Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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Las denuncias acerca de presunta corrupción con los fondos públicos destinados a emergencias que maneja la CNE, han sido formuladas, en primer término, nada más y nada menos que por el jefe de la fracción parlamentaria gobiernista de los hermanos Arias Sánchez, el diputado Oscar Núñez Calvo.
Éste acusó al presidente de la Comisión Nacional de Emergencias, señor Daniel Gallardo Monge; así como a su Director Ejecutivo, señor Gilbert Jiménez Siles, de desvío de fondos públicos para favorecer intereses electorales, dado que, de un modo u otro, todos están consumidos en los vaivenes íntimos del proceso de las distritales del Partido Liberación Nacional (PLN).
El diputado Núñez Calvo dijo que los recursos de la CNE estaba siendo empleados en comunidades que no tienen emergencias, pues es en estas localidades donde sus compañeros de partido, pelean las distritales del PLN. ¿Es o no es esto una práctica completamente corrupta, muy común en la forma de hacer política del bipartidismo tradicional?
Seguidamente, fue el señor diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC), don Alberto Salom Echeverría, quien “denunció la utilización de recursos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) por parte de empresas particulares propiedad de delegados privilegiados del Partido Liberación Nacional (PLN) y para favorecer aspirantes a delegados distritales. Estos recursos estaban destinados a la atención de necesidades urgentes de la población costarricense”. Así lo leímos en nota periodística del diario electrónico “Informa-tico.com”, de ayer martes 9 de diciembre.
Según denunció el diputado Salom Echeverría, la CNE hizo una compra multimillonaria a una empresa cuyo propietario sería el señor Gerardo Fait, alto representante de la asamblea nacional del PLN.
Lo que está ocurriendo en la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), es una de las más grandes degeneraciones en que incurre el corrupto sistema político tradicional del bipartidismo. La institucionalidad pública y los dineros que la misma maneja, son utilizados con fines politiqueros de corto plazo, para la satisfacción de aspiraciones personalistas de individuos que son capaces de vender al mejor postor hasta su propia madre, si de por medio está una diputación, para lo cual, a cómo dé lugar, necesitan ganar el correspondiente proceso de distritales.
Lo más condenable y censurable de estos prácticas politiqueras de signo corrupto, es que juegan con las necesidades, con la miseria, con el dolor, con la angustia de las personas más pobres, con los seres humanos más desposeídos; porque cuando se dan situaciones de emergencia por diferentes causas, es la gente pobre la que sufre, la que es afectada, la que pierde lo poco que tiene y que tanto le ha costado tener.
Usted, señora Contralora General de la República, puede actuar de oficio. Usted tiene las armas legales, el prestigioso personal profesional necesario y los recursos logísticos fundamentales, para llegar hasta las últimas consecuencias en el presunto uso de los recursos públicos de la CNE, con los más que condenables fines politiqueros. Con vehemencia le pedimos, ¡intervenga ya!
09/12/2008