La clase hegemónicamente dominante, misma que se expresa a través de su prensa oligárquica y los latifundios mediáticos que la representan, está en loca ofensiva contra quienes trabajan en forma asalariada para el sector Público; especialmente ahora que sus peones políticos se tomaron el control del directorio de la Asamblea Legislativa y han decidido impulsar su propia agenda corporativa, de negocios, para seguir fortaleciendo el proceso de concentración de la riqueza y el crecimiento de la desigualdad.
Insisten, una y otra vez, en que por culpa de los salarios que devengan los empleados públicos, el país está al borde del colapso fiscal final; que ha llegado el fin de los tiempos para Costa Rica porque no se resuelve este grave problema (que lo es); y, por tanto, debe aprobarse todo tipo de leyes (ya no medidas administrativas), contra el empleo público.
Nosotros pensamos que si bien es cierto es irresponsable no dimensionar el problema de un déficit fiscal sin control; lo del ataque al sector Público es de una gran profundidad ideológica que, al menos, deja en evidencia cinco propósitos que hasta ahora han estado ocultos para la generalidad ciudadana; propósitos que para la oligarquía neoliberal y su prensa afín resultan estratégicos en su afán de alcanzar el objetivo final que les es tan dorado: “Todo mercado-Nada Estado”. Veamos:
1) Disminuir al máximo el número de personas empleadas por el Estado.
2) Bajar los salarios del sector Público para estandarizar los mismos según los parámetros de la lógica mercantil de los salarios mínimos que se pagan en el sector Privado.
3) Eliminar o, por lo menos, reducir a su mínima expresión, el papel de los sindicatos del sector Público.
4) Avanzar en lo que está pendiente de privatizar, tercerizar, concesionar y que sigue siendo de propiedad pública, para lo cual es preciso fortalecer los recortes presupuestarios irracionales y la austeridad más brutal sin importar lo social.
5) Bloquear cualquier medida (ley, decreto, reglamento) que vaya en la dirección de que el sistema tributario costarricense (el más malo de la América Latina, según el Banco Interamericano de Desarrollo BID), deje de ser regresivo y pase a ser progresivo.
Con gran esfuerzo, desde este lado de la acera social en que se desarrolla nuestra lucha, tenemos otra visión del asunto. Como es lógico suponer nada expertos somos en el tema pero por exigencias de la responsabilidad que tenemos, nos convertimos en neófitos del tema fiscal-tributario. Apuntamos seguidamente 12 planteamientos que van en la dirección contraria, construidos escuchando y leyendo otros pensares distintos al del fracasado neoliberalismo. Aquí van:
1) Un acuerdo nacional para establecer con qué porcentaje de PIB en materia de déficit fiscal podemos vivir como sociedad: ¿3 %?, ¿3.5 %?, ¿4 ó 4.5 %?…
2) Una vez establecido con cuánto porcentaje de PIB como déficit fiscal no podemos vivir como sociedad, elaboremos otro acuerdo para enfrentarlo.
3) Establecer otra metodología de medición del déficit considerando toda, absolutamente toda, la integralidad financiera del aparato público del Estado.
4) Una auditoría de la deuda costarricense para saber qué debemos, a quién le debemos, cuánto se paga en intereses y quién gana con ello…
5) Que se aprueben las leyes para combatir el fraude fiscal en todas sus manifestaciones.
6) Si como afirma el señor Director de la DIS, por este país pasan al año más de 4 mil millones de dólares de dudosa procedencia (crimen organizado, narcotráfico, blanqueo de capitales, estafas de inversiones y similares), establezcamos el impuesto a las transacciones financiero-bancarias (la tasa Tobin o impuesto “Robin Hood”).
7) Si tanto les preocupa el tema de los salarios públicos, establezcan una ley para regular, estandarizar, homologar a una única cifra, todos los salarios de todos los cargos más altos de la cúpula político-gerencia y tecnocrática del Estado: poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial; presidencias ejecutivas, gerencias generales, alcaldías municipales, contralor, defensor, regulador y otros puestos de similar rango. ¡Den el ejemplo!
8) Aprobemos el proyecto de ley denominado pensión-consumo para premiar el esfuerzo de aportar en la lucha contra la evasión con ligamen a fondos individuales de pensión complementaria.
9) Aprobemos el establecimiento por ley de la renta global o universal, especialmente para controlar la evasión en el ejercicio de las profesionales liberales.
10) Establecer un plan diferenciado para formalización de empresas y combate al trabajo precario.
11) Fortalecimiento en recurso humano y tecnológico de la administración tributaria y de la policía fiscal, terminando con el fraccionamiento-división entre Aduanas y Tributación.
12) Nuevos parámetros y estándares para resaltar la excelencia en el desempeño del servicio público.
Como habrá usted notado, creímos que la voluntad soberana de cambio expresada en las urnas en el 2014, también tocaría lo tributario, estructuralmente hablando. Dado que los que no fueron bien votados en esas elecciones, pretende gobernar desde el parlamento ahora que tomaron su directorio y con una agenda en contra del bien común; entonces, ¡que hable la calle! ¡Votemos en las calles! La Democracia de la Calle es tan legítima como la Democracia de la Urna. Cuando ésta es burlada, violentada, negada, la otra debe entrar en acción.