El gobierno que encabeza el Presidente de la República, don Luis Guillermo Solís Rivera, deberá hacer durante sus cuatro años de gestión, 16 fijaciones salariales, por acuerdo y/o por la vía del decretazo, según cada momento semestral: 8 para el sector Privado (en materia de salarios mínimos) y 8 para el sector Público (reajuste a los salarios base).
Estamos ya a punto de conocer en detalle de cuánto será el reajuste por costo de vida de la primera de esas 16 fijaciones salariales. Hablamos de la que deberá entrar a regir el próximo 1 de julio, aplicable a los salarios mínimos que se pagan en el sector privado de la economía.
Nosotros pensamos que esta primera fijación (la actualmente en discusión y la inmediatamente posterior que es la del sector Público), representan una especie de “prueba de fuego” para este gobierno que recién empezó.
Como era lógico suponer, el 1.33 % de reajuste por costo de vida a los salarios mínimos propuesto por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP), para aplicarse a partir del próximo 1 de julio; refuerza la tesis de este gremio corporativo de naturaleza neoliberal, de que la política salarial debe seguir por el mismo sendero pernicioso de los últimos años: a) reforzar la concentración de la riqueza; b) impedir la ampliación del poder de compra del salario; c) aumentar el crecimiento de la desigualdad; y, d) impedir una mejor distribución de los beneficios del crecimiento económico.
Considerando esta posición empresarial y siendo ya de conocimiento público las de orden sindical en este asunto del reajuste a los salarios mínimos, la administración Solís Rivera tiene tres alternativas tiene a su disposición:
1) Darle su aprobación a la injusta y egoísta propuesta empresarial de la neoliberal UCCAEP, mandando así una clarísima señal de cuál será la naturaleza esencial de su gestión gubernativa, lo que evidenciaría que el tal “cambio” fue únicamente una exitosa estrategia de propaganda electoral; percepción ciudadana que comienza a extenderse, por cierto.
2) Darle su aprobación a la propuesta sindical, por ejemplo, la del 4.12 % que la ANEP y otras entidades sindicales sensatas estamos respaldando, enviando así una poderosa señal de que en su gestión la política salarial es componente esencial para reducir la desigualdad y potenciar la capacidad adquisitiva del salario para incrementar el papel del mercado interno en la reactivación de la economía. Además, mostraría el nuevo gobernante que comprende bien que quien le llevó a la Presidencia fue, en esencia, el voto obrero, pues abrumadoramente los grandes segmentos laborales de la clase trabajadora asalariada, de los sectores privado y público, le hicieron ganar la segunda ronda electoral.
3) La tercera alternativa es mostrar una enorme capacidad de gestión de consenso para que haya un acuerdo tripartito en el seno del Consejo Nacional de Salarios (CNS) y que haya un acuerdo empresarios-sindicatos con el voto gubernativo, por una propuesta mucho más decente y justa que el repugnante 1.33 % propuesto por la neoliberal UCCAEP.
Las consideraciones anteriores, de cara a lo que resolverá el presente Gobierno en próximas horas, son más que indicativas de cómo es que se puede concebir una política salarial en vinculación directa a las necesidades del crecimiento económico por un lado; pero, por otro, a las fuertes decisiones políticas que es preciso adoptar para mejorar los mecanismos redistributivos de ese crecimiento económico, saliéndole al paso a las tesis a favor de la concentración de la riqueza como las que defiende el gremio empresarial mencionado.
No puede nuestra sociedad aspirar a mayores niveles de justicia social si no se toman fuertes decisiones políticas para variar el rumbo en que nos dejó el gobierno anterior, en el vergonzoso lugar número uno, a nivel latinoamericano, de crecimiento de la desigualdad; por demás, ruta perniciosa que nos impusieron los gobiernos anteriores del bipartidismo tradicional.
El señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), don Víctor Morales Mora, indicó a propósito de esta primera fijación salarial del actual gobierno que “buscamos reducir la desigualdad y la pobreza”; indicando que concibe a la política de salarios mínimos “como un instrumento de protección social para los trabajadores”. Así lo expresó en entrevista en este Diario Extra, el pasado lunes 16 de junio.
Además, el citado jerarca en un artículo de su producción, “Los principios de la fijación salarial” (La Prensa Libre, lunes 16 de junio de 2014), indicó que “la política salarial debe promover la reactivación del mercado interno, por medio de una mejora sustancial de la capacidad adquisitiva de las personas trabajadoras”.
He aquí, pues, parte central de las razones de nuestra afirmación de que la actual fijación salarial representa para este gobierno una “prueba de fuego”. Porque aceptar la propuesta de la neoliberal UCCAEP es contradecir este discurso oficial en materia de fijaciones salariales, en especial la de los salarios mínimos.
Pero, adicionalmente, los integrantes del Consejo Nacional de Salarios (CSN), especialmente quienes ocupan un escaño en él en representación, dizque de la clase trabajadora, deben intensificar su incidencia para dar un salto cualitativo de naturaleza estructural en este asunto de los salarios mínimos.
Hablamos de entrarle duro a la propuesta y a la discusión para que se tenga claridad plena de lo que es la diferenciación estratégica entre lo que es el ritual insulso, el ceremonial teatral que representa el proceso de la fijación rutinaria, ordinaria, semestral, por costo de vida; en contraposición a una subida general del actual nivel de los salarios mínimos a partir de la cual se hagan las nuevas fijaciones semestrales ordinarias subsiguientes.
En próximas horas, pues, constataremos la realidad del comportamiento gubernamental en un tema de tanta sensibilidad para la clase trabajadora asalariada del sector Privado. Y depende de lo que resuelva el gobierno del Presidente Solís Rivera, quienes laboran para el sector Público deberán tomar nota de lo que les podría esperar en cuanto a su propio reajuste del segundo semestre del presente año 2014.