Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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La presencia forzada y permanente, durante seis días, en la sede central del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), de las máximas representaciones sindicales del país, generó tal ambiente de expectativa y de tensión que, efectivamente, este asunto salió del límite de la provincia de Limón y pasó a ser un asunto que concierne a toda la población.
¿Por qué? Porque a usted que lee este comentario, como a todo el pueblo, le sacarán plata de su bolsillo para pagar la gigantesca cantidad de 80 mil millones de colones que es el monto del soborno, de la mordida, que quieren darle a cada una de las personas trabajadoras de JAPDEVA, a cambio de que éstas acepten su privatización; como si los muelles de Limón y de Moín fueran de su propiedad particular. Vulgarmente, los hermanos Arias llaman a esta mordida, a este soborno, “indemnización”.
Este pretendido acto de sucia corrupción, jamás visto en la historia nacional, está promovido por un selecto grupo de personalidades políticas y por varios amanuenses de segundo (y hasta de tercer) nivel; así como por el partido político, dizfrazado de medio de comunicación colectiva, que hoy respalda la candidatura presidencial oficialista. A este contubernio, le estamos poniendo el nombre del “cártel de la mordida y del soborno”.
En primer lugar, tal cártel está jefeado por el mismísimo Presidente de la República, Oscar Arias Sánchez. En este mismo periódico y en artículo de su puño y letra, publicado el pasado martes 19 de enero, confesó, sin pudor alguno, la aspiración mafiosa de concretar la privatización de JAPDEVA, cuyo sindicato se opone a semejante corruptela y es por eso que el Gobierno quiere eliminarlo. Al respecto, don Oscar escribió: “A cambio de la renuncia del sindicato, y que una empresa privada pueda asumir la administración del puerto, les hemos ofrecido $137 millones como indemnización”.
Junto a don Oscar, la otra cabeza del régimen, su hermano Rodrigo, es pieza más que clave en el pago de la repudiable mordida. No podía faltar, junto al dúo presidencial, porque la misma naturaleza ideológica los tiene unidos como el cordón umbilical que une al feto con su madre, el periódico “La Nación”; cuya cruzada fundamentalista en contra del Movimiento Sindical Costarricense y, por ende, en contra de la democracia, le lleva a los más abominables niveles de intolerancia ideológica, ubicables o comparables al comportamiento de aquella prensa que apoyó las más crueles dictaduras sangrientas de la historia latinoamericana reciente.
“La Nación”, abanderada insigne del pago de la cuestionable mordida de los 137 millones de dólares, se ha enfurecido porque al salir este asunto a la luz de la opinión pública con mayor ímpetu y luego de la acción sindical ejecutada en el Ministerio de Trabajo, hoy hay un número de mayor de ciudadanos y de ciudadanas que se indignan, que se enojan y que repudian tal acto de corrupción.
La denuncia sindical contra la intentona del pago de ese soborno ha sido de gran impacto. La manifestación rotunda que hemos dado en defensa del Estado de Derecho y de la legalidad, en contra un golpe de Estado a una dirección sindical honesta que se opone a ese soborno de conciencias, ha sido igual de contundente. Por eso, ya han empezado a salir los amanuenses y sicarios de la pluma a defender la “legalidad” del pago de la mordida, hablando de que una espuria asamblea sindical en JAPDEVA así lo avaló. Nada más falso. El sindicalismo decente, que es el verdadero sindicalismo, jamás se prestará para un acto reñido con la ética y con la moral, aparte de su esencia completamente ilegal.
Da pena y lástima leer el escrito de un “acostado” dirigente solidarista, aliado de “La Nación”, defendiendo el pago de la mordida y destilando veneno contra los sindicatos, que es destilar veneno contra la democracia misma. Es más, porque le conocemos al “acostado” su disminuida capacidad intelectual, es posible que solamente puso su firma en el libelo que le escribieron y que bajo su nombre avala la mordida de los 137 millones de dólares. Y, adivinen cuál medio le publicó al “acostado”, su libelo antisindical…
Finalmente, al grupo de las figuras más notables y visibles de este cártel a favor de la mordida y del soborno en el caso de la privatización de los muelles de Limón y de Moín, se ha unido la candidata presidencial del oficialismo arista, la distinguida ciudadana doña Laura Chinchilla. Ella también salió en defensa de semejante barbaridad, de la mal llamada “indemnización” para los trabajadores de JAPDEVA. Afortunadamente, ni está en_ “firme”_ ni es “honesta”, la sucia pretensión del pago de tal mordida. Esta lucha apenas empezó.