La ingrata y dolorosa tarea de la Seguridad Ciudadana, en tiempos de desprotección laboral, de concentración de la riqueza, de exclusión social y de inmigración laboral descontrolada.
Primero: A las estimables y honorables familias de todos estos compañeros caídos, especialmente de, Cristian Zamora Murillo y Johnny Hidalgo Díaz, expresamos nuestro sentimiento de pesar, de solidaridad, rogando al Creador que les dé el consuelo debido y la fortaleza espiritual necesaria para soportar ese enorme dolor que sólo quien lo siente en su corazón pueda aquilatar cuán profundo es.
Segundo: A quienes en el ejercicio de las tareas de Seguridad Ciudadana, fueron compañeros y compañeras de los caídos en cumplimiento de su deber; les exhortamos a honrar todos los días su memoria, cumpliendo con honor, con lealtad, con decoro, con honestidad y con compromiso sus quehaceres como ellos lo hicieron.
Se dignificará así al distinguido cuerpo de la Fuerza Pública de Costa Rica, bastante vilipendiado y desprestigiado por estos días, incluso, con injustas críticas que deterioran su imagen, provenientes desde las más altas instancias políticas de la actual jerarquía gubernamental.
Tercero: Censuramos fuertemente una política fiscal, de excesivo fundamentalismo macroeconómico, que ha venido desangrando, año tras año, toda la institucionalidad pública; particularmente al Ministerio de Seguridad Pública, al punto de que la tarea de la Seguridad Ciudadana se ejecuta en tales condiciones de precariedad laboral que, como ya se ha comprobado, ha cobrado valiosas e irreparables vidas humanas caídas en el cumplimiento del deber.
Esta política fiscal de sistemático deterioro de la institución de la Seguridad Ciudadana a cargo de la Fuerza Pública habrá de continuar en esta nueva administración, lamentablemente.
Cuarto: Con respeto pero con vehemencia, demandamos una agresiva política institucional para fortalecer las condiciones laborales, de salud y seguridad ocupacionales, pago de horas extra, asuetos, feriados, vacaciones profilácticas, adecuado avituallamiento, aumentar el monto de las pólizas de riesgo, extensión a familiares y eventuales deudos; que dignifiquen la prestación de este importante servicio público, haciendo menos ingrata la prestación de este peligroso trabajo.
Quinto: No puede el país ni su clase gobernante seguir negando que los fenómenos sociopolíticos de la concentración de la riqueza, el empobrecimiento salarial, la exclusión social sistemática, la exhibición del lujo ostentoso y el facilismo consumista; así como una política migratoria excesivamente laxa para abaratar la mano de obra nacional; son caldo de cultivo para el incremento sostenido de la violencia en todas sus dimensiones, incluida la del riesgo físico de muerte para el integrante de la policía costarricense y la ciudadanía en general.
Sexto: La ANEP, con motivo de estos tristes acontecimientos, renueva su compromiso sociolaboral con el honorable personal de la Fuerza Pública de Costa Rica, en cuanto a dar lo mejor de su aporte, conocimiento y experiencia, en la búsqueda de la plena reivindicación del personal a cargo de la ingrata y dolorosa tarea de la Seguridad Ciudadana; en un contexto de civilidad, de democracia social y de desarrollo integral de la persona humana.
San José, 24 de agosto de 2006.
Laura dice:
Es cierto solo los que hemos pasado por algo así, sentimos el dolor tan inmenso el cual es nos arrebaten a un ser querido de esa manera no hay palabras para describir el dolor, la impotencia de haber podido hacer nada, de una despedida Jonhy era el hermano mayor que nunca tuve, crecí con él y me lo quitaron la manera más cruel…. Y aun después de tantos años lo extraño tanto …. Pero ya nadie puede hacer nada para devolvérmelo nadie ….. Deseo que nadie pase por esto y que protejan las vidas de todos los policías que día con día se arriesgan por protegernos, que les den las herramientas necesarias y leyes que los protejan…… Por qué todos ellos (as) son unos héroes…