…especialmente ahora que la Sala Constitucional ha admitido para su estudio un serio cuestionamiento procedimental y de fondo a su tramitación parlamentaria. Según los entendidos, el paquetazo tributario de la Administración Chinchilla Miranda (con el apoyo de una parte del PAC), podría estar ya desechado en la práctica, por una cuestión de realismo político.
Ahora bien, pensamos que este puede ser el gran momento para que distintas fuerzas cívico-patrióticas, sociolaborales y sindicales, académico-intelectuales, junto a sectores productivos y empresariales honestos (entre otros); nos pongamos a trabajar en el diseño de un planteamiento tributario estratégico con visión de mediano y largo plazo, más allá de los gobiernos de turno y lejos de los vaivenes electoralistas de corto plazo que tanto daño le hacen a nuestra ya maltrecha institucionalidad republicana.
Esta aspiración, que sabemos será compartida por mucha gente realmente preocupada por el severo problema nacional número uno que es el crecimiento de la desigualdad; está siendo potenciada por un reciente pronunciamiento del Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), la institución de estudios superiores de más prestigio en nuestro país; mismo que ha indicado que el paquete fiscal del Gobierno “_no es conveniente para el país_”; y, por el contrario, lo que corresponde es que nos pongamos a fortalecer la administración tributaria y reducir la evasión fiscal.
“_El Consejo Universitario considera que este proyecto no constituye una propuesta integral de reforma fiscal que venga a resolver los problemas hacendarios del Gobierno Central; en ese sentido, antes de aprobar un proyecto de este tipo, el Gobierno debe emprender una acción efectiva contra la evasión fiscal, en particular, en el caso de los sectores de mayores ingresos y más ricos del país_”, señala el pronunciamiento del Consejo Universitario de la UCR.
¡Impresionante! La máxima casa de altos estudios de nuestro país da la razón a los sectores sindicales que desde este espacio y por otras vías venimos “_pegando el grito al cielo_” en cuanto a que el robo de impuestos en sus diversas manifestaciones, debe merecer la más alta prioridad de la política pública en este campo; declarando una especie de “_emergencia nacional_” en cuanto a la recaudación y lanzando la más feroz campaña gubernamental en contra de la delincuencia tributaria de cuello blanco, especialmente. Por tanto, ¿para qué más impuestos?… ¡para que se los sigan robando! ¡No!
Nuestros compañeros y nuestras compañeras sindicalistas de la ANEP en el Ministerio de Hacienda han sido bastante insistentes en ello y que ahora desde la propia UCR se les dé la razón, pues es una forma de honrar su larga lucha en tal sentido. ¡Enhorabuena por todo el Movimiento Sindical Costarricense!
Quienes roban no son precisamente, por ejemplo, las personas trabajadoras asalariadas en planilla, tanto del sector Público como del Privado, a las cuales y luego de la barrera exenta, de una vez, mes a mes, le descuentan su aporte impositivo al país, en el ámbito de la renta. Pero también, la parte asalariada que no tributa renta salarial, también la “_cazan_” cuando hace las compras, al aplicársele el impuesto de ventas, por ejemplo.
La semana pasada hablamos de las cuatro “_E_” del grave problema tributario nacional: Evasión, Elusión, Exoneraciones y Exenciones; planteando así un primer eje de trabajo de un análisis compartido y multisectorial en búsqueda de un gran acuerdo nacional al respecto. En materia de exoneraciones y exenciones estamos hablando ya de un 6 % del Producto Interno Bruto (PIB); y en el campo de la evasión y la elusión, las cifras que se manejan son del orden del 2.5 del PIB (aquí está el caso de los 800 mil furgones que, al año, entran y salen del país sin ningún tipo de revisión) ¡Qué relajo!
Entonces, estamos hablando de que al Gobierno se le “_escapa_” recaudar un ¡8.5! del PIB. En consecuencia, su plan fiscal, ahora reducido prácticamente a un “_mamarracho_”, queda en el más absoluto ridículo pues ya se resignaron, luego de múltiples concesiones, a solamente recaudar un 1.5 % del PIB; es decir, casi una sexta parte de lo que se roban por la vía de las cuatro “_E_”.
Luego podríamos pasar a un segundo eje de trabajo, en dos partes. Por un lado, ¿cuáles son las medidas de diversa naturaleza que hay que emitir para fortalecer la administración tributaria, de modo tal que como país, como sociedad, como nación, como Estado, lleguemos a un punto tal en que robar impuestos equivalga a matar a un ser humano, ó, al menos, constituya un delito de tanta gravedad que encierren al evasor?
Por el otro lado, ¿cuáles serán las medidas para estimular el pagar impuestos, para exigir la factura? Como lo hemos dicho ya varias veces, proponemos la pensión-consumo, la recompensa por denunciar evasión (una vez comprobada ésta), la lotería fiscal ligada a la de la Junta de Protección Social, la introducción curricular de la responsabilidad de tributar desde la niñez escolar y otras.
Pasaríamos luego a ver nuevos impuestos. Sí, ¡nuevos impuestos!, pero por el lado “_de los de arriba_”: renta mundial, renta global e impuesto a las transacciones financieras; pero en los tres casos, ¡de a verdad! No “_cosméticamente_”, de “_mentirillas_”.
A este nivel, deberíamos aprobar la ley para eliminar, parcialmente, el secreto bancario solamente ante la presunción administrativa de robo de impuestos. Después de todo este proceso, veríamos si el IVA (impuesto al valor agregado) sería necesario y si así fuese, ¿cuál IVA?…
Como vemos, no se ocupan más impuestos. Hay que combatir su robo. ¡Pongámonos a trabajar en ello! A la UCR, así como a las otras prestigiosas universidades públicas, patrióticamente les pedimos, ¡ayuden al pueblo!