Costa Rica dice ¡No a la minería!

¡Video de la actividad de ANEPtv!

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Música, banderas, máscaras, pancartas, mantas, pitos y música, entre otras expresiones artísticas se realizó, este jueves 22 de abril, la manifestación contra la Sala IV y el gobierno de los Arias al permitir la destrucción de la naturaleza por una empresa minera.

Miles de manifestantes expresaron de esta forma un amplio repudio a la exploración minera que destruirá bosques y contaminará las aguas de la zona norte de nuestro país y sur de Nicaragua.

Arias “resucitó” la minería a cielo abierto

Para Heidi Murillo, Vicepresidenta de la Federación Ecologista, FECON, el gobierno de Oscar Arias tiene dos discursos, “hacia afuera con su “trapito de dominguear” de “paz con la naturaleza” y en nuestro país hace hasta lo imposible para destruirlo todo” y agregó que “no hay estudios técnicos, jurídicos ni de ningún tipo para dar vuelta atrás a una Resolución de la Sala IV, en el 2004, que frenó la minería en Las Crucitas, sin embargo llega Oscar Arias y hace que ahora la Sala IV se desdiga y emita otra Resolución contraria a la que había hecho en ese entonces”.

Para Heidi Murillo, como para otros dirigentes sociales, también está en juego la democracia costarricense,_ “debemos poner atención sobre lo que está ocurriendo en Costa Rica, no hay división de Poderes de la República, ahora solo el Ejecutivo ordena y los otros poderes obedecen”_.

¿Qué hay detrás de este negocio de la minería?, ¿quién se está llevando una_ “tajada”_ de todo esto?, son algunas de las preguntas que se expresaron en la manifestación y que obviamente no encontraron ni encontrarán respuesta de un gobierno que no escucha al pueblo costarricense.

Gobierno dispuesto a privatizar hasta la Virgen de los Ángeles

Para el diputado del Partido Frente Amplio, José Merino Del Río, esta actitud del gobierno de los Arias, con respecto a la minería a cielo abierto, es la misma que han mantenido con respecto a toda la institucionalidad costarricense desde que asumió como presidente.

“Lo quiere privatizar todo, vender todo, eliminar libertades, derechos humanos, sindicales, sociales, poner en manos privadas lo mejor de nuestra institucionalidad…sólo le falta privatizar a la Virgen de los Ángeles”, sentenció Merino Del Río.

Para el Partido Frente Amplio con el “nuevo” gobierno el pueblo costarricense solo puede esperar más de lo mismo, “pero con mucha más agresividad y fuerza para terminar el trabajo que ya dejó avanzado Arias. Son los mismos, el mismo “poder” económico detrás del trono. Al pueblo solo le queda organizarse mejor, luchar más y manifestarse más para tratar de detener este abuso”.

Zona militarizada para una manifestación pacífica

Rodeados por más de 500 efectivos de seguridad pública, cuerpos militares, antimotines, DIS, y Seguridad de los Tribunales, la manifestación se realizó en forma pacífica frente al edificio principal de los Tribunales de “Justicia”.

La Plaza de los Tribunales y los tres edificios del complejo judicial fueron cercados por cuerpos policiales con equipo antimotines, que no permitieron el libre tránsito por la zona. En los alrededores microbuses y buses con cientos de militares estaban a la espera de órdenes para atacar la marcha pacífica.

Esto demuestra, una vez más, que la democracia costarricense se estrecha cada vez más, las libertades se coartan, la represión sin ser aún violenta está implícita en toda manifestación. Se filman dirigentes, se buscan archivos o se crean…además de algunas otras cosas que no sabemos, pero se hacen.

Día internacional de la Tierra

Hoy también la manifestación sirvió para celebrar el Día Internacional de la Tierra. Desde los Tribunales de “justicia”, la manifestación marchó por la Avenida Juanito Mora Porras hasta el Parque Central en donde se tenía previsto realizar un concierto en el quiosco en celebración de este día. Sin embargo el Alcalde negó el permiso para instalar equipo en el quiosco y las presentaciones se realizaron “a capela” en plena Avenida.

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Como parte de esta celebración por la Tierra, transcribimos el mensaje que el escritor uruguayo Eduardo Galeano realizó en la Cumbre de la Madre Tierra que se realizó este día en Bolivia.

Mensaje a la Cumbre de la Madre Tierra en Bolivia

“Los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad”, dice Eduardo Galeano en su mensaje a la Cumbre de la Madre Tierra que se realiza en Bolivia, quien abogó porque se establezca un Tribunal de Justicia Climática y se haga un Referéndum Mundial contra “un sistema de poder fundado en la guerra y el derroche, que desprecia la vida humana y pone bandera de remate a nuestros bienes terrenales”.

Por Eduardo Galeano

Lamentablemente, no podré estar con ustedes. Se me atravesó un palo en la rueda, que me impide viajar. Pero quiero acompañar de alguna manera esta reunión de ustedes, esta reunión de los míos, ya que no tengo más remedio que hacer lo poquito que puedo y no lo muchito que quiero.

Y por estar sin estar estando, al menos les envío estas palabras.
Quiero decirles que ojalá se pueda hacer todo lo posible, y lo imposible también, para que la Cumbre de la Madre Tierra sea la primera etapa hacia la expresión colectiva de los pueblos que no dirigen la política mundial, pero la padecen.

Ojalá seamos capaces de llevar adelante estas dos iniciativas del compañero Evo, el Tribunal de la Justicia Climática y el Referéndum Mundial contra un sistema de poder fundado en la guerra y el derroche, que desprecia la vida humana y pone bandera de remate a nuestros bienes terrenales.

Ojalá seamos capaces de hablar poco y hacer mucho. Graves daños nos ha hecho, y nos sigue haciendo, la inflación palabraria, que en América latina es más nociva que la inflación monetaria. Y también, y sobre todo, estamos hartos de la hipocresía de los países ricos, que nos están dejando sin planeta mientras pronuncian pomposos discursos para disimular el secuestro.

Hay quienes dicen que la hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud. Otros dicen que la hipocresía es la única prueba de la existencia del infinito. Y el discurserío de la llamada “comunidad internacional”, ese club de banqueros y guerreros, prueba que las dos definiciones son correctas.

Yo quiero celebrar, en cambio, la fuerza de verdad que irradian las palabras y los silencios que nacen de la comunión humana con la naturaleza. Y no es por casualidad que esta Cumbre de la Madre Tierra se realiza en Bolivia, esta nación de naciones que se está redescubriendo a sí misma al cabo de dos siglos de vida mentida.

Bolivia acaba de celebrar los diez años de la victoria popular en la guerra del agua, cuando el pueblo de Cochabamba fue capaz de derrotar a una todopoderosa empresa de California, dueña del agua por obra y gracia de un gobierno que decía ser boliviano y era muy generoso con lo ajeno.
Esa guerra del agua fue una de las batallas que esta tierra sigue librando en defensa de sus recursos naturales, o sea: en defensa de su identidad con la naturaleza.

Hay voces del pasado que hablan al futuro.

Bolivia es una de las naciones americanas donde las culturas indígenas han sabido sobrevivir, y esas voces resuenan ahora con más fuerza que nunca, a pesar del largo tiempo de la persecución y del desprecio.

El mundo entero, aturdido como está, deambulando como ciego en tiroteo, tendría que escuchar esas voces. Ellas nos enseñan que nosotros, los humanitos, somos parte de la naturaleza, parientes de todos los que tienen piernas, patas, alas o raíces. La conquista europea condenó por idolatría a los indígenas que vivían esa comunión, y por creer en ella fueron azotados, degollados o quemados vivos.

Desde aquellos tiempos del Renacimiento europeo, la naturaleza se convirtió en mercancía o en obstáculo al progreso humano. Y hasta hoy, ese divorcio entre nosotros y ella ha persistido, a tal punto que todavía hay gente de buena voluntad que se conmueve por la pobre naturaleza, tan maltratada, tan lastimada, pero viéndola desde afuera.

Las culturas indígenas la ven desde adentro. Viéndola, me veo. Lo que contra ella hago, está hecho contra mí. En ella me encuentro, mis piernas son también el camino que las anda.

Celebremos, pues, esta Cumbre de la Madre Tierra. Y ojalá los sordos escuchen: los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad.

Vuelan abrazos, desde Montevideo.

(* Galeano, es periodista, historiador y escritor uruguayo y una de las personalidades más destacadas de la literatura latinoamericana).

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