La información periodística de La Nación que aparece en este día, miércoles 6 de junio de 2012, acerca de que “_CCSS pagó hasta 10 veces más por medicamentos_”, es un contundente ejemplo de uno de “_Los tres grandes conflictos que carcomen a la Caja_”, así definidos en una propuesta social denominada “_10 medidas para comenzar a ordenar la Caja_”: Hablamos del conflicto existente entre el interés público y los intereses mercantiles de quienes hacen jugoso negocio con la salud.
Los otros dos grandes conflictos que están carcomiendo a la Caja son el conflicto existente entre el interés público y los intereses político-partidistas; y el conflicto existente entre el interés público y e interés gremial.
En este asunto del sobreprecio de medicamentos, recordamos que mucho tiempo atrás, esta organización había denunciado la práctica corrupta de las “_Existencias Cero_”; una perversa dinámica mercantil de negocio con la salud de las personas para, deliberadamente, dejar acabarse las existencias de medicamentos delicados o claves y así, justificar “_compras de urgencia_”, obligando a la institución a pagar escandalosos sobreprecios en claro perjuicio de sus propias finanzas.
Por eso, la propuesta social denominada “_10 medidas para comenzar a ordenar la Caja_”, en su medida tercera ha planteado: “_Acordar y ordenar en un plazo de 30 días la centralización de las compras de medicamentos e insumos médicos y permitir el seguimiento público de estas compras, de acuerdo con las potestades otorgadas a la Junta Directiva y que se encuentran establecidas en la ley. El traslado o descentralización de los procesos de compras institucionales ha generado gran ineficiencia en la contratación, así como el crecimiento de los costos por la imposibilidad de generar economías de escala por compras de gran volumen a nivel central_”.
Toda esta situación de la perversa mezcla de lo público con lo privado en los servicios de salud a cargo de la Caja, está por ser auscultada profundamente. La situación del sobreprecio de medicamentos es tan solo la punta del icerberg que emerge de un mar de corrupción que carcome la institucionalidad de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Para el caso que nos ocupa, dudamos de que se actúe con contundencia para demandar las responsabilidades que están recayendo, directamente, en el anterior Gerente de Logística de la Caja, Ubaldo Carrillo. Este otrora alto jerarca debe ser llamado a cuentas, hasta en lo penal si es necesario, para que indique la perversa directriz que emitió cuando tenía tal poder derivado de ese cargo, en el sentido de que “_no realizar estudios de racionabilidad de precios en los procedimientos de compra_”. ¿Qué intereses de negocios serían protegidos con una directriz tal?; ¿qué clase de compromisos empresariales había de por medio?… Aunque el daño está hecho, la impunidad no debe ser ama y señora de la institucionalidad violentada de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).