El primero de mayo y el alto costo de la vida

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna. __________________________________________________________

No es necesario entrar en detalle porque usted, en su hogar, en estos momentos, está sintiendo ese duro golpe a su ya de por sí golpeado bolsillo; especialmente si usted pertenece a la clase trabajadora asalariada de ingresos medios y bajos, si usted trabaja en el mercado informal; o si usted, desde su micro, pequeña y mediana empresa, lucha por sobrevivir en un mercado voraz diseñado solamente para la supervivencia de los “grandotes”.

Varias son las alzas que nos están golpeando duramente. La de la electricidad está asociada, por un lado, con la entrada en vigencia del TLC. Siempre alertamos, desde el Movimiento Patriótico del NO, que por las “aperturas”, las tarifas subirán hasta en un 300 %. Así que, prepárese, espere más alzas en la luz porque hay que asegurarle nuevas y jugosas ganancias a la generación privada de electricidad, ahora en escenario TLC; ganancias muchos más enormes y abusivas que las que tuvieron en época reciente.

Por otro lado, pagaremos mucho más cara la luz, debido al bloqueo que por varios años sufrió el ICE, por parte de los “dueños” del Banco Central y del Ministerio de Hacienda, los neoliberales de los últimos gobiernos, que no le dejaron hacer las inversiones oportunas para expandir la capacidad de producción hidroeléctrica.

Por otra parte, la cadena de alzas recibe un fuerte impulso con las variaciones, siempre hacia arriba, del precio de los combustibles. Generalmente, se le “echan los muertos” a los altos precios del petróleo en el mercado internacional (lo cual es cierto); sin embargo, la altísima carga tributaria que pesa sobre el precio de los combustibles en Costa Rica es sumamente abusiva. Es decir, si hubiera que pagar menos impuestos por la gasolina y el diesel, el alza del petróleo no golpearía tanto el bolsillo de la Gente.

Además, las políticas salariales, en los sectores Público y Privado, siguen sin variaciones estratégicas. Los reajustes salariales semestrales son, proporcionalmente hablando, la mitad de lo que son las alzas semestrales en los precios de los comestibles y artículos básicos (el diario). Además, tales reajustes no incrementan el poder de compra del salario, no incrementan su capacidad adquisitiva.

Y, como para que no nos falte, somos el país centroamericano que más velozmente concentra la riqueza. Mientras unos pocos, cada vez menos, viven en la opulencia y el lujo desenfrenado, haciendo gala y ostentación de sus vidas disipadas; se acrecienta la desigualdad y la vulnerabilidad de muchas familias ya cercanas a la línea fronteriza de la pobreza. Muchas personas trabajadoras, por ejemplo, deben acudir al endeudamiento constante y, por ejemplo, cuando han pagado la mitad de un crédito, sacan otro, buscando cómo evitar el deterioro de la calidad de vida de sus respectivas familias.

La explicación es una: el sistema económico dominante, bajo el signo neoliberal, no está preocupado por el bien común. Las pocas políticas sociales que quedan (algunas de las cuales reconocemos como oportunas y acertadas impulsadas por el gobierno de la presidencia bicéfala de la actual administración), no tienen un carácter integral, lo suficientemente estructural, como para relanzar la movilidad social y asegurar un relanzamiento de la clase media en sus diferentes estratos.

Para ello, entre otros aspectos, hay que variar profundamente las políticas salariales actualmente vigentes y para hacerlo se necesita del suficiente coraje para enfrentar a los sectores económicamente más poderosos, los “ganadores” de los últimos años. Esto no se ve factible pues son esos sectores “ganadores”, los que gobiernan en estos momentos.

Además, se necesita realizar una profunda transformación tributaria, una revolución tributaria, entrándole fuertemente al impuesto sobre la renta que pagan mal o que no pagan del todo, esos sectores “ganadores”. No creemos que la presidencia bicéfala esté dispuesta a “comprarse esa bronca” con quienes son su misma clase. De ello hablaremos luego porque, agárrese con fuerza, preparan una reforma tributaria que, como todas, se descargará sobre los bolsillos de la Gente.

Vea usted, entonces, si no hay sobradas razones para que este Primero de Mayo, que cae jueves, realicemos una enorme jornada de protesta, de lucha y de propuesta, acerca de la necesidad de profundos cambios en cuanto a política salarial y tributaria para beneficio de quienes somos más, la Gente.
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