Se pide a los/las sindicalistas de todo el mundo que se unan al llamamiento mundial para defender la democracia en Brasil
En su afán por encontrar un delito –cualquier delito- para condenar a Lula en los tribunales, los oponentes del líder político más importante de Brasil han entablado un juicio paralelo en los medios de comunicación a través de la campaña de difamación más extraordinaria jamás lanzada contra una figura pública en la historia de este país.
Los abogados de Lula han enumerado varias violaciones de los derechos fundamentales en la campaña en su contra, que incluyen la privación de libertad, escuchas telefónicas ilegales, filtración de correspondencia, interceptación de sus comunicaciones con sus abogados, presunción de culpabilidad sin pruebas ni juicio, la ausencia de un juez imparcial y de un procedimiento judicial justo. Esta posición ha sido respaldada por reconocidos expertos jurídicos internacionales, como el destacado abogado británico de derechos humanos Geoffrey Robertson.
Antiguo líder sindical, Lula es el padre del Brasil moderno. Encarcelado por la dictadura militar, años más tarde se convertiría en el presidente más popular de la historia de Brasil, pues sacó a 33 millones de personas de la pobreza y consiguió que la economía brasileña funcionara para los ciudadanos de a pie. Su gran popularidad ayudó a elegir a su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, en 2010 y 2014.
Sin embargo, en 2016, un grupo de políticos corruptos encabezados por Michel Temer destituyó a Dilma, tomando el poder a través de un golpe parlamentario. Desde entonces, Temer ha intentado desmantelar el legado social de Lula, incluyendo la inclusión de enmiendas antisindicales en el código laboral, recortes en las inversiones públicas, ataques a la protección social e incluso el intento de legalizar el trabajo forzoso al modificar la definición de esclavitud.
“El pueblo brasileño ha visto lo que puede conseguirse. Con el liderazgo de Lula, el gusto de la prosperidad para todos les infundió esperanza. Sin embargo, desde que los empresarios coludidos con Temer tomaron las riendas del país, ¡ahora hay 22 millones de personas que se encuentran por debajo del umbral de pobreza y una de cada cinco familias carece de ingresos! Es realmente increíble en un país rico”, señaló la Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow.
“La élite y los corruptos de este país no merecen respeto si realmente queremos sanar nuestro desgarrado mundo así como la paz, la democracia y los derechos humanos. El movimiento laboral internacional está con Lula para luchar por el pueblo brasileño y su democracia”.