Esta empresa pública casi bicentenaria, creada en 1835, está dedicada exclusivamente al oficio de las artes gráficas, mercado que en los últimos 20 años se ha revolucionado aceleradamente en el campo de la tecnología digital. La Imprenta Nacional, empresa del pueblo y del Estado costarricenses, no se ha quedado atrás.
Por el contrario, cuenta con maquinaria de primer nivel que la hace competir con las mejores empresas del ramo y, al parecer, está convirtiéndose ya en un “estorbo” de conglomerados de negocios mediáticos que sueñan con su extinción ó, al menos, su reducción a lo mínimo.
Sí, esa es la Imprenta Nacional, desconocida por muchos, olvidada por los gobernantes de turno pero codiciada por los grandes magnates dedicados al oficio gráfico en Costa Rica.
En su diario quehacer no sólo imprime los diarios oficiales (La Gaceta, el Boletín Judicial, los Alcances), como cree la mayoría de los costarricenses; es decir, que la Imprenta Nacional “sólo” hace La Gaceta. Pues no. También imprime cualquier tipo de documentos que necesiten las demás instituciones públicas (libros, afiches, revistas, etc.), con altos estándares de calidad, dado el alto profesionalismo y elevado compromiso de su personal.
Sí, esta es una empresa pública que funciona en el anonimato. La misma que por desconocimiento, ligereza, o por otros intereses oscuros a favor de la competencia privada, ha sido calificada de “anacrónica” por ignorantes del oficialismo. ¡Qué desconocimiento!
Ahora que se nos quiere recetar un paquetazo de impuestos nuevos, bien haría el máximo jerarca de las finanzas públicas del país, darse cuenta de que la Imprenta Nacional puede ahorrarle a las mismas una cantidad impresionante de miles de millones de colones.
Si no hubiera cierto favoritismo gubernamental con esos conglomerados mediáticos de negocios gráficos privados que imprimen textos escolares oficiales, la Imprenta Nacional, con altísima calidad, sobrada eficiencia y a precios bajísimos, podría tirarlos.
Sí, ésta es la imprenta del pueblo y del Estado costarricenses. La misma que con el empuje de su personal trabajador, hombres y mujeres de gran compromiso con la causa, la convierten en una empresa rentable… y amenazante para la competencia.
Tan solo un ejemplo. El Estado paga a la empresa privada cerca de 46 mil millones de colones en la impresión de papelería. Pues con un simple decreto ejecutivo que obligue a las instituciones públicas a realizar sus trabajos de impresión en la Imprenta Nacional, el Estado se ahorraría cualquier cantidad de millones de colones.
Esta empresa pública es tan pujante que en los últimos 10 años ha transferido recursos financieros frescos, tanto a la caja única del Estado, como a otras instituciones públicas. Y como los numeritos hablan, sobre todo para el distinguido señor Ministro de Hacienda, don Fernando Herrero Acosta, la Imprenta Nacional tuvo en el año 2010 un superávit de ¡6 mil millones de colones!
¡Fíjense ustedes! De esta plata mucho dinero va, por ejemplo, a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). Con razón el ataque de cierta prensa oligárquica con negocios gráficos (esa misma que quiere para sus socios los muelles de Limón y de Moín), contra la Imprenta Nacional.
Hoy la Imprenta Nacional es una empresa gerenciada con una visión de competitividad cuyo personal tiene la meta estratégica de llevarla a los primeros planos del ámbito nacional en su ámbito de mercado; esperándose, por ejemplo, que en el corto plazo se esté implementando el portal digital, lo que le ha de permitir a toda la ciudadanía contratar sus servicios desde cualquier parte del territorio nacional, Hoy, esta institución hace ingentes esfuerzos para proyectarse a las comunidades, a las escuelas, a las municipalidades por medio de la impresión de diferentes periódicos oficiales.
Sí, esta es la imprenta del Estado, la imprenta de los costarricenses, la desconocida por muchos, olvidada por todos y codiciada por unos “vivillos”, los cuales, ante la baja rentabilidad de su negocio mediático, buscan hacerse con una gran tajada de las rentas que genera la eficiente competitividad de la Imprenta Nacional, la cual está ya lista para incrementar su productividad a precios más que ventajosos para el Estado ahora que se habla de “déficit fiscal”. Tiene usted la palabra, señor Ministro de Hacienda. (Elaboramos este artículo con la cooperación del compañero Luis Enrique Leal Ruiz, Presidente de la Junta Directiva de la Seccional ANEP- Imprenta Nacional).