Luego de varios meses de inmisericorde ataque en contra de los empleados públicos, en contra de sus salarios y, en general, en contra del propio Sector Público y su esencia, sale a flote una de las principales razones del déficit fiscal que tanto preocupa a los plutócratas de la hegemonía política dominante y su corte de amanuenses de todo tipo: el robo de impuestos de las grandes empresas, de los emporios corporativos, eufemísticamente llamadosgrandes contribuyentes.
“Para justicias… el tiempo”. Llevamos mucho tiempo planteando, como parte de los ejes fundamentales de nuestra lucha en el seno de la corriente sindical que representamos, que la gravedad del problema del déficit fiscal del país no puede atribuírsele al salario de los empleados públicos, integralmente contemplados considerando sus pluses.
La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP), primero; y luego el Colectivo Sindical Patria Justa, hemos levantado esta bandera “contra viento y marea”.
Hemos insistido y lo seguiremos haciendo de que una de las partes fundamentales de este problema, es la evasión y el robo de impuestos en todas sus manifestaciones, con ropaje legal o sin él.
Este crimen contra toda la sociedad que es el robo de impuestos, como la evasión y la elusión tributario-fiscales, está en 8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB): unos dos billones doscientos mil millones de colones al año: 2.200.000.000.000.00.
Enhorabuena que sea la propia Contraloría General de la República (CGR), la entidad que plantee que las grandes empresas y consorcios megacorporativos están dentro del grupo ladrón de impuestos.
Reiteradamente también lo hemos venido señalando: no es la clase trabajadora, ni la asalariada ni la de la informalidad la que roba impuestos: el de renta le es deducido, puntualmente del salario cuando corresponde aplicarse; el de ventas, al momento mismo de la compra.
La sociedad merece saber el nombre de cada una de esas grandes empresas que roban impuestos. La sociedad merece saber el nombre de sus propietarios, representantes, gerentes y abogados-bufetes que les representa.
Luego de haber sido exhibido, cual linchamiento mediático, los salarios de miles de empleados públicos, exponiendo el nombre completo de quienes los reciben; la ciudadanía debe saber los nombres de esos grandes contribuyentes que evaden tributos con ropaje legal.
¿Habrá dentro del conjunto de esos grandes contribuyentes algún consorcio mediático-corporativo al servicio de la plutocracia del real poder, y que han sido promotores de la brutal campaña de agresión mediática y de terrorismo ideológico en contra de los empleados públicos?…
Por otra parte, es lógicamente razonable pensar que estos megaconsorcios empresariales ladrones de impuestos deben tener fuertes vínculos políticos con las expresiones partidarias tradicionales que han venido gobernando para el beneficio de la hegemonía dominante de la plutocracia, controladora del real poder en nuestra sociedad.
No puede haber tolerancia contra el robo de impuestos en magnitudes corporativo-empresariales involucradas en la denuncia de la Contraloría: empresas de 40 mil millones de colones en activos y/o rentas anuales, o más.
Se ofende la inteligencia, se hace burla grotesca de la noble conciencia obrera de la clase trabajadora pagadora puntual de sus impuestos cuando estas magnitudes corporativas alegan ganancias “cero” al final de cada período fiscal.
La más grande rigurosidad legal se impone y debe haber durísima drasticidad en los cambios jurídicos actualmente en trámite parlamentario, con la mayor inflexibilidad y desnudando a los parlamentarios que le hagan el juego, o que están al servicio de esos grandes contribuyentes.