Expresamos nuestra satisfacción por lo que creemos es la correcta decisión tomada por el Gobierno de incrementar el salario mínimo para la clase trabajadora del sector Privado, alejándose de la raquítica y empobrecedora propuesta empresarial del 1.33 %.
Al votar con los sindicatos en el seno del Consejo Nacional de Salarios (CNS), incrementos mayores, el Gobierno acoge nuestro clamor de que una de las vías correctas para combatir la desigualdad (problema nacional número uno del país según la visión de muchas opiniones expertas y la nuestra también), es establecer otra política salarial que incremente el poder adquisitivo del salario lo que, a la vez, puede dar un aporte para incrementar la actividad productiva para el mercado interno y, a la vez, fomentar empleo.
Falta mucho camino por recorrer, especialmente, en cuanto a la fiscalización gubernamental de estricta aplicación del salario mínimo. Pero por ahora, hay que reconocer que el Gobierno atinó en su primera fijación salarial del período 2014-2018 y, en cierto modo, al menos en esta circunstancia, pasó lo que calificamos como su inicial “prueba de fuego” en esto de los reajustes salariales por costo de vida, pese a las dudas que tuvimos, inicialmente, al respecto.