Pese a todos los esfuerzos realizados por la gestión hacendaria del ya saliente Gobierno, tanto en el plano legislativo como en el ejecutivo, específicamente en este caso desde la cartera ministerial de Hacienda, a cargo de don Helio Fallas Venegas, Primer Vicepresidente de la República; todo ello no alcanzó para evitar que estemos “a las puertas del infierno”; cerca de una “hecatombe fiscal”, como lo calificara el responsable número uno de esta situación, el Expresidente Óscar Arias Sánchez.
Don Helio nos anunció que (según nosotros), ya estamos “a las puertas del infierno”; que tenemos ya en el horizonte a los cuatro jinetes del apocalipsis fiscal.
UNO: el déficit fiscal llegó al 6.2% del Producto Interno Bruto (PIB), al terminar el año 2017.
DOS: La deuda pública del país está superando el 50% del PIB y viaja, indeteniblemente, hacia el 60%, terrorífica cifra según la hegemonía económica neoliberal dominante para países como el nuestro.
TRES: Los intereses de esa deuda están ya sin control, algo así como crecen a lo loco todos los días; intereses que se están comiendo ya, prácticamente, el 40% del presupuesto de la República que pasa todos los años por el parlamento para su aprobación.
CUARTO: Que, si no se arregla el problema fiscal entre costarricenses, vendrá el Fondo Monetario Internacional (FMI), para arreglarlo a su estilo… ¿”A la griega”… “a la portuguesa”?…
Con estos datos brutos del problema fiscal nacional, vamos a las elecciones del domingo. “Pobrecito” el que quede de Presidente… O, que “Tatica Dios agarre confesado” al que gane en una eventual (y casi segura), segunda ronda electoral.
Vistas así las cosas, aunque nosotros estimamos que el problema número uno del país es el de la desigualdad (su crecimiento, su extensión, su profundización con sus terribles secuelas de empobrecimiento salarial, desempleo y subempleo aumentando, violencia de todo tipo, narcotráfico y crimen organizado, etc.); tal parece que no podrá el nuevo inquilino de Zapote mirar para otro lado en este asunto del déficit, como lo han estado haciendo todos los candidatos en la actual campaña electoral.
Se impuso otra temática que polarizó la campaña y parece que será la subjetividad emotiva la que definiría el resultado final. Lo del “voto informado”, lo del “voto inteligente” pasó a segundo plano, al parecer.
A nuestro juicio, enfrentar el problema fiscal actual según ese estado en que se dice que estamos “a las puertas del infierno”, requerirá del nuevo presidente un despliegue de fortaleza política de extraordinaria contundencia, si es que quiere asumir tal reto por el lado de las mayorías ciudadanas y trabajadoras.
Porque también se puede asumir el reto de entrarle a tal problema por el lado de la minoría concentradora de la riqueza, la de la acumulación desenfrenada… la ganadora del modelo macroeconómico-hegemónico imperante en las últimas administraciones gubernativas.
Si el nuevo gobernante se decide por el lado correcto, el lado de la gente, en esto del problema fiscal del país “a las puertas del infierno”, tiene dos grandísimos campos de acción política de emergencia: el de la evasión y elusión fiscal-tributarias y el de las exenciones-exoneraciones.
En el primer caso, la cifra del robo de impuestos en todas sus manifestaciones llega a 8.5 puntos de PIB. En el segundo, un 6% PIB. Solamente en este último caso, esa cifra es similar al déficit fiscal del año pasado, 6.2 PIB.
Ahora bien, ambas juntas superan el 14% PIB, espacio fiscal para actuar con verdadera urgencia antes de seguir pensando en imponerle al pueblo trabajador un aumento en el más injusto de todos los impuestos, el de ventas, pasándolo a impuesto al valor agregado, del 13 al 15%.
Por supuesto que lo que acabamos de citar es una parte de un abordaje integral, con justicia social, de este grave problema fiscal.
Nada habrá de mejorar si no imponemos una estructura tributaria realmente progresiva. Sobran análisis, excelentes estudios, atinadas recomendaciones, acertados diagnósticos, pero, repetimos, sin una voluntad política descomunal para desafiar lo que hay que desafiar, las mayorías trabajadoras y ciudadanas, las que sí son las que están “a las puertas del infierno” sin tener la más mínima responsabilidad en esto del déficit, sufrirán demasiado.
Si tan solo por estos días antes del domingo algún asesor de las diferentes campañas presidenciales quisiera documentarse sobre estrategias justas para enfrentar el problema fiscal por el lado correcto, el de la gente; nos permitimos sugerirle ojear al menos el artículo titulado “Someter la evasión fiscal para reducir la desigualdad”, elaborado por Ricardo Martner, especialista en Economía que por mucho tiempo trabajó el tema fiscal para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de las Naciones Unidas.
Este trabajo del señor Martner está incluido en el número 272 de la revista Nueva Sociedad, edición correspondiente a los meses de noviembre-diciembre 2017, bajo el sugestivo eje temático central “¡Son los impuestos, estúpido! – Justicia tributaria e igualdad!”.
Nueva Sociedad está considerada como una de las mejores publicaciones que en la actualidad cuestiona el criminal rumbo de la globalización neoliberal que, entre otros perversos resultados, está poniendo en riesgo al propio planeta Tierra, a la Humanidad misma.
Como el texto citado, así como los otros sobre esta misma temática incluidos en tal publicación, son extraordinarios y oportunísimos de considerar (aparte de los aportes de connotados costarricenses que ya han sido presentados), por parte de las nuevas autoridades políticas del país que va a elecciones presidenciales y diputadiles “a las puertas del infierno”. ¡Piense bien su voto del domingo!