra, proviene del consorcio multinacional bancario, un verdadero “holding” financiero global, Credit Suisse, con asiento en Suiza. Por tanto, la credibilidad del dato que expresa OXFAM International es dolorosamente inobjetable.

Datos derivados del principal que venimos comentando, este del 1 % contra el 99 % de la Humanidad en materia de concentración de riqueza, indican que “la riqueza en manos de la mitad más pobre de la humanidad se ha reducido en un billón de dólares a lo largo de los últimos cinco años”, llevando a OXFAM International a emitir la contundente conclusión de que la desigualdad en el mundo ha alcanzado unos niveles sin precedentes en poco más de un siglo.
Es más, podemos catalogar esta increíble situación de desigualdad en el mundo como una verdadera crisis planetaria de corte humanitario, misma que está fuera de control.

Este otro dato, igualmente, es de un impacto que es prácticamente imposible de describir: en el pasado año 2015, 62 personas, seres humanos de carne y hueso como usted o como este servidor, poseían juntos la misma riqueza que 3.600 millones de personas juntas. Es decir, la riqueza acumulada por esas 62 personas es igual a la que tiene la mitad de la humanidad. ¡No hay palabras!

Nos indica este crucial informe de OXFAM International que cinco años antes, en el 2010, la relación con la desigualdad y la riqueza concentrada era de 388 personas contra la mitad de la población del planeta. Es decir, en este 2015, la desigualdad y la concentración de la riqueza se profundizaron a niveles, totalmente inauditos.

La riqueza en manos de las 62 personas más ricas del mundo se ha incrementado en un 45 % en apenas cinco años, de 2010 a 2015, en algo más de medio billón de dólares (542.000 millones). Actualmente, esas 62 personas acumulan juntas 1 billón 760 mil millones de dólares.

Al intentar pasar a colones esa gigantesca cifra, nos dimos por vencidos. A lo mejor usted que nos honra leyéndonos, lo logre. ¡Le deseamos suerte! Creemos que habría que hablar de trillones o cuatrillones de colones.

La otra cara de la moneda de la desigualdad indica que en esos mismos cinco años, 2010-2015, por el contrario, la riqueza de la mitad más pobre de la población mundial, se redujo en más de un billón de dólares, para una caída del 38 %.

www.oxfam.org es la dirección electrónica para tener acceso a este informe. Se puede escribir mucho de él, sin duda. Comprenderá usted que dada la matriz ideológica de los latifundios mediáticos al servicio de la desigualdad y de la concentración de la riqueza, este informe no merece reportaje alguno. Vamos a tratar de comentarles en próximas entregas sobre sus contenidos.

Indudablemente que los datos del informe de OXFAM International, “Una economía al servicio del 1 %”, dan un contexto integral a la discusión con relación a la tramitación en nuestra Asamblea Legislativa del proyecto contra el fraude fiscal y la necesaria inclusión en él del registro de accionistas para que el país, tributariamente hablando, sepa quiénes son los beneficiarios finales de las sociedades anónimas y de todo tipo de fideicomisos financieros y de fondos de inversión.

Y, evidentemente, los datos del informe en comentario explican las razones que tienen para oponerse a esta legislación, el gran empresariado corporativo nacional y sus agentes político-parlamentarios: la comunidad ideológica que tienen con el sistema económico que le da sustento a la riqueza acumulada por esas 62 personas.

Carros con placas falsas y personal sin licencia

La denuncia la conoce la Auditoría Interna del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) desde diciembre de 2015, cuando funcionarios de las seccionales de la ANEP de la Región Pacífico Central presentaron un memorando que detallaba las irregularidades e incumplimientos que se presentan en la actualidad con la licitación abreviada 2012LA-000005-PRI, que corresponde al contrato de “Servicios de suspensión, reconexión y verificación de servicios morosos en Puntarenas y Quepos”.

Se determinó mediante pruebas escritas y fotográficas el incumplimiento de las obligaciones del contrato, como el caso de los autos que utiliza la empresa beneficiaria. Entre lo más grave que se menciona está que portaban placas diferentes y no contaban con documentación al día. Precisamente uno de ellos, menciona la denuncia, es un Honda modelo 1989 que en la tapa tiene un rótulo adhesivo con la leyenda “Obra contratada por el AyA”.

Lo más grave es que las placas del carro no coinciden, ya que la delantera es la 472729 y la trasera la 462061. Se realizó un estudio de estas matrículas en el Registro Nacional de la Propiedad y en el primer caso corresponde a un Hyundai Elantra, color azul, modelo 1992, inscrito a nombre de Clever Rojas Cruz. Mientras que la trasera es de un Hyundai Excel año 1993, registrado a nombre de Randall Arias Artavia.

Como si esto fuera poco, también se determinó que el conductor de otra de las unidades que realiza suspensiones y reconexiones no contaba con licencia de conducir y el auto que manejaba, un Nissan Sentra modelo 1994, estaba en regla. “Muy grave que contraten una empresa con carros sin revisión técnica y el chofer sin licencia. Además, que existen autos de otras marcas a las registradas en el cartel de licitación y los carros no están rotulados, los empleados no usan uniformes, o sea es un desorden increíble”, manifestó el denunciante Edwin Marín Bonilla.

AYA CONOCÍA EL TEMA

La Auditoría Interna de esa institución conocía del tema, según la bitácora del inspector Édgar Vargas, con fecha 26 de agosto de 2014, donde señala que un funcionario de la empresa que brinda el servicio reconoció que cuando se daña un vehículo consiguen cualquier otro.

El informe indica que se advirtió que no presentaban ante AyA documentos como pólizas, licencias o marchamo que indiquen que la unidad es apta para dar el servicio. “Ni siquiera cuentan con cajas de protección de los equipos de la institución y los carros que utilizan para brindar el servicio son de los años 80 y ni siquiera son los mismos que se registraron en el cartel de licitación”, comentó Marín.

Las irregularidades reportadas a la Auditoría Interna también mencionan que el personal que realiza los trabajos lo hace sin uniforme y sin los equipos necesarios para trasladar los delicados equipos de AyA.

En la inspección donde afloraron las irregularidades también se determinó que el personal de esta compañía devolvió las órdenes de desconexión 2733727, 5156104, 27330009 y 51600422 argumentando que no se localizó el domicilio, pero estas fueron ubicadas rápidamente por otros funcionarios, ejecutándose la desconexión sin ningún problema.

Correa ante la CELAC: la grieta sigue abierta

El discurso inaugural del presidente ecuatoriano Rafael Correa Delgado ante la plenaria de presidentes y jefes de Estado de la IV Cumbre de la CELAC en Mitad del Mundo, Quito, fue una de sus más destacadas intervenciones públicas en foros internacionales en los últimos años. Es mucho decir: se conoce la capacidad de oratoria del mandatario ecuatoriano en este tipo de eventos, refrendada una y otra vez en diversos foros de caracter regional y global.

Sin embargo, al oficiar de anfritriones hay presidentes que moderan su habitual discurso, en busca de complacer al conjunto de países invitados. Se sabe que en América Latina hay una actual disputa entre dos bloques de países: unos que, bajo un paradigma posneoliberal, han apuntado a una mayor redistribución interna, focalizándose en la ampliación de un conjunto de políticas sociales y otros que, afincados en un pensamiento económico ortodoxo, han implementado tratados de libre comercio con EEUU y no han reducido sino potenciado las desigualdades sociales al interior de sus fronteras (tal como lo demuestra el indice de Gini).

Pues bien, Rafael Correa comenzó su media hora inaugural derribando el mito del “libre comercio” y las supuestas teorías del derrame, hablando de “una mano invisible, que por invisible nadie la ha visto”. Para ello citó al Papa Francisco, conocido crítico de la concentración de la riqueza, quien escribió largo y tendido sobre el tema en Evangelii Gaudium. No fue el primer argentino que mencionaba: apenas iniciado el discurso había destacado a Néstor Kirchner, cuyo nombre toma el edificio de la Unasur ubicado en Mitad del Mundo, destacando su labor por la integración regional. “Junto a Chávez fue impulsor esencial de la integración de nuestros pueblos” remarcó Correa sobre el ex presidente argentino, fallecido mientras ocupaba su cargo de Secretario General de la Unasur.

“Debemos ser sociedades con mercado, no sociedades de mercado, donde vidas, personas y la propia sociedad se convierten en una mercancía más” prosiguió Correa, para luego pedir un marco normativo laboral a nivel regional, a fin de no “sacrificar trabajadores en los altares del capital internacional”. El tiro por elevación tenía un destinatario claro: el reciente Foro Económico Mundial de Davos. Por ello el presidente ecuatoriano citó el reciente estudio de Oxfam, titulado “Una economía para el 1%”, donde se deja constancia de que 62 personas tuvieron la misma riqueza que 3.600 millones de personas el 50% menos rico del mundo durante el 2015 que pasó. “¿Cómo vamos a explicarle a las futuras generaciones una locura de esta naturaleza?” preguntó luego de mencionar aquel informe.

Correa también hizo un repaso sobre la situación regional. Lanzó un apoyo contundente al proceso de paz en Colombia, cuya firma podría darse en este mismo año. ¿Por qué es importante para la CELAC esto? Porque en la cumbre de La Habana, durante la presidencia pro témpore de Raúl Castro, la CELAC se declaró como “zona de paz”. “Entregamos una CELAC con toda la capacidad de apoyar la verificación del acuerdo del cese al fuego” remarcó el presidente ecuatoriano sobre el tema, para luego decir que “la paz debe ser presencia de justicia y dignidad de oportunidades para todos”. Más tarde criticó el “criminal” bloqueo a Cuba y afirmó que la región necesita un nuevo sistema interamericano de DDHH. “Creemos que CELAC, en el mediano plazo, debe reemplazar a una OEA que jamás funcionó adecuadamente, pero que hoy es más anacrónica que nunca” dijo, destacando la importancia de este bloque regional en un contexto internacional de agrupamientos entre países. “Las Américas, al norte y al sur del río Bravo, son diferentes. Por eso debemos conversar como bloques” reiteró.

Finalizado ese punto, Correa llamó a seguir trabajando por una nueva arquitectura financiera internacional, donde la región juegue un papel con un Banco de Desarrollo propio, un fondo común de reservas, y un sistema de compensaciones para el sistema internacional. “Se observan absurdos como considerar la inversión como un gasto más. La inversión crea activos” señaló, diferenciándose de la ortodoxia económica que no registra activos pero si pasivos. “Esto nos lleva a suponer que todo ha sido perdida. Es una trampa ideológica para satanizar todo gasto público” sintetizó con brillantez el presidente ecuatoriano. En ese plano pidió la creación de centros de arbitraje para la región, que eviten “ese atentado a nuestras soberanías que constituyen los actuales tratados bilaterales de inversión, donde todo está en función del capital y no de nuestros pueblos”.

“El desarrollo es esencialmente un problema político. Depende quien manda en una sociedad: las élites o las grandes mayorías. El capital o los seres humanos. El mercado o la sociedad” finalizó con contundencia, no sin antes mencionar a Cristina Fernández de Kirchner, ante la atónita mirada de Gabriela Michetti, la vicepresidenta argentina, quien ofició de representante del país. Se sabe: el pensamiento político-económico de Correa, como el del conjunto de gobiernos posneoliberales de la región, está en las antípodas de la ortodoxia económica pregonada (y ejecutada) por el tándem Macri-Prat Gay, en conjunto con los países de la llamada Alianza del Pacífico. A fin de cuentas, el discurso de Correa en la CELAC sirvió para ilustrar una disputa entre modelos que es cada vez más clara al interior de la región. Se trata, ni más ni menos, que de definir quién manda en una sociedad. La verdadera grieta sigue abierta, y no tiene diez sino más de doscientos años de existencia.