Dado que lo está en juego es el país, su soberanía y su institucionalidad democrática, la lucha por la derrota del TLC le ha dado a esta coyuntura el carácter de gesta heroica, tal y como se concibió la acción cívica de los patriotas de 1856.
Ha quedado destruida la perversa insistencia de la prensa favorable al TLC, de sus amanuenses, escribanos y asalariados desclasados, de que la lucha contra este nefasto “tratado”, era un asunto de los sindicatos, de unos cuantos sindicatos, de “cuatro gatos”, como decía el político de los casinos y de las casas de apuestas.
Estudiantes, cooperativistas, agricultores, campesinos, arroceros, caficultores; sacerdotes católicos y religiosos de otras confesiones cristianas; educadores y educadoras; trabajadores y trabajadoras de los sectores Público y Privado; intelectuales, académicos, deportistas y futbolistas, mujeres patriotas, diputados y diputadas de conciencia limpia; personas de la tercera edad y de la más prometedora juventud; sindicalistas de las más dispares procedencias gremiales; taxistas y transportistas; jubilados y pensionados; en fin, un largo etcétera de agrupaciones de la más diversa índole, de entidades cívicas de distinta naturaleza, de representantes de partidos políticos que honestamente defienden filosofías como el socialcristianismo, la socialdemocracia, el socialismo, el humanismo y el nacionalismo bien entendido.
Todos y todas, en un proceso de unidad en la diversidad que ni siquiera vimos con ocasión de la derrota del combo ICE en el año 2000, estaremos juntos, en las calles, defendiendo los más nobles valores, la herencia más valiosa y el legado más imperecedero, que nos transmitieron nuestros padres y nuestras madres, nuestros abuelos y nuestras abuelas: la solidaridad, la equidad, la búsqueda del bien común, la vida cristalina y sencilla.
Estaremos, con esa gran diversidad y esa gigantesca unidad, haciéndole frente a una camarilla desalmada que asaltó el poder, violentó y violenta la Constitución Política; que compra conciencias y concede puestos y prebendas para que le voten su TLC. Una camarilla que se desnaturalizó de su esencia costarricense y que no le importó incrementar sus ya abultadas ganancias, asociándose con los más sangrientos capitales centroamericanos que ingresaron y se asentaron en el país, sin el menor escrúpulo humanista.
Hacemos convocatoria oficial por esta vía, a toda la membresía de la ANEP y a todas las entidades y organizaciones compañeras, amigas y fraternas que hemos estado en lucha constante, incansable, contra toda adversidad; para que aportemos en la consolidación de esa gran alianza por la Patria, que se expresará en las calles de San José, este próximo lunes 26 de febrero.
Invitemos a la población usuaria de los múltiples servicios que habrá que paralizar, para que se unan en esta gesta heroica; que el sacrificio de unas cuantas horas es la seguridad que nos permitirá sacar del templo de la Patria a la pandilla de saqueadores de la institucionalidad democrática para reconstruir nuestra sociedad, para tener una verdadera democracia con real justicia y equidad social.