No hay duda de que la guerra librada contra el invasor filibustero en 1856-1857 es la cantera más rica del heroísmo costarricense. Rememorar esta lucha en momentos críticos y difíciles, cuando la independencia y la libertad se hallan amenazadas, constituye una fuente inspiradora y generadora de energía que permite al pueblo enfrentar y superar dichas situaciones. Cantera inagotable del heroísmo, el surgimiento de uno, dos o más héroes ejemplarizantes es tan conveniente como saludable para el fortalecimiento de la identidad nacional.
Lo grave en nuestro régimen es la amnesia o la mezquindad con que su gobierno dejó pasar en forma inadvertida o indiferente la experiencia bélica que nos legó la Patria. Juan Santamaría y Juan Rafael Mora Porras son héroes surgidos de esta lucha. Cada uno de ellos tiene su propio lugar, sin desmerecer el papel protagónico y simbólico que la Historia les ha concedido. Ambos, Santamaría y Mora, con su accionar supieron responder en el momento preciso, dejando una huella imborrable en la historia del país y asegurando la continuidad de Costa Rica como nación. Juan Santamaría simboliza el papel heroico asumido por los costarricenses que supieron responder el llamado a las armas para enfrentar a quienes amenazaban con privarnos de la libertad e independencia alcanzada 35 años antes, en 1821. En otras palabras, con su ejemplo y sacrificio ratificó la voluntad decidida de nuestro pueblo por mantener vigentes estos principios.
Juan Rafael Mora Porras simboliza al estadista visionario que desde un principio supo advertir al pueblo el peligro filibustero, liderándolo para mantener incólumes los valores de la Patria. Ambos, Santamaría y Mora, asumieron su responsabilidad histórica y fueron inmolados. Hoy por hoy, son ejemplo de abnegación y sacrificio para los costarricenses. Del mismo modo en que Juan Santamaría simboliza el heroísmo de quienes fueron a luchar, Juan Rafael Mora Porras encarna el espíritu nacional de la época que lo llevó incluso hasta su propio deceso, víctima y mártir de los que ostentaban el poder en ese momento.
Transcurridos ciento cincuenta años del sacrificio de ambos héroes, aún se debate su reconocimiento. Pero su reivindicación no es demora en vano. A Santamaría la tradición lo ha declarado Héroe Nacional por antonomasia. A Mora, quienes hoy ostentan el poder político le brindan ese reconocimiento. Atrás quedan la confusión y la indecisión, las actitudes mezquinas y timoratas, el irrespeto y la irresponsabilidad demagógica y provinciana, para cumplir esta deuda de la Patria.
* Historiador.
Director-Fundador del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría.
Fuente: Página Abierta
Diario Extra
28-09-10