¡Confirmado!: Es la concentración de la riqueza, el principal problema nacional

Una realidad dolorosa es la constatación de que ha aumentado la pobreza en nuestro país, según los últimos datos que brinda la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples. Los datos son contundentes: En el último año la pobreza subió del 18,5 % al 21,7; y el segmento de extrema pobreza, pasó del 5.1 % al 5.6 %.

Paralelo a lo anterior, la certificación de la caída en el poder adquisitivo de los salarios, es más que dramática. Los ingresos reales por remuneraciones del trabajo cayeron un 5.7 %. La clase trabajadora, indudablemente, se empobreció más.

No hay duda. Las consecuencias de una política económica de excesivo sesgo fiscalista, inspirada en las concepciones extremistas que pregona el neoliberalismo, nos conducen hacia una Costa Rica totalmente polarizada desde la perspectiva de la distribución del ingreso nacional.

El desdibujamiento de la Costa Rica de clase media, bastión de la estabilidad democrática tan reconocida en el exterior, es una realidad aplastante.

Particularmente, la ruta que enseña la indicada encuesta, es la del tránsito sostenido hacia la inequidad distributiva y, por ende, fácilmente se explican las muestras ostentosas de una concentración de riqueza que estamos presenciando.

En lo que respecta a las personas asalariadas de la clase trabajadora, el desafío de la conservación del empleo ha estado condicionado a resignarse a la pérdida sistemática del poder adquisitivo del salario; sin embargo, las muestras de resistencia ante tal situación han sido más que evidentes, si observamos los acontecimientos sociales de agosto del presente año.

¡Qué ironía!. En el Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres, la encuesta nos muestra el menor grado de participación económica; detectándose una caída de la tasa de participación de las mujeres en cuanto a ocupación laboral.

Definitivamente no hay más opción que incrementar los niveles de lucha social, en todos los ámbitos posibles, para obligar a los detentadores del poder político y económico, a dar las primeras muestras de obligado cambio en la injusta senda de dolor, miseria e injusticia, que arrojan los datos de la Encuesta de Hogares.

San José, 25 de noviembre de 2004.

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