La serpiente neoliberal, corrupta y codiciosa, se mordió su cola

Gracias a las convicciones democráticas del Diario Extra, en el campo del respeto a la Libre Expresión, ANEP publica, semanalmente, en días miércoles, esta columna.
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…o lo que es lo mismo pero dicho de otra forma, el relanzamiento del papel del Estado en la economía y la imprescindible necesidad de que el Estado tenga un rol protagónico en la sociedad.

Y ha sido, nada más y nada menos que en los propios Estados Unidos de América, donde la orgía neoliberal, de la codicia y la concentración de la riqueza desenfrenadas, ha generado la crisis financiera más riesgosa y profunda desde la llamada Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.

Seguramente deben estarse revolcando en su tumba ideólogos insignes del neoliberalismo, como Hayek o Friedman, ante la gigantesca intervención del estado gringo para salvar del colapso total a su sistema financiero. Especialmente debe ser “_aterrador_” para el señor Friedman, ya sea que esté en el cielo o que esté en el infierno, las operaciones de rescate financiero que está haciendo el banco central estadounidense (la Reserva Federal, Fed), el Departamento del Tesoro y el propio congreso yanki.

Es más, el fundamentalismo de mercado, impuesto a sangre y fuego en varios países de América Latina (como Uruguay, Chile y Argentina), generados, por ejemplo, a partir de los dogmas económicos de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago; hoy acude sumiso invocando la intervención de “_papá Estado_”, del que otrora renegara, intentando salvarse de su desplome total.

El dogma principal del neoliberalismo, los mercados desregulados y sin intervención estatal alguna, descansa en paz. Los “_Chicago Boys_”, de allá y de aquí, seguidores a ultranza de las enseñanzas del señor Friedman, se han quedado huérfanos de ideología y han tenido que pedir albergue en la guardería del Estado para ver si pueden recobrar fuerzas; luego de muchos años de orgía financiera sin freno alguno, saqueando países, obligando a muchos pueblos a someterse a sus experimentos financieros de altísimo riesgo, concentrando abusivamente la riqueza y haciendo gala de una especulación codiciosa, de carácter criminal, sin parangón en la historia mundial.

Miles y miles, miles y miles, de millones de dólares le han de costar al pueblo trabajador estadounidense y, por ende, a muchos otros pueblos del planeta (incluido el nuestro), pagar por semejante y criminal fiesta, por ese bacanal financiero sin control.

El Estado estadounidense ha tenido que nacionalizar o estatizar, así como se oye, gigantescas corporaciones financieras, mutuales de viviendas, aseguradoras y otras entidades, en una operación de rescate que no tiene precedentes. Entidades íconos del capitalismo financiero, sagradas para los adoradores del dios mercado y los vasallos del dinero, cayeron en total debacle: Bear Stearns, Citigroup, Fannie Mae, Freddie Mac, Merril Lynch, Lehman Brothers, AIG, Goldman Sachs, Morgan Stanley; todas, sin excepción, invocaron la intervención del Estado para salvarse.

Nos preguntamos: ¿A qué clase de economía nos han atado de por vida, con su TLC, los discípulos de Mr. Friedman en Costa Rica? ¿Qué nos tiene que decir don Eduardo Lizano Fait, el “_dueño_” del Banco Central de Costa Rica, en los últimos años”, siendo él el “_sumo sacerdote_” de los “_Chicago Boys_” ticos? Sus discípulos, como el inepto ministro del Comex, Marco Vinicio Ruiz, ¿se habrán dado cuenta ya de que su ideología se derrumbó como castillo de naipes?…

No hay mal que por bien no venga, dice un sabio refrán popular. Todavía estamos a tiempo de que el TLC con Estados Unidos no se consolide. Se dirá que es una real utopía tal afirmación. Pero, precisamente, es en estos momentos que debemos cuestionarnos qué fue lo que nos impusieron: Un TLC con la economía más endeudada del planeta. Con esas cifras monstruosas para los citados rescates financieros, la deuda de Estados Unidos llegará los 11,3 billones de dólares. Sinceramente no sabemos cuántos ceros ponerle al 11 para graficar de qué cantidad estamos hablando.

Finalmente, ¿quién pondrá la plata para pagar los gastos de esa orgía financiera desenfrenada?; ¿a quién le cobrarán los platos rotos?…. En principio, al pueblo trabajador estadounidense, pues desde hace un tiempo para acá, los últimos gobiernos gringos le han venido quitando impuestos a las gigantescas corporaciones transnacionales de origen estadounidense. La gran base contribuyente de ese enorme país es de origen obrero y de capas medias. Son éstas las realmente sacrificadas y aunque no lo quisiéramos, se ha de generar una onda expansiva que llegará hasta nuestro propio país. De alguna manera, el pueblo trabajador tico también tendrá que aportar algo para esas operaciones de rescate financiero de proporciones insospechadas hasta hace pocos días.

El neoliberalismo de mercados sin control, completamente desregulados y sin intervención estatal, ha caído. Los manuales de libre mercado se han ido al basurero. Los “_Chicago Boys_” y sus acólitos en este país, adoradores infecundos del “_Dios Mercado_”, han fracaso estrepitosamente. Son perdedores. La serpiente neoliberal, corrupta y codiciosa, se mordió su cola.

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