La actual hegemonía político-económica planetariamente dominante, la del capital financiero-bancario de ideología neoliberal, está siendo desafiada como nunca antes a través de los escritos sociales del actual máximo líder de la Iglesia Católica universal, dada la autoridad ético-moral que les es reconocida mundialmente.
Los latifundios mediático-corporativos globales, especialmente sus cadenas de noticias, o de falsas noticias como ha empezado a quedar al descubierto (“fake news”, en idioma inglés), adversan el pensamiento papal de hoy al punto de tratar de que el mismo “no exista” desde la perspectiva de la comunicación de masas.
El pasado 18 de febrero de 2017 el papa Francisco nos acaba de conmover de nuevo. Cualquier persona inmersa en la lucha social, cualquiera que ésta sea, creyente o no creyente, tiene en este nuevo mensaje papal una fuente de renovación de energía espiritual y de aliciente para seguir luchando sin rendirse; mensaje de obligada lectura, análisis, estudio individual y grupal; así como para la traducción sociopolítica a nuestra realidad costarricense de hoy.
Hablamos del mensaje papal dirigido a los y a las participantes en la Reunión Mundial de Movimientos Populares (WMPM, por sus siglas en inglés), a nivel regional de Estados Unidos y que acaba de concluir en la ciudad de Modesto, California, en el Central Catholic High School.
El evento fue promovido por el nuevo Dicasterio (algo así como un ministerio) para el Servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano, a cargo del cardenal Peter Turkson; por la Conferencia Episcopal de los Obispos Católicos de los Estados Unidos; por la Campaña Católica para el Desarrollo Humano; así como la red PICO (PICO son las siglas en inglés de la organización People Improving Communities through Organizing personas que mejoran sus comunidades a través del activismo). La lucha las tres T: “tierra, techo y trabajo”, según lo define el propio pontífice.
La reunión en Modesto es la primera convocatoria regional a nivel de Estados Unidos, enlazada con tres reuniones internacionales sostenidos por el papa Francisco con los movimientos sociales y que han tomado lugar en Roma (en octubre de 2014 y en noviembre de 2016), y Bolivia (en julio de 2015).
“El propósito de cada reunión es instar a los grupos comunitarios para presionar a favor de los derechos de los trabajadores, la vivienda y la justicia ambiental, así como profundizar las relaciones entre estas organizaciones y la comunidad de fe”. Así lo leímos en varios de los sitios de internet que publicitan estas iniciativas.
El nuevo mensaje del papa Francisco a los movimientos sociales es impactante. Les compartimos algunos conceptos del mismo de tanta contundencia que se explican por sí solos. Los párrafos siguientes, en cursiva, son palabras y frases papales del indicado mensaje arriba explicado.
“…Hace tiempo enfrentamos la crisis del paradigma imperante, un sistema que causa enormes sufrimientos a la familia humana, atacando al mismo tiempo la dignidad de las personas y nuestra Casa Común para sostener la tiranía invisible del Dinero que sólo garantiza los privilegios de unos pocos… La humanidad vive un giro histórico”.
“A los cristianos y a todas las personas de buena voluntad nos toca vivir y actuar en este momento. Es una responsabilidad grave, ya que algunas realidades del mundo presente, si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir más adelante”.
“Son los ‘signos de los tiempos’ que debemos reconocer para actuar. Hemos perdido tiempo valioso sin prestarles suficiente atención, sin resolver estas realidades destructoras. Así los procesos de deshumanización se aceleran. De la participación protagónica de los pueblos y en gran medida de ustedes, los movimientos populares, depende hacia dónde se dirige ese giro histórico, cómo se resuelve esta crisis que se agudiza”.
“Se trata de una estafa moral que, tarde o temprano, queda al descubierto, como un espejismo que se disipa. Los heridos están ahí, son una realidad. El desempleo es real, la violencia es real, la corrupción es real, la crisis de identidad es real, el vaciamiento de las democracias es real. La gangrena de un sistema no se puede maquillar eternamente porque tarde o temprano el hedor se siente y, cuando ya no puede negarse, surge del mismo poder que ha generado este estado de cosas la manipulación del miedo, la inseguridad, la bronca, incluso la justa indignación de la gente…”.
“…ningún pueblo es criminal y ninguna religión es terrorista. No existe el terrorismo cristiano, no existe el terrorismo judío y no existe el terrorismo islámico. No existe. Ningún pueblo es criminal o narcotraficante o violento… Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres, pero sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión… Hay personas fundamentalistas y violentas en todos los Pueblos y religiones que, además, se fortalecen con las generalizaciones intolerantes, se alimentan del odio y la xenofobia. Enfrentando el terror con amor trabajamos por la paz”.
“Las heridas que provoca el sistema económico que tiene al centro al dios dinero,… han sido criminalmente desatendidas. En la sociedad globalizada, existe un estilo elegante de mirar para otro lado que se practica recurrentemente: bajo el ropaje de lo políticamente correcto o las modas ideológicas, se mira al que sufre sin tocarlo, se lo televisa en directo, incluso se adopta un discurso en apariencia tolerante y repleto de eufemismos, pero no se hace nada sistemático para sanar las heridas sociales ni enfrentar las estructuras que dejan a tantos hermanos tirados en el camino”.
Este nuevo mensaje del Papa Francisco, en algunas de cuyas partes se puede leer entre líneas críticas al nuevo presidente estadounidense, no da lugar a duda alguna: la lucha por la justicia social, la que hemos estado dando tantos y tantos en nuestra Patria, es completamente correcta.