Don “Pepe” y el TLC

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Don Pepe brindó un aporte importantísimo en la construcción de la Costa Rica diferente, la Costa Rica distinta, la Costa Rica de paz, de equidad y de solidaridad que habíamos construido, hasta la llegada de las malignas ideas neoliberales; mismas que terminaron carcomiendo la filosofía de Don Pepe, pensamiento que animó siempre al otrora socialdemócrata Partido Liberación Nacional (PLN), que él ayudó a fundar.

Tuvimos la oportunidad de asistir al acto en recordación de su nacimiento que se efectuó en la ya hoy legendaria hacienda-finca “La Lucha sin fin”, donde diversas personalidades del acontecer nacional se refirieron a su legado y a la relación de éste con los momentos actuales que vivimos los y las costarricenses.

Particularmente, su hijo Mariano Figueres Olsen, quien está al frente de las actividades empresariales de la familia; el Expresidente de la República, don Luis Alberto Monge Alvarez; así como el excandidato presidencial del PLN, Ing. Rolando Araya Monge, hoy Presidente para América Latina de la Internacional Socialista (IS), pronunciaron vibrantes mensajes exaltando la necesidad de una conciencia cívica activa y militante para que el pueblo costarricense, de cualquier signo, salgamos a defender la obra de Don Pepe.

Esta es una tarea patriótica de primer orden, especialmente cuando el maléfico y anticristiano TLC nos lo quieren imponer a toda costa, aunque sea sacrificando los más nobles ideales sociales y humanistas que el ilustre ciudadano Don Pepe defendió hasta el final de sus días; ideales que todavía se expresan en el conjunto de las relaciones sociales y productivas que animan la actividad empresarial y comercial de “La Lucha sin fin”.

La ventaja de confiar en nuestras propias reservas como nación, en nuestras propias capacidades soberanas para articularnos como país especial y diferente ante el mundo, para demandar de los países ricos un comercio justo (tesis en la cual Don Pepe fue pionero); son elementos que hoy adquieren una extraordinaria vigencia, cuando el centenario del nacimiento de don José Figueres Ferrer, nos recuerda cuán creativos fuimos en la sociedad costarricense para encontrar fórmulas meramente ticas de convivencia social en paz y con equidad.

Estando en “La Lucha sin fin”, la cual visitamos por vez primera en nuestra vida, se percibe la obra de un costarricense que alcanzó el honroso honor de pasar a la historia patria como estadista, como hombre de extraordinaria visión y enorme sensibilidad que, sin duda alguna, hoy sería uno de los principales abanderados de la lucha contra el injusto, nefasto y tagarote tratado de “libre” comercio que nos quieren imponer.

Imposición que, ¡oh paradojas de la vida!, procede del gobierno del partido político que él ayudó a fundar; y que hoy quiere deshacer toda su magnífica obra propiciando negocios para el menor número, cuando toda la vida de Don Pepe fue siempre inspirada en el logro del bienestar para el mayor número, como él decía. Hoy en día Don Pepe alzaría su voz contra el TLC. Es más, el espíritu de Don Pepe nos acompaña en esta noble lucha por la derrota del TLC y por el rescate de su obra, cuya vigencia y necesidad es hoy más vigente que nunca.

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