El señor diputado don Ottón Solís Fallas, en lo que podemos considerar una nueva fase de su ya conocida cruzada “a lo Torquemada” contra el sector público y en contra de quienes laboran asalariadamente para el mismo; presenta ahora una nuevo proyecto de ley en este contexto, dándole el título muy peculiar pero lleno de carga subliminal de “C.E.R.R.A.R.”: Cerrar instituciones, Eliminar duplicidades, Reunificar funciones, Redefinir rectoría, Ahorrar recursos y Reducir la pobreza”.
En esencia, se impulsa la creación del “Ministerio de Asistencia Social”, siglas “MAS”, para lo cual se cierran el IMAS, el MIVAH, el INVU, el INDER, el FONABE, la DESAF; trasladando diversos programas de política pública de cada una de estas entidades al “MAS”, algunos a la Caja y desapareciendo otros. Habría una importante cantidad de despidos con un “bono” de cuatro salarios para quienes queden en la calle.
Desde nuestra perspectiva, esta iniciativa de ley nació muerta. En tal sentido, pensamos en lo siguiente:
El despliegue “informativo” que le dio a la iniciativa el principal latifundio mediático de prensa escrita de los oligarcas neoliberales, muestra que el diputado Solís “no está solo”, pues queda claro que el proyecto “C.E.R.R.A.R.” cuenta con el aval de este tipo de poder fáctico que suele pretender gobernar de la sala de redacción de su prensa sin haberse presentado a elección alguna.
No solamente le dieron gran espacio como “nota de prensa”, sino que en la misma edición, le dieron una página completa, a manera de opinión, para que la presentara a la ciudadanía lectora de tal medio. Ni siquiera disimularon. Entonces podemos concluir que la iniciativa “C.E.R.R.A.R.” nació con una carga política mortífera del lado ideológico del “austeritarismo” neoliberal.
En segundo lugar, el tema de la Reforma del Estado es de tanta complejidad que no puede ser reducido a un asunto de cuánta gente echar a la calle, cuántos programas reducir-eliminar-fusionar. La iniciativa “C.E.R.R.A.R.” es de corte fiscalista, de visión cortoplacista y de preservación del asistencialismo en materia de pobreza y vulnerabilidad social, pues solamente pasa a otro escenario burocrático la ejecución de una política pública en tal ámbito, que podemos llamar de “institucionalización de la caridad”, misma que han mantenido los sucesivos gobiernos.
En tercer lugar, no le conocemos al citado legislador tanta militancia fundamentalista como la que despliega contra el empleo público, en materia de combate al fraude fiscal, por ejemplo; ni tampoco le conocemos esas furibundas posiciones contra los acumuladores desenfrenados de la riqueza y culpables de la indetenible desigualdad, planteando verdaderas luchas cívicas y populares para cambiar la estructura injusta del impuesto sobre la renta. Mucho menos, le conocemos alguna cruzada por la inclusión social en materia de revisión de los salarios mínimos que se pagan en el sector Privado.
De todas maneras, ya le empezaron a cerrar el paso a “C.E.R.R.A.R.” y no precisamente de nuestro lado. Fue del mismo lado de la acera político-ideológica en la que está el mencionado diputado. Su colega parlamentario perteneciente al que en otro momento histórico de nuestro país fuera el partido socialdemócrata “por excelencia” en Costa Rica, el PLN, don Rolando González Ulloa, se dejó decir lo que podríamos utilizar como el epitafio de la iniciativa “C.E.R.R.A.R.” ya prácticamente abortada.
Dijo don Rolando en la “nota de prensa” que ya hemos mencionado lo siguiente: “Este es un plan para aniquilar el Estado solidario, es un ataque a la institucionalidad social”; dejando claro que con esta idea, el señor Ottón Solís se está pareciendo al libertario Otto Guevara.
Por supuesto que las razones del parlamentario González Ulloa para que él y los suyos ya le estén cerrando el paso a “C.E.R.R.A.R.”, son muy distintas a las nuestras. Podría ser que cambios estructurales de la acción del Estado en la provisión de políticas sociales, pero en otros contextos sociopolíticos que no están dados hoy, ponga en riesgo el clásico clientelismo electorero de partidos como el PLN.
¡Cerrarle el paso a “C.E.R.R.A.R.”!, es consigna nuestra también pero por las razones expuestas. No se trata de una ocurrencia inocentona. Más allá del afán de protagonismo personal perseguido por su impulsor en su presunta carrera por volver a ser candidato presidencial; “C.E.R.R.A.R.” se inscribe en la pugna ideológica en desarrollo y la confrontación que presupone (ya se abierta o no), entre quienes pretendemos la inclusión social y la reducción de las desigualdades, versus los que abogan por los procesos de concentración abusiva de la riqueza en congruencia directa con la globalización neoliberal en desarrollo criminal.
¿Y por qué decimos esto? La principal tarea estratégica de nuestra sociedad de hoy es precisamente esa: si vamos a seguir con el ascenso sistemático de la concentración de la riqueza vía el tributarismo regresivo con ilegal tolerancia y complicidad político-hegemónicas para con el robo de impuestos en todas sus manifestaciones; ó, por el contrario, la entronización de la política de la promoción del bien común es la que ha de inspirar transformaciones en el seno de la operatividad del Estado como proceso concatenado y no con el afán puramente fiscalista envenenado de “austeritarismo” como lo muestra el proyecto “C.E.R.R.A.R.”. ¡A cerrarle el paso a “C.E.R.R.A.R.!!