El más reciente número de la revista oficial del Fondo Monetario Internacional (FMI), Finance & Development” (según su nombre en idioma inglés), publica un artículo firmado por tres reconocidos economistas de tal organismo financiero internacional que, para nuestra total incredulidad, estaría representando una “autocrítica”, un “arrepentimiento”, un “mea culpa”, por haber impulsado tal entidad y durante tanto tiempo, esas políticas neoliberales que solamente han traído dolor, miseria y exclusión a millones de seres humanos en una gran cantidad de países a los que se les impuso el recetario fondomonetarista; para, por el contrario, beneficiar a reducidos grupos de enorme poder económico-financiero que ya desde mucho antes de tales políticas tenían acumulada gran riqueza.
Este es el eje central del artículo firmado por sus economistas Jonathan D. Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri, integrantes selectos de la alta tecnocracia burocrática fondomonetarista; informe titulado en inglés como Neoliberalism: Oversold?” (en español algo así como si ¿se han exagerado los beneficios del neoliberalismo?).
En realidad, nosotros pensamos que se trata de una broma macabra, amén de mostrar un cinismo mayúsculamente ofensivo que el FMI diga ahora que el neoliberalismo aumentó la desigualdad. Para otros, estamos de cara a “una “esperanzadora señal de muerte de esa ideología”.
La reconocida revista de prensa estadounidense Newsweek (en Español), en su edición de mayo pasado, hizo una reseña de tal artículo que, repetimos, nos dejó estupefactos. El documento del FMI apuntó: “Las ventajas de ciertas medidas que constituyen una parte importante de la agenda neoliberal parecen haber sido un poco exageradas…”; reconociendo los citados especialistas que el costo de estas políticas en términos de profundización de las desigualdades son “tangibles”, al igual que sus efectos negativos sobre la actividad económica.
Luego tenemos este otro criterio, prácticamente lapidario: “El aumento de las desigualdades reduce el nivel y la viabilidad del crecimiento”; advirtiendo esos expertos contra las políticas de austeridad y contra el recorte de gastos públicos. ¡Dios Santo! ¿Habremos comprendido bien lo que hemos leído al respecto para compartirlo con usted, sin temor a equivocarnos o a malas interpretaciones…? Estos señores nos están diciendo ahora que ¡la agenda neoliberal no ofrece buenos resultados para todos los países!
Miren ustedes cómo esta confesión del FMI deja al desnudo lo que nos hicieron en Costa Rica las cúpulas del bipartidismo neoliberal del PLUSC: “La agenda neoliberal se caracteriza por la desregulación y la apertura de los mercados domésticos, incluyendo los mercados financieros y la entrada de competencia extranjera. Además de reducir el papel del Estado a través de la privatización y la limitación fiscal de incurrir en déficits y acumular deuda”.
En nuestro país, gracias a la encarnizada resistencia social y popular y, especialmente la sindical, el neoliberalismo fondomonetarista no se consolidó a plenitud, se quedó a medio camino.
Si ahora estamos en presencia de la “autocrítica”, del “arrepentimiento”, del “mea culpa”, del FMI, quizás podría haber llegado el gigantesco y estratégico desafío de plantearnos el desarrollo de una real vocación de poder desde los sectores cívico-políticos y populares y sociales, trascendiendo las resistencias de los últimos 30 años y los intentos de coyuntura progresista según lo han mostrado los últimos procesos electorales nacionales. ¡Soñar no cuesta nada! Porque por no dejar de soñar es que la resistencia hasta ahora ha venido funcionando.
Si no fuera por ello, no habríamos realizado enormes esfuerzos en la generación de propuestas de desarrollo para nuestro país, alternativas a la neoliberal fondomonetarista, de la cual ahora el FMI parece “renegar”.
Vamos a tener que enviarle al FMI, por ejemplo, planteamientos como “Costa Rica hacia la Tercera República”, “Por una Costa Rica inclusiva y solidaria” (Crisol); o, “Diez medidas para enfrentar la crisis económica con inclusión social y productiva”; así como “Hacia una reforma fiscal para el desarrollo y la reactivación del empleo”. Especialmente esta última ahora que en nuestro país se habla tanto del déficit, efecto negativo y perverso del neoliberalismo fondomonetarista. ¡Todos tienen enorme actualidad!
Dentro de la gran variedad de comentarios que está generando la “autocrítica” del FMI, les compartimos de seguido el de Benjamin Dangl, quien ha trabajado como periodista en América Latina, ocupándose durante más de una década de los movimientos sociales y la política en el continente; editor de UpsideDownWorld.org, un sitio web sobre activismo y política en América Latina, y hace el mismo trabajo en TowardFreedom.com, una mirada progresista de los acontecimientos mundiales. Dijo el señor Dangl lo siguiente:
“El FMI sugiere que el neoliberalismo ha sido un fracaso, pero ha funcionado muy bien para el 1 por ciento de la población mundial, algo que ha sido siempre el propósito del FMI y el Banco Mundial. Tal como informó Oxfam a principios de este año, el 1 por ciento más rico del mundo posee tanta riqueza como el resto de la población del planeta (del mismo modo, la periodista de investigación Dawn Paley ha comprobado en su libro Drug War Capitalism La guerra capitalista contra la droga, que la guerra contra la droga, lejos de ser un fracaso, ha sido un éxito enorme para Washington y las corporaciones multinacionales).”
Aún no comprendemos cómo fue que, por ejemplo, el Partido Liberación Nacional (PLN), otrora socialdemócrata, se entregó al neoliberalismo; ideología de la muerte porque las sangrientas dictaduras del cono sur de la América Latina, de los años 70, se inspiraron en ella para masacrar a miles y miles de personas, de lo cual (por supuesto), no se habla en el informe “autocrítico” del FMI que venimos comentando.
Al PLN vamos a tener que enviarle, también, los documentos sociales arriba mencionados para ver si con base en los mismos (y otros muchos de similar línea que de seguro ellos saben que existen), al igual que el FMI se hace su “autocrítica”, expresa su “arrepentimiento” y se golpea el pecho en señal de “mea culpa”.
¡No se hable más! “A confesión de parte, relevo de prueba”, dice el sabio refrán popular. Luego del “mea culpa” del FMI, la conclusión solamente puede ser ésta: El neoliberalismo, como ideología extremista del mercado, está asociado a muerte, exterminio, sangre, dictadura, exclusión, corrupción, desigualdad, violencia, narcotráfico, pobreza generalizada y riqueza ultraconcentrada, depredación ecológica y muerte planetaria.