Ética y transparencia de “mentirillas”

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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La misma prensa afín al gobierno de los hermanos Arias, puso el asunto en conocimiento de la opinión pública. Así de grave es el asunto.

Antes de que el señor Gallardo fuera Presidente Ejecutivo de la CNE, una de las empresas de la cual él fue abogado, obtenía contratos de compra con esta institución, por unos 182 millones de colones. Hablamos del año 2006. Para el 2007 y siendo ya el señor Gallardo el máximo jerarca de la citada entidad, las compras de la CNE a esa misma empresa, ascendieron a 1.810 millones de colones. En el 2008, fueron del orden de los 1.597 millones de colones. El citado jerarca alegó que todo fue legal. ¿Habrá sido moral? ¿Habrá sido ético? ¿Tráfico de influencias?… Juzgue usted.

Por eso él no debe salir en carrera de ese alto cargo y, por el contrario, tiene que enfrentar con hidalguía, las consecuencias de sus decisiones. Lo que pasa es que, nuevamente, la ética y la transparencia de la alta cúpula gubernamental quedaron seriamente dañadas. Se trata de una ética y de una transparencia de “mentirillas”, al compararla con el inicial discurso presidencial en la materia.

Esta cuestionable actuación del mencionado político no debe llevarnos a enlodar la limpia trayectoria del personal de la CNE. Le conocemos. Damos fe de su ética y honesta vocación de servicio público; de su profesionalismo y compromiso con el país, especialmente con los sectores más desposeídos, por lo general, víctimas injustas de las diversas situaciones de desastres naturales.

El personal estable de la CNE tiene una transparente trayectoria sociolaboral. Incluye técnicos y profesionales de altísima especialización quienes, junto a los cuadros administrativos de larga y limpia carrera, exhiben una sólida formación académica y ética; aquilatando una experiencia que el país no puede sustituir de la noche a la mañana; por tanto, imprescindible.

Los yerros institucionales y los atentados a la transparencia contra la institucionalidad de la CNE, no se originan por “abajo”, sino por “arriba”: por los políticos del bipartidismo tradicional en extinción, que llegan a tal entidad, pensando en el próximo cargo público que han de capturar en la elección venidera. Esa es la realidad.

Otro reciente caso de ética y transparencia de_ “mentirillas”_ en el presente gobierno, tiene que ver con la nueva ley de generación hidroeléctrica privada. Grupos y empresas que aportaron cerca del 15 % del dinero de la campaña electoral de los hermanos Arias, presuntamente harían ganancias enormes con dicha legislación. El semanario electrónico “informa-tico. com”, así lo dio a conocer, con base en reportes del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).

Con ese proyecto de ley, los empresarios privados de electricidad, se aseguran de que el ICE les compre toda su producción, se necesite o no. Negocio más que redondo. La posibilidad de hacer negocios privados con el servicio de electricidad que da la nueva ley, incluiría a empresas como el Ingenio Taboga, donde los hermanos Arias son accionistas.
Ya muchas de estas empresas y otras más, hacían negocios de este tipo, con la ley anterior 7200.

A su amparo y en algunos casos, ocurrieron barbaridades con las tarifas que se les pagaron, al punto de que la propia Contraloría General de la República, ordenó llevar a muchas de ellas a juicios, llamados juicios de “lesividad” por el gran detrimento que ocurrió en el patrimonio público del ICE. Nunca, ninguna de ellas, se vio en los tribunales. Ahora parece que todo habrá de quedar impune. Nuevamente, como se puede notar, ética y transparencia, son de “mentirillas” en la actual administración.

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