Rocío Pérez Sáenz
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Como una falacia, una mentira… un engaño. Así calificó el secretario general de la Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), Albino Vargas, las cifras que se han dado a conocer en torno a la cantidad de empleos que generaría la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC).
“Nosotros retamos públicamente por medio de LA PRENSA LIBRE al Ministerio de Comercio Exterior y a su jerarca Marco Vinicio Ruiz, a que pruebe que el TLC traerá miles de empleos al país en un debate donde quiera y cuando quiera”, dijo el líder sindical.
Indicó que “no hay un solo estudio que nos diga cuántos empleos vendrán con el TLC y en qué campos”.
Vargas señaló que el único estudio sobre posibilidades de empleo es de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) donde señaló que Costa Rica tendrá en los primeros 6 años del TLC 18.750 nuevos empleos.
– Las autoridades de Gobierno aseguran que ante la lentitud con que Costa Rica lleva el proceso de ratificación del TLC, mucha inversión extranjera se está instalando en Nicaragua, generando los empleos que podrían beneficiar al país. ¿Esa es una forma de presumir que el TLC sí genera empleo? – Aquí hay, en este país, gran cantidad inversión extranjera que ha venido sin necesidad del TLC. Por las ventajas que ya tenemos, y puede venir más sin necesidad de ese tipo de acuerdos. Lo que nosotros queremos demostrar es que los empleos previstos del tipo de inversión extranjera que está atrayendo el país, ya llegaron.
– Entonces ¿el TLC no generaría más de 3 mil empleos por año? – Después de entregar el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), después de entregar el Instituto Nacional de Seguros (INS), la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), el agua y la agricultura… lo único que nos van a quedar son 3 mil empleos nuevos por año. Pero al revés, sí está demostrado cuántas personas quedarán cesantes. Es ahí donde nosotros seguimos retando al Comex.
– ¿Se puede determinar esa cifra? – Son más de 100 mil en esos mismos seis años (el período de implementación del Tratado) en los que se generarían sólo 18.750 nuevos puestos de trabajo.
Calidad del empleo
– ¿Podría pensarse que se abrirían nuevos puestos de trabajo de mejor calidad frente a los que genera el mercado costarricense ahora? – En ese sentido, la percepción es otra. Y no lo digo yo, Albino Vargas. Lo dice el informe de la Junta de Notables. Usted no puede desmentir a una persona como Franklin Chang ¿Verdad? El documento dice: “Al referir lo laboral a los estándares ya existentes de cada país se limita la posibilidad de mejorarlos o ampliarlos, lo que produciría de hecho una homologación hacia abajo”. Eso quiere decir que Costa Rica tiene que homologar hacia abajo su legislación laboral para ser competitiva.
– ¿Qué significa para ustedes homologar hacia abajo? – Podría ser que el período de cuatro meses de licencia por embarazo sea anti competitivo, lo mismo que el aguinaldo, el pago de riesgos de salud de los patronos, el pago de incapacidades y el salario escolar, entre otros. La filosofía es esta: primero quitemos aquellos que tienen algunos que sobrepase el mínimo de ley y después nivelada la cancha, quitemos los mínimos que no son competitivos.
– Pero aquellos empleos que se generen ¿serán de mejor calidad? – Si en Costa Rica no se pueden establecer sindicatos en las empresas privadas, si los trabajadores no pueden organizarse para defender su derechos, en un escenario de homologación hacia abajo, involucionados laboralmente. Entonces nos ponen a competir en condiciones salariales y ocupacionales de semi esclavitud en muchos casos.
– ¿Qué va a pasar con los profesionales? ¿Van a encontrar otras fuentes de empleo mejor remuneradas? – La respuesta es desempleo profesional. Lo que potencialmente se va a abrir es poco, y mano de obra barata. Además el Gobierno ha puesto todos los huevos en esa canasta pero se olvidó del mercado interno, del desarrollo agrícola, del desarrollo empresarial que también produce puestos de trabajo.
– ¿Qué va a pasar con el sector productivo? – Costa Rica prácticamente sepulta lo poco que le queda al sector agropecuario nacional, y de ahí que no es una casualidad que los gremios de los agricultores estén todos contra el TLC. Hay riesgos de soberanía alimentaria y se va a propiciar una mayor migración a la ciudad y un deterioro de la calidad de vida en las zonas rurales que ya de por sí lo estamos viviendo.
Apertura vrs. venta
– Si le pidiera que pusiera en un orden de prioridades lo más malo que tiene el TLC para ustedes ¿cuáles serían esos aspectos? – Tenemos que deshacernos de aquellas instituciones que han prestado servicios públicos universales de acceso a la población y que fueron pilares para que Costa Rica tuviera una amplia clase media y para que nos diferenciáramos del resto de Centroamérica, donde la dolarización entre ricos y pobres fue la base de conflictos armados.
– ¿Deshacernos por qué? Se habla de apertura, no de venta. – La apertura, ese concepto, es la forma más vulgar de privatizar, porque es regalar un segmento de mercado prácticamente sin costo alguno para los que quieren apropiarse de él. Es la forma más barata.
– Pero ¿técnicamente cuál es la diferencia entre apertura y venta? – Si se tratara de venta el país podría ganar más porque se subasta en el mercado internacional patrimonios públicos del calibre del ICE y del INS que le generarían al país miles de millones de dólares, mientras que en una apertura recibimos un canon ridículo por el uso de ese segmento de mercado.
– ¿Quiere decir que están de acuerdo con la venta? – No quiere decir que estemos de acuerdo con la venta, estoy comparando. En la venta el país ganaría más, la apertura es entregar a cambio de nada.
– ¿Cómo entiende el término apertura? – Desmembrar, debilitar, quitarle sentido social a los servicios; es dejar esos servicios para quienes en definitiva los puedan pagar y al final del camino quien se extinguirá es la institución pública porque va a ser estrangulada económicamente, absorbida por los pulpos transnacionales.
– Eso significa que no cree en los proyectos de fortalecimiento o las leyes marco para apoyar las instituciones en el proceso de apertura. – Todos esos son proyectos engañosos porque quienes los promueven no creen en la filosofía del servicio público, creen en la ideología del mercado. No tienen el convencimiento genuino de fortalecimiento sino hablan de eso como una medida demagógica, cosmética y hasta tramposa.
– Pero ustedes tuvieron la oportunidad de participar en la Comisión de fortalecimiento del ICE. – Hubo una comisión mixta en la Asamblea Legislativa que no terminó en nada. ¿Y sabe por qué? – Porque precisamente las fuerzas económicas que están contra cualquier tipo de fortalecimiento por más mínimo que sea, tienen grandes entronques políticos que impedirán que cuaje cualquier fórmula de apoyo.
Con la Unión Europea
– Y un acuerdo con la Unión Europea ¿lo ven diferente? – Pensábamos que era diferente pero Edgar Morales, el secretario general adjunto de la ANEP, estuvo allá y ahora la perspectiva es otra. Las expectativas de un trato diferente con la Unión Europea se disiparon. Sentimos que se quieren montar sobre los despojos que va a dejar el TLC con Estados Unidos.
– Pero ellos ofrecen asistencia técnica dentro del Acuerdo. – Pero no se ve que sea un compromiso verificable, obligante… Eso queda a su voluntad.
– Entonces ni con Estados Unidos ni con la UE. – No estamos en contra de comerciar con Estados Unidos, de hecho lo hacemos. Pero sentimos que este TLC fue mal negociado y utilizado tramposamente para resolver el problema de privatización pendiente en Costa Rica desde hace 20 años. Además Costa Rica se merecía discutir un Tratado bilateral, mejorar lo que ya existe con Estados Unidos porque nuestro desarrollo y nuestras estructuras sociales son radicalmente diferentes al resto de Centroamérica. Y que no se diga que es xenofobia o que nos creemos la última maravilla del mundo, pero sí merecíamos algo mejor.