Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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En verdad que el negocio no parece nada despreciable; ó, más bien, para defenderlo hay que dar absolutamente todas las batallas que sea necesario. Si producir (fabricar) una cerveza cuesta 100, sería 5 el impuesto (tesis empresarial). Pero si la cerveza, al detalle, vale 200, el impuesto será de 10 (tesis institucional). Aquí el IDA está perdiendo 5, que alguien que no es esta entidad se está ganando. Estas cifras son hipotéticas y sin sustento real, pero son indicadoras de cuál es la naturaleza del fondo de esta pelea entre, por un lado, justicia social para nuestro campesinado; y, por otro, concentración egoísta de la riqueza para quienes ya de por sí nadan en dinero.
La “pelea” por los 14 mil millones de colones se debe a un período contabilizado entre los años 2002 y 2005. La empresa indicado pagó, pero “bajo protesta” y la Contraloría General de la República (CGR) ordenó no tocar esa plata hasta (imaginamos nosotros), “que se aclaren los nublados del día”; pese a que como es perfectamente notorio y público, dicha empresa no ha “quebrado”, sigue igual de pujante y esa gigantesca cantidad de plata parece no hacerle falta, aunque sí es de gran necesidad para la política de compras de tierras del IDA en las actuales circunstancias. Y, ¿qué ha estado pasando en los períodos luego del 2005?… ¿A cuánto estará llegando la disputa?: ¿a 20 mil millones de colones ó a más?…
Bien dice el refrán que_ “para quien no quiere caldo, dos tazas”_ y, como no podía ser de otra forma en esta situación, la empresa acudió a la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, la famosa Sala IV. Tenemos entendido que ya en el año 2006, este altamente controversial tribunal de la República, le dio la razón a la forma de cobro de tal impuesto defendida desde la institucionalidad (IDA, Ministerio de Hacienda, Tribunal Fiscal Administrativo). Sin embargo, en marzo pasado, la Sala IV, en sorprendente resolución, le ordenó al IDA parar el cobro de esos 14 mil millones de colones, pues se le dio curso a un recurso de amparo que interpuso el ya citado consorcio empresarial cervecero. ¿Qué pasó aquí?… Vaya usted a saber.
La Asamblea Legislativa debería intervenir, lo más rápidamente posible, actuando en correspondencia a las determinaciones que en sede administrativa se habían establecido en este asunto. Es más, deberían aprobar con celeridad una interpretación auténtica de la citada ley No. 6735, si es que hay alguien con dudas en el punto y que no tenga un interés de negocios de por medio. Nos parece que a tenor de lo que la Sala IV resolvió en el año 2006, sobre la metodología de cálculo del impuesto establecida en la citada normativa, es más que suficiente para garantizar la sostenibilidad financiera de un programa de política pública enormemente vital para Costa Rica en los actuales momentos de una crisis de cuya responsabilidad no tenemos culpa alguna como sociedad.
Este asunto del negocio cervecero y de la responsabilidad tributaria del mismo, es de enorme interés público. Aquí hay un vivo ejemplo de cuánta verdad hay en ese enunciado empresarial de “responsabilidad social corporativa”, para un período de crisis en el cual el sacrificio mayor demandado es para quienes no poseen propiedad alguna, solamente su fuerza de trabajo: la clase trabajadora asalariada. Un parlamento realmente soberano le entraría de lleno al asunto. De ahora en adelante cada vez que se vaya a tomar una cerveza, piense en quién gana. Nosotros pensamos que deben ganar las dos partes pero con justicia y equidad.