El enfrentamiento, del que se desconoce si se registraron heridos, se dio luego de que un piquete de policías llegara frente a la universidad, en el extremo oriental de la capital hondureña, para desalojar a decenas de estudiantes que protestaban contra el golpe de Estado al presidente Manuel Zelaya del 28 de junio pasado.
La propia rectora de la universidad, Julieta Castellanos, fue víctima de la represión, al ser empujada por los agentes y caer al suelo cuando trató de mediar con los policías, que igualmente golpearon a otros dos profesores, sin causarles heridas.
“Sentí que me empujaron y caí sobre un compañero que habían empujado antes y luego vi cómo golpeaban con toletes a otros profesores. Este acto es repudiable y no lo vamos a permitir en la universidad”, declaró la rectora, quien hizo un llamado a que “se respete el derecho de las personas a protestar”.
Barricadas improvisadas
Los manifestantes habían quemado neumáticos y cerrado los accesos a la UNAH, como parte de las protestas desarrolladas en varias regiones del país por seguidores del movimiento de resistencia que exige la restitución de Zelaya en el poder.
Los agentes antidisturbios irrumpieron en el recinto universitario en dos ocasiones, la primera durante “al menos diez minutos”, según la rectora, y la segunda una media hora, aunque apenas avanzaron unos metros. Los estudiantes recibieron con piedras a los policías y estos en su avanzada utilizaron gases lacrimógenos, un cañón de agua y las mismas piedras que les lanzaban.
La situación se volvió un caos en el campus universitario porque muchos estudiantes y maestros que estaban en clase no podían salir por la acción policial. “La policía invadió la universidad y entró hasta los edificios”, dijo Castellanos, quien enfatizó que no podía “dejar a los estudiantes indefensos” e indicó que una de las bombas lacrimógenas disparadas por la policía cayo a diez metros de ella.
La rectora aseguró que llamó a la policía nacional para pedir que retirara a sus agentes, pero poco después de que un primer grupo se marchara entre una lluvia de piedras, llegó otro desde una posición distinta y volvió a entrar en el centro universitario.
“No tenían por qué entrar hasta el campus universitario, vamos a demandar por eso a la policía”, advirtió la máxima autoridad de la UNAH. “Sabemos perfectamente que no podemos entrar. Yo no di absolutamente ninguna orden de entrar”, afirmó el responsable del operativo policial, el comisionado José Flores, quien aseguró que entre “unos ocho y diez” agentes resultaron contusionados y que los estudiantes les lanzaron “al menos tres cócteles molotov”.
Más de dos horas de enfrentamientos
Tras más de dos horas de enfrentamientos, una organización de derechos humanos medió entre ambas partes y logró que la policía se replegara en paz. Durante los incidentes, los manifestantes destrozaron varios vehículos y un restaurante de comida rápida de una franquicia estadounidense.
Otro automóvil fue quemado en el campus universitario y los estudiantes saquearon otros tres restaurantes del recinto universitario acusando a sus propietarios de “golpistas” y de no pagar impuestos, acto que la rectora calificó de “repudiable”.
La UNAH fue escenario de otro incidente, cuando un grupo de universitarios intentó agredir al ex vicepresidente de Honduras y ahora aspirante presidencial Elvin Santos, del Partido Liberal, el mismo al que pertenece Zelaya.
En la capital hondureña tuvo lugar otra manifestación en la que unas 1.500 personas marcharon sin que se produjeran incidentes hasta la sede de la Corte Suprema, el organismo que pidió y avaló la expulsión del país de Zelaya el pasado 28 de junio.
Marcha pro Zelaya
Los dirigentes del Frente informaron además de que los simpatizantes de Zelaya partieron a su llamado desde al menos cuatro puntos del país en una caminata que debe confluir el 11 de agosto en Tegucigalpa y en San Pedro Sula, la segunda mayor ciudad del país. Los cuatro grupos partieron desde San Lorenzo (sur), Catacamas (este), Colón (nordeste) y Tela (norte).
Desde la detención y expulsión del país de Zelaya por los militares, sus seguidores iniciaron un movimiento de resistencia para exigir su restitución en el poder. El Parlamento designó el mismo día del golpe de Estado a Roberto Micheletti, hasta entonces presidente del Legislativo, como nuevo mandatario de Honduras.
Fuente: elmundo.es