La criminal desigualdad: El caso de Estados Unidos

En nuestro modesto entender, podemos detener ese sostenido crecimiento de la desigualdad social desde varios ámbitos, aunque dos pueden ser los principales. Uno es lograr una Transformación Tributaria Estructural, profunda, jamás realizada en la historia nacional y, obviamente, más que urgente. El otro es una Nueva Política Salarial, tanto para el sector Privado como para el Público.

En esto de la criminal desigualdad, nada más impactante que hablarles del caso de los Estados Unidos hoy en día. Figúrense ustedes que el pasado 29 de marzo en el periódico emblema del capitalismo neoliberal de carácter financiero, en el periódico que es algo así como el “altar sagrado” del dios mercado de la acumulación excesiva, abusiva y repulsiva de capital, The Wall Street Journal, publicado en Estados Unidos pero con influencia en todo el orbe, salió un artículo en el que, oigan ustedes, se le dice a los archirricos de ese país que, ¡empiecen a pagar impuestos o enfrentarán una revolución! ¿Quién lo hubiese pensado que algo así se dijese en ese medio de comunicación?…

La publicación mencionada alerta en cuanto a que 300 mil archimillonarios gringos, que son la décima parte del 1% de la élite más acaudalada de ese país, tienen tantos ingresos como 150 millones de estadounidenses, la mitad de toda la población de esa gran nación. Se nos indica además estos impactantes datos:_ “Uno de cada cinco estadounidenses está desempleado o subempleado. Una de cada nueve familias no puede hacer el pago mínimo de sus tarjetas de crédito. Una de cada ocho hipotecas está atrasada o en ejecución. Uno de cada ocho estadounidenses sobrevive con cupones de alimentos”._

Según The Wall Street Journal, “la movilidad social siempre ha sido parte del sueño estadounidense… esa promesa se ha quebrado… El sueño estadounidense se está convirtiendo en pesadilla. Pronto va a implosionar: fusión, revolución, depresión”. Otro ejemplo citado que impacta: “pero el hecho es que, sobre una base ajustada por inflación, Wall Street perdió 20 % del dinero de los fondos de pensiones en la década de 2000 a 2010, ¡más de 10 billones de dólares!”.

La mencionada publicación dice de sus propios pares lo siguiente: “El 1% superior lleva vidas privilegiadas, no les preocupa mucho. Sus familias hacen vacaciones en los mejores centros turísticos. Sus mayores preocupaciones son encontrar el mejor maestro de Pilates, el mejor masajista, los mejores cirujanos, las mejores escuelas privadas. Ellos no se preocupan por el subyacente deterioro de los Estados Unidos o del mundo…”. (Pilates es un sistema de entrenamiento físico y mental).

El ansia desmedida por la acumulación de riqueza de los archimillonarios advierte “que los ricos son como los adictos y para los adictos, el dinero es como la cocaína, demasiado nunca es suficiente”. Tal publicación agrega que esta actitud es “delirante, mortal y, sin embargo, omnipresente en los Estados Unidos”. Y todavía más contundente es The Wall Street Journal cuando afirma: “Nuestro 1 % superior cree honestamente que es inmune, que está protegido de las consecuencias no intencionadas de apabullar a los estadounidenses por tres décadas con la cantaleta del libre mercado y el chorreo de las doctrinas Reagan que los hicieron super ricos”. Y, para que no quede duda de todo lo riesgosa que es esta criminal desigualdad la publicación recuerda: “la última vez que la brecha de riqueza entre los super ricos y el 99 % restante era así de grande fue justo antes de la crisis de 1929 y la Gran Depresión”.

Recientemente otra notabilísima publicación periodística estadounidense, la célebre revista TIME, publicó un trabajo denominado “Pobres vs. Ricos: un nuevo conflicto mundial”, advirtiendo que “se está desarrollando un conflicto entre dos mundos uno rico y uno pobre, y el campo de batalla es el propio mundo. 25 países desarrollados con tan sólo 750 millones de habitantes consumen la mayor parte de los recursos del mundo, producen la mayor parte de sus bienes manufacturados y disfrutan de los más altos niveles de vida de la historia. Pero ahora están frente a 100 países subdesarrollados y pobres con 2 mil millones de personas, cientos de millones de las cuales viven en la pobreza y exigen una mayor participación de ese riqueza”. Según se dice, esto es una “bomba de tiempo para la raza humana”.

La naturaleza perversa de esta criminal desigualdad no podía quedar mejor retratada que con la realidad actual del país que ha sido el principal promotor de estas ideas fanáticas y fundamentalistas de libre mercado, basadas en la hegemonía total del capital financiero, altamente concentrador de riqueza y expoliador de los pueblos. Como ven ustedes, el combate a la desigualdad criminal parece ser el punto número uno de nuestras luchas.

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