Haré un análisis de similitudes entre ser policía y desarrollar la actividad sindical ¿Fui policía o soy policía? Soy y lo seguiré siendo por el resto de mi vida, aunque no porte el uniforme azul, en tanto el ser, es algo intrínseco desde el momento en que ponemos un pie en la Escuela Nacional de Policía, es un sentimiento que no desparece con el paso del tiempo.
Por cosas del destino, por la voluntad de Dios, me correspondió ser el primer policía de la Fuerza Pública en integrar una Junta Directiva Nacional en ANEP, algo que no estaba en mi proyecto de vida, me correspondió y no me arrepiento. Más bien, agradezco a Dios, por la oportunidad de luchar por la reivindicación de un sector laboral que históricamente vio como del 100% de los Derechos Humanos y laborales; le daban un 10%, un sector laboral oprimido al que hemos logrado darle voz.
A partir de aquí, desarrollaré algunas similitudes entre la función policial y la actividad sindical. Como oficial de Policía me correspondió enfrentar usualmente a las personas que violan las normas de convivencia, que se apartan de respetar la ley, a quienes delinquen y por consiguiente me veían como una amenaza para sus intereses; sujetos que se dedicaban a la venta de drogas al menudeo, a la siembra de marihuana, al robo y al hurto en mi bello Palmar Norte de Osa, naturalmente tenían que mirarme como su oponente.
También, era de mi conocimiento que me miraban de “reojo” algunos funcionarios corruptos, que desdichadamente ostentaban algún cargo de jerarquía y vestían (visten) el uniforme de la Fuerza Pública, lamentablemente esa es una realidad con la que tenemos que lidiar los policías de a pie, cuando no participamos de algunas situaciones o no somos de “sobarle la espalda al jefe”.
En una oportunidad, mientras estábamos en un control de carretera, pasó por el lugar una unidad de la sección de cárceles del OIJ, de repente se escucharon voces que salían del cajón del vehículo, mismas que en unísono gritaron “Mainor Anchía, mal pa…” se trataba de un grupo de sujetos a los que habíamos intervenido y que se encontraban descontando prisión en la cárcel de Pérez Zeledón. Le dije a mis compañeros, ese “saludo” representa un reconocimiento para mi trabajo, así tiene que ser.
En la actividad sindical, he vivido algunas situaciones similares, por ejemplo: un funcionario de prensa del MSP, que intenta una y otra vez hacer ver que “mentimos”, cuando hacemos alguna manifestación en defensa de los derechos de nuestros funcionarios. Es usual leer o escucharle decir de manera despectiva “ante un mensaje errado y manipulado por parte de un sindicalista”, claro, si no hiciera bien mi trabajo, si le sobara la espalda y me hiciera de la vista gorda cada vez que violan los derechos humanos y laborales de mis compañeros y compañeras, de seguro al referirse al suscrito utilizaría un “Don Mainor”.
Lo mismo sucede con un pequeño sector de la jerarquía, que consideran amenazados sus intereses y su estado de confort, producto de nuestras luchas en pro de la justicia y la depuración de una institución que de alguna manera fue “prostituida” por unos pocos, que aprovechándose de la época se acomodaron el “traje” a la medida. Esa es una verdad monumental que nadie podrá desmentir ni borrar de la historia.
Este tipo de situaciones, y otras que hemos denunciado, nos han ganado el rechazo de un sector (no todos) de la jerarquía del MSP, y de unos pocos servidores del plano administrativo, como se ha plasmado en el caso de un integrante del equipo de prensa del MSP. En definitiva, existe una gran similitud entre la función policial y la actividad sindical, en ambas siempre estaremos enfrentados con quienes hacen el mal, delinquen o se apartan de lo que dicta la ley.
Nuestra misión como policías, es estar al servicio de la comunidad, proteger sus derechos y el disfrute de las libertades públicas. En la actividad sindical, la misión es estar del lado de la tropa, procurar el reconocimiento y la reivindicación socio-laboral de tan noble función, recuperar algunos de sus derechos humanos y laborales. Así lo hicimos en la magna manifestación pacífica que reunió a dos mil policías y sus familias el pasado mes de Febrero, así lo haremos cuando sea necesario.
El ideal que motivó siempre mi trabajo como policía, fue el deseo de servirle a la comunidad y favorecer la justicia. Mi motivación en la actividad sindical, es la misma, servir y favorecer la justicia. Será natural que siempre se tenga oposición de quienes hacen lo contrario a nuestros ideales.
“Mucha gente, especialmente la ignorante, desea castigarte por decir la verdad, por ser correcto, por ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto, o por estar años por delante de tu tiempo. Si estas en lo cierto y lo sabes, que hable tu razón, incluso si eres minoría de uno solo, la verdad sigue siendo la verdad”. Mahatma Gandhi.