El Sindicado de Trabajadores de Plantaciones Agrícolas (Sitrap), integrante del Colectivo Sindical Patria Justa, nos comenta de las repercusiones negativas que en los mercados europeos compradores de banano y de piña costarricenses pueden tener aquellos productores nacionales que inobserven las más elementales normas ambientales de producción limpia; y, a la vez, las que tienen que ver con los más fundamentales postulados de la política de Trabajo Decente pregonada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para el caso de nuestro país, este asunto del Trabajo Decente ya es política de Estado.
Es decir, este tipo de productores podría caer en desgracia ante las entidades internacionales que verifican las condiciones de empleo, de ambiente y de trabajo en las plantaciones agrícolas: las certificadoras.
Sitrap nos comenta que uno de los principales grupos empresariales nacionales productores de estas codiciadas frutas tropicales, que son de tanto agrado para los consumidores de la Unión Europea (UE), ha sufrido una suspensión momentánea de la certificación que venía exhibiendo por su “buen comportamiento productivo”, extendida por una prestigiosa entidad a la cual se le tiene mucha credibilidad en esos mercados europeos, Rainforest Alliance.
El empresariado corporativo afectado en esta descertificación, aunque momentánea, es el Grupo Acón, al cual el sindicato Sitrap le reclama políticas de contenido antisindical, esencialmente. Es decir, en los supermercados de Londres, de Berlín, de París, de Roma, de Madrid, de Estocolmo, de Helsinki, por ejemplo, las frutas tropicales como el banano que se producen en las plantaciones del Grupo Acón estarían destinadas a no venderse; y, a la inversa, a indicarle a los consumidores de esas ciudades que visitan sus supermercados que nos las compren porque los trabajadores que laboran en las plantaciones del Grupo Acón tendrían problemas con el pleno respeto a sus derechos laborales y sindicales. Es más, ni siquiera esas frutas tropicales llegarían a ser exhibidas en las urnas de cristal listas para ser compradas, pues los dueños de los supermercados no arriesgarían una inversión en adquirirlas sin el sello de certificación de Rainforest Alliance.
Por medio de su cuenta en “féisbuc” (así hispanizado por nosotros), el secretario general de Sitrap, don Didier Leitón Valverde, informa a su base obrera de este acontecimiento que a nadie debe alegrar, pues un sindicalismo de corte responsable jamás podría festejar que al empresariado le vaya mal.
Todo lo contrario. Lo que pasa es que hay reglas legales y normas jurídicas para la más armoniosa relación obrero-patronal y lo que está haciendo el Sitrap es, precisamente, señalar que en el Grupo Acón hay problemas de pleno respeto en tal sentido.
Dice Sitrap: “Para garantizar buenas prácticas productivas, menor impacto ambiental y trato justo a los trabajadores y a las trabajadoras, se han formado desde hace varios años las llamadas certificadoras. Las certificadoras son instancias formadas, muchas de ellas con grupos interesados porque los productores hagan una adecuada producción socio-ambiental.
Los supermercados, por su parte, les dicen a los productores que para vender sus productos en sus locales deben adquirir una certificación. Lo anterior ayuda a los supermercados a obtener las preferencias de consumidores. Y estos últimos, los consumidores, adquieren o compran los productos (en nuestro caso bananos y piñas) de buena fe, porque hay una instancia que ha certificado que los productores actúan bajo normas de respeto socio-ambiental o buenas prácticas productivas.
Además, Sitrap indica lo siguiente: ‘Este aspecto ha tocado la conciencia de muchos consumidores en el mundo, especialmente en Norteamérica y Europa, lo que ha obligado a los supermercados a buscar mecanismos que le puedan verificar al consumidor que los productos que ahí compran, no hayan deteriorado el planeta, explotado a los trabajadores y a las trabajadoras, así como empobrecido y contaminado a las comunidades, en este caso cercanas a las plantaciones’”.
Sitrap nos ilustra más al respecto con relación a la certificadora que ha indicado que el Grupo Acón se estaría portando mal con sus trabajadores bananeros y piñeros. Transcribimos:
“Rainforest Alliance es una organización que promueve el compromiso de los productores en tres aspectos: Conservación del bosque lluvioso para atenuar el deterioro ambiental del planeta; buenas prácticas productivas para mitigar los efectos de la producción en el ambiente y dar al consumidor productos más sanos, minimizando por ejemplo el uso de agroquímicos. Y un tercer aspecto importante: una producción socialmente responsable, enfatizando en el buen trato a los trabajadores, la salud ocupacional y la colaboración con las comunidades circunvecinas.
Todo se incluye en seis principios y cada principio, tiene los criterios a seguir. En un espacio de unos tres años, el productor debe ir creando proyectos y políticas corporativas que hagan cumplir tales principios.
Generalmente cada año o seis meses los encargados de la certificación Rainforest Alliance visitan las fincas para ver los avances y logros de los principios de la certificación.
Eso se conoce como las auditorías. Estos auditores hacen un reporte de los avances y falencias de la finca, es decir, de lo que aún no cumplen. También hacen recomendaciones. Con base a esos reportes los encargados de la certificación Rainforest que en Costa Rica es la organización Red para la Agricultura Sostenible/RAS, emite un reporte internacional señalando que la finca está cumpliendo con las normas de la certificación (principios). Los consumidores pueden ver que el producto es certificado ya que Rainforest permite que, por ejemplo, el banano lleve un sello que así lo indique.
Un producto como banano o piña que lleve el sello de Rainforest podrá ser colocado en diferentes supermercados y tiendas de consumo. Repetimos, el certificado busca dar una ventaja al producto, pero sobre todo, la certificación debe ser creíble, cierta o probable”.
Rainforest Alliance le ha quitado el sello al banano y a la piña producidos en las plantaciones del Grupo Acón pues el Sitrap le cuestiona presunta discriminación y persecución a personas trabajadoras sindicalizadas y a sus propias familias.
Sitrap indica que este grupo empresarial de alto corporativismo agrícola estaría despidiendo a trabajadores en estado de incapacidad o por sufrir un riesgo de trabajo. Sitrap acusa al Grupo Acón de presunto uso de agroquímicos que dañan la salud obrera. El asunto de gran repercusión es que las auditorías de Rainforest Alliance le dieron la credibilidad a las denuncias de Sitrap y, por tanto, haciéndole perder la certificación de buena conducta productiva al Grupo Acón ante el consumidor europeo.
El Grupo Acón deberá corregir los señalamientos negativos de la más reciente auditoría de Rainforest Alliance en materia de derechos laborales y sindicales, a más tardar el 30 de junio de 2017.
Sin embargo, será hasta mayo de 2018 cuando una nueva auditoría podría recomendar la recuperación del sello de “buena conducta productiva”. Sitrap ha dejado muy bien sentada su posición al respecto, validando el mecanismo del Diálogo Social para que de manera bipartita se solvente el problema apuntado. Anhelamos que así sea.