La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), deja constancia pública de su más enérgica condena por la ilegal y profunda conducta antiética que representa la acción de espionaje contra el distinguido ciudadano costarricense, integrante de honor de la Selección Nacional de Fútbol de Costa Rica, don Keylor Navas Gamboa; quien fue víctima de una vil acción sistémica desde el Poder Judicial y desde el Organismo de Investigación Judicial, conjuntamente con la Fiscalía General de la República, de un espionaje que violentó sus derechos humanos, generándose una peligrosísima intrusión a su privacidad, totalmente repudiable.
Las disculpas del máximo jerarca del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), don Francisco Segura, no bastan. Si por disculpas fuera, desde la misma Corte Plena se deben brindar y todo el cuerpo de los honorables señores magistrados y de las honorables señoras magistradas, deben dar una contundente declaración pública al efecto. Lo planteamos de manera respetuosa pero vehementemente.
El espionaje al distinguido futbolista, don Keylor Navas Gamboa, así como a sus propia familia, expresa una degeneración de la vocación de servicio público que viniendo desde el sistema judicial, reafirma una creciente percepción ciudadana de estar en indefensión y en gran vulnerabilidad ante el sistema judicial; golpeándose duramente la confianza en el mismo.
Esta circunstancia, aunada a la también grave del espionaje a periodistas (especialmente, en el caso de Diario Extra), procedente desde las mismas instancias judiciales, exige acciones fortísimas y ejemplarizantes contra quienes lo hicieron aprovechándose de sus cargos públicos; además de correcciones estratégicas de operatividad de la información sensible que se tiene de la ciudadanía.
El caso del espionaje a don Keylor Navas Gamboa y a su familia, abre la interrogante de cuántas veces al día (en horario laboral o fuera del mismo), se hacen estas operaciones ilegales; a quiénes de espía, de qué esferas de la vida nacional; y, lo más angustiante y preocupante es si está en desarrollo un negocio privado con la venta de datos de ciudadanos y de ciudadanas, tanto de perfil público como privado, para propiciar indebidas acciones como las extorsiones.
La congoja es mayúscula ante informaciones de prensa de hoy de que podría ser la acción de espionaje contra don Keylor Navas Gamboa, producto de una orden, de una directriz jerárquica; y no como se quiere plantear como una “travesura”, como una “acción menor”.