Funes, Arias, fotocopias y canciones

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.

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Todas las fuerzas políticas y sociales progresistas de la América Latina, estamos felices por esta victoria de la democracia. En Costa Rica también lo estamos celebrando, especialmente porque se trata de un triunfo sobre el miedo; ese miedo al que acuden, de manera desesperada, las oligarquías neoliberales codiciosas y egoístas, cuando sienten que van a perder unas elecciones.

Recordemos que así sucedió en Costa Rica con ocasión del “frauduréndum” del 7 de octubre de 2007. Fuimos testigos de la más perversa operación mediática y propagandística de guerra psicológica y de terrorismo ideológico de las últimas décadas; cientos y cientos de trabajadores en empresas privadas, fueron sometidos a un régimen dictatorial de miedo, para que votaran por el sí al TLC con Estados Unidos.

Hoy, probable y dolorosamente, muchos de esos trabajadores están ya sin trabajo. Los empleos del TLC se han esfumado; y, quizás, los hijos y las hijas estudiantes de esos despedidos, sean parte del gran número de integrantes de la juventud costarricense que ya está siendo perjudicada en sus estudios, porque no podrán sacar fotocopias de libros, antologías, diversos textos y similares, dado que la “propiedad intelectual”, una de las leyes del TLC, lo impide. Esperamos que, próximamente, una sana rebelión juvenil y estudiantil enfrente tal ataque a la inteligencia y al derecho sagrado de la educación.

Volvamos a El Salvador. La llegada al gobierno del partido FMLN (no así al poder, que es otra cosa), pone en serios aprietos al Presidente de Costa Rica, don Oscar Arias Sánchez y su inviable aspiración de ser el vocero del istmo centroamericano, ahora que vendrá a nuestro país el Vicepresidente de los Estados Unidos, el señor Joe Biden.

El accionar político de don Oscar Arias Sánchez en su segunda presidencia, lo llevó a ver con menosprecio los procesos de cambio en América Latina, al punto de ver con desdén y con burla, los diferentes triunfos de la izquierda latinoamericana en sus diversos matices. En determinados momentos, solamente él y su colega colombiano, Álvaro Uribe Vélez, aparecían como las fichas más serviles al entonces genocida Presidente estadounidense George W Bush, sumido éste hoy en el más profundo descrédito.

El Presidente Arias Sánchez se ha quedado solo en la América Central, defendiendo el defenestrado neoliberalismo, volviendo totalmente ridícula su pretensión de ser el vocero político de la región ante el gobierno gringo del Presidente Obama.

Esa “cancioncita” del neoliberalismo ya no va, don Oscar (se lo decimos con respeto); como ya no podrán sonar muchas otras piecitas musicales en las radios costarricenses, producto de la famosa “propiedad intelectual” del TLC, si no que lo digan esas emisoras radiales hoy perjudicadas con esa normativa legal.

Recordamos cómo, en aquel momento, la infame cámara radial empresarial que hoy defiende a esas emisoras de tal “atrocidad”, nos atacaba a mansalva por oponernos a ese TLC; ese TLC que hoy hace imposible poner melodías musicales, canciones, si no se paga esa especie de “impuesto de salida al aire”.

Afortunadamente, ha valido la pena resistir tanto, durante tanto tiempo; y, aunque hay algunos daños irreversibles, los tiempos que estamos viendo son de esperanza. Tan es así que nos sentimos tan seguros como (sin asumir representaciones que no tenemos), para sentarnos con la gente de la acera de enfrente a dialogar sobre salidas nacionales, de unidad, para que la crisis que no fue creada por nosotros, no nos arrase del todo, a todos y todas.

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