Dos relevantes acciones consecutivas de lucha
Estamos ya en las vísperas de la Marcha del 20 de Octubre. El próximo viernes millares de guatemaltecos y guatemaltecas nos daremos cita en El Trébol, desde tempranas horas de la mañana, no sólo para rendir homenaje a la Revolución de Octubre sino, además, para contribuir a rescatar, para el presente y para el futuro, el espíritu y las prácticas de esa revolución pendiente.
Por fortuna, hoy soplan vientos que indican que este pueblo se dispone, más temprano que tarde, a reencontrarse con su historia truncada en el 54, a retomar las riendas de su propio destino, y, con ello, a construir una nación digna, justa y humana. Ya hay buenas y varias señales que apuntan en esa dirección.
En primer lugar, destaca el nacimiento de un movimiento amplio de izquierda, en el que se conjugan los sueños, visiones, compromisos y esperanzas que han sido, desde 1954, patrimonio pospuesto de las grandes mayorías. La constitución del Frente Político y Social de Izquierda es, desde nuestra perspectiva, otra nueva luz que se enciende al fondo del oscuro túnel por el que la codicia y la fuerza bruta nos han obligado a transitar durante décadas.
Pero, además, es destacable el hecho de que lo mejor de la juventud le ha dado al país muestras evidentes de beligerancia, de compromiso de lucha y de voluntad unitaria. Las más combativas organizaciones juveniles han sabido ir encontrándose, y no sólo en el discurso sino, sobre todo, en la acción directa. Se trata de organizaciones de vocación revolucionaria, que han hecho suya la frase martiana de que “la mejor manera de decir, es hacer”. Algunas son parte del FNL, otras son independientes. Incluso están las que son parte de un partido político y las que días atrás fueron parte de otro. Pero lo importante no es la fuente de su origen, sino el destino que se han fijado para sí mismas, para su país y para su pueblo. Apuntan, todas, hacia el rescate de esa nuestra revolución pendiente. Estos muchachos y muchachas, dueños de esa energía y de esa creatividad que caracteriza siempre a las juventudes, prenden también una antorcha que se suma a aquellas que iluminan el camino.
La marcha de este próximo 20 de Octubre contribuirá, sin duda alguna, a sellar en las calles ese creciente compromiso unitario. Por eso, consideramos esta marcha como una acción relevante, e invitamos a todo guatemalteco y guatemalteca que aspire a vivir en un país mejor, a que este viernes se sume a las filas de quienes marchan por ello.
La marcha, a su vez, debemos convertirla en grito de denuncia contra todas las políticas neoliberales, antipopulares, que, una tras otra, siembran pobreza y más pobreza en el seno del pueblo. En esa marcha, digamos con fuerza ¡basta ya!. Tomémonos, como pueblo, las calles y la palabra. Ya es hora de romper el silencio.
Entre otras cosas debemos gritarle al mundo, a una sola voz, que en Guatemala los sectores populares estamos contra el Tratado de Libre Comercio y estamos, además, dispuestos a enfrentarlo.
Y, en esa lucha frontal contra el TLC, sabremos también dar la mano solidaria a pueblos hermanos que, como el costarricense, lucha aún en batalla cerrada por impedir que allá lo aprueben.
Como Frente Nacional de Lucha, haremos de la Marcha del 20 de Octubre un acto de solidaridad activa en respaldo a cada ciudadano y ciudadana costarricense, a cada organización tica que se oponga de manera activa a que su país se doblegue ante imposiciones imperiales.
Allá, en Costa Rica, millares de personas se preparan para lanzarse en un paro nacional absoluto, los días 23 y 24 de Octubre. Desde aquí, el próximo 20 de Octubre, les diremos, a coro, ¡adelante, hermanos, que su lucha es también nuestra!
Pero la verdadera solidaridad debe ir más allá de las palabras, de los discursos.
Por ello, hay programada ya otra acción de importancia, de la cual también debemos ser parte: El próximo 23 de Octubre, a partir de las 2 p.m., las organizaciones populares nos haremos presentes, respetuosa pero firmemente, frente a la Embajada de Costa Rica, para expresar nuestra solidaridad con quienes allá dan la batalla. Será una acción en la que haremos saber a la representación diplomática costarricense, que el pueblo tico no está solo. Que su lucha tiene el respaldo de todos los pueblos que creen en la dignidad y en la justicia. Y pediremos al Presidente de Costa Rica, Doctor Oscar Arias, que devuelva el Premio Nóbel de la Paz, porque con sus actos ha puesto en evidencia que esa camisa le quedó demasiado grande.
El TLC es un enemigo común. Por ello, debemos enfrentarlo de manera conjunta. Los pueblos centroamericanos debemos forjar un solo frente, debemos combatir las batallas de estos tiempos de paz desde una misma trinchera, para salir victoriosos y heredar así, a las generaciones futuras, un mundo mejor que el que quieren construir los enemigos de los pueblos.
Por todo ello, en Centroamérica,
¡La lucha sigue!