No puede pasar desapercibido para los sindicatos el surgimiento y el desarrollo del nuevo bloque geopolítico internacional conocido por sus siglas BRICS: que es la articulación de diversas acciones en el plano global de los países Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
La más reciente reunión cumbre de los BRICS, celebrada en estos días en la ciudad brasileña de Fortaleza, ha generado gran impacto al mundo global del capital financiero neoliberal; toda vez que estos cinco países anunciaron la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y la conformación de un no menos multimillonario fondo Acuerdo de Reservas de Contingencia, que serían la contracara de lo que hasta hoy han venido representando el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
Estos cinco países BRICS tienen un peso importante mundialmente: aglutinan 40% de la población, 26 % de la superficie terrestre, 27 % de la producción y 21% del PIB mundial, según los datos que hemos buscado.
Para los entendidos, la agrupación BRICS refuerza la tesis de que estamos en un mundo multipolar, producto del declive de la hegemonía estadounidense que estamos presenciando. A ésta, solamente le están respondiendo, de manera incondicional, los países de la Unión Europea (UE) y Japón, por ejemplo.
Para el especialista Alfredo Serrano Mancilla, del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), “muchos países han venido progresivamente desamericanizando sus economías mediante una política de acumulación de reservas más diversificada en divisas o realizando transacciones comerciales sin necesidad de transitar por el dólar”.
En América Latina, son ya varias las naciones que les han perdido el “miedo” a los gringos y están desarrollando procesos socioeconómicos distintos a los dictados del “Consenso de Washington”, en correspondencia a esa multipolaridad global en desarrollo.
El peso de los BRICS en perspectiva no podía serle ajeno a los sindicatos. Los brasileños, los más numerosos de la región latinoamericana, consiguieron que la mandataria carioca, Dilema Rousseff, les indicara lo siguiente (según comunicación electrónica a nuestra disposición): “En la próxima reunión creo que es posible la participación del BRICS Sindical. Asunto este compromiso con ustedes”.
Por su parte, la Confederación Sindical Internacional (CSI), uno de los dos bloques sindicales globales más fuertes y representativos a nivel planetario, celebró el nacimiento de ese banco y de ese fondo de reservas. Sin embargo, espera que se diferencie del FMI y del BM, dándole énfasis a “una distribución más equitativa de los ingresos, al desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y el trabajo decente”, según comunicado oficial de la CSI.
La CSI estima que el NBD de los BRICS y su fondo de reserva, deben propiciar la transformación estratégica de la actual arquitectura financiero-económica internacional; desechando las fórmulas neoliberales del FMI-BM, de austeridad y de ajuste estructural, que tanto dolor y miseria han causado a muchos pueblos del planeta, en especial, a las enormes masas trabajadoras.
Desde la corriente sindical en la cual militamos en Costa Rica, sentimos que este acontecimiento debe resaltarse, pues anhelamos que entre los países la asistencia para el desarrollo tuviera concreción en mecanismos más equitativos en la promoción de la justicia social y con pleno respeto a los derechos laborales. A lo mejor, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), de los BRICS, abre la oportunidad de una incidencia sindical global efectiva al respecto.