Don Edgar Ayales Esna, Ministro de Hacienda, anda por aquí y por allá, difundiendo los contenidos de una “nueva” propuesta tributaria a fin de, fundamentalmente, contener el crecimiento del déficit fiscal; mismo que tanto terror causa en las esferas de la hegemonía política actualmente vigente en el país, la de signo financiero-bancario; hegemonía que, por cierto, nada indicará que no lo seguirá siendo luego del resultado electoral de las elecciones presidenciales y diputadiles de febrero próximo.
Al común de la gente, al pueblo trabajador en sus distintas manifestaciones de actividad productiva, a la ciudadanía de a pie, en fin, al grueso del colectivo social de “los y las de abajo”, parece llamarle poco la atención el tema del déficit fiscal.
Éste se ve como una cuestión de la “alta” política y que solamente se debate en esos círculos cerrados de especialistas, economistas, medios de prensa y, por supuesto, en la esfera gobernante de la “partidocracia”. Nosotros pensamos que debe ser un asunto de prioridad en el ámbito de las organizaciones de los movimientos sindicales, sociales, populares y cívicos.
El famoso déficit fiscal (la diferencia que hay entre la cantidad de plata que recibe el Gobierno, ingresos, y la que gasta para funcionar, egresos), tiene como base estructural y esencial de su gestación, el tipo de sistema tributario que tiene un país.
En el caso costarricense (y en este mismo espacio lo hemos indicado varias veces), hablando de impuestos, paga más quien menos tiene, proporcionalmente hablando. Tenemos, por tanto, un sistema tributario regresivo, lo cual lo hace totalmente injusto.
A la vez, no genera toda la plata que el Gobierno ocupa para funcionar con eficiencia y eficacia, impidiéndole brindar servicios públicos con oportunidad y con calidad; deteriorándose así, el salario social que reciben las grandes mayorías del pueblo trabajador, mismas que cada vez más resienten el alto precio de los servicios públicos fundamentales (agua, luz, teléfono, comunicaciones), el alto costo de la comedera y el deterioro de servicios tan esenciales como salud, asistencia social y educación.
Entonces, no se vale hablar de déficit fiscal sin hablar de cambiar el sistema tributario costarricense. Y aquí es donde creemos que el Ministro Ayales Esna se equivoca, tratando él de hablar de déficit fiscal, asociándolo con el tema de la planilla salarial del Gobierno; buscando inducir a la opinión pública nacional que el tal déficit es porque se gasta mucho en salarios en el sector Público; que el crecimiento de esos salarios es una “locura” y que, por tanto, estamos ante un escenario “terrible” al respecto.
No, señor Ministro Ayales Esna. Lo que es una “locura” es seguir permitiendo el abusivo sistema de exenciones y exoneraciones fiscales, para darle solamente un ejemplo de las razones que explican el déficit fiscal que a usted tanto le preocupa, como a nosotros también. Hemos de admitirlo.
Pero fíjense ustedes, estimados lectores, que según los especialistas del lado ideológico en el que está el Ministro Ayales, “su” déficit fiscal podría llegar al final de este año 2013, al 6% del Producto Interno Bruto (PIB): Un billón, doscientos mil millones de colones (en números, 1.200.000.000.000).
Pues bien, se calcula (y por parte de la misma gente del lado ideológico del señor Ministro Ayales) que, al año, el actual sistema de exenciones y exoneraciones que tiene la tributación costarricenses equivale, precisamente, a un ¡6% de PIB! La misma cantidad.
Si bien dentro de todas esas exenciones y exoneraciones puede haber una buena cantidad de ellas que deben seguir siendo necesarias; imaginemos que la mitad son privilegios abusivos otorgados a ciertos sectores económico-productivos de gran poder.
Entonces, si las bajamos de ese 6% a un 3% de PIB, el señor Ministro Ayales Esna podría reducir “su” déficit fiscal, también, de 6% a3 % de PIB. Ellos, los neoliberales y su hegemonía política de signo financiero-bancario, “sacralizan” un déficit de 3% o menos; y ven el “apocalipsis” llegar cuando pasa de esta cifra.
¡Claro que estamos empleando una combinación de factores que pudiera no ser “científica”, o, por el contrario, tecnocráticamente blasfema! Pero lo hicimos, precisamente, para intentar demostrar que el asunto del déficit fiscal es, esencialmente, un asunto inherente al sistema tributario; y, por tanto, la cuestión salarial del sector Público, así como la enfoca el Ministro Ayales, no deja de ser una cortina de humo para que la gente mire al lado equivocado cuando se trata de encontrar a los verdaderos culpables del déficit fiscal.
No puede concebirse que sea una “locura” la inversión salarial en la planilla estatal del Magisterio Nacional; ni tampoco, que sea “terrible” el crecimiento salarial en los diversos cuerpos policiales del Gobierno Central (mal pagados por cierto).
Maestros y policías, representan el grueso del personal del Gobierno Central y, por ende, el mayor volumen financiero del presupuesto salarial del Estado central. ¿Qué va a hacer usted, señor Ministro Ayales Esna, para atacar esa “locura”?: ¿despedir maestros y despedir policías?…
Hay más aspectos que explican las razones por las cuales se genera el déficit fiscal del que nos habla el señor Ministro Ayales. Además, de este lado en que nos encontramos, el “de los y las de abajo”, hemos formulado una importante cantidad de propuestas para que, como sociedad, como nación, como Estado, empecemos a cambiar la naturaleza del sistema tributario costarricense.
Llevan algo de razón ciertas voces que dicen que este país no ocupa de más impuestos, pues solamente hay que cobrar bien los que ya existen. Nosotros pensamos que, además, deben darse dos elementos nuevos: mayor severidad y más castigo (con cárcel incluida) a la evasión en todas sus formas; y más impuestos por el lado de las grandes rentas y capitales; por la parte de más arriba de los y de las de arriba. “Los y las de abajo” ya no aguantan más carga tributaria. La “locura” es pretender que en materia tributaria, las cosas sigan como están. Sin duda alguna, debemos volver sobre este tema.