Los ojos abiertos de América Latina

Hoy no es un día feliz para la Operación Milagro. Este 2 de febrero el Centro Oftalmológico Omar Torrijos Herrera, ubicado en el Hospital Luis “Chicho” Fábrega, en la central provincia panameña de Veraguas, amaneció cerrado. La noticia ha generado gran repercusión mediática y angustia popular. No podía ser de otra manera, sobre todo porque les habían devuelto la visión ?que es la vida misma? a 49 715 seres humanos, la mayoría pacientes pobres, en especial campesinos e indígenas.

Tampoco es un día feliz para los médicos y personal de la salud cubanos que allí laboraban. Saben que les quedaba mucho por hacer en ese hermano país, donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha contabilizado a “69 521 personas que sufren de ceguera, de las cuales 32 056 están relacionadas con los diferentes tipos de catarata, y de estas 15 351 han perdido completamente la visión de ambos ojos”… ¿Por qué poner fin entonces a la mundialmente reconocida Operación Milagro?

Decisión unilateral

En el día de ayer, 1ro. de febrero del 2010, la Embajada de la República de Cuba en Panamá emitió una nota de prensa que despeja todas las incógnitas tras esta noticia: la decisión de concluir la Operación Milagro ha sido tomada de forma estrictamente unilateral por el gobierno panameño.

La nota oficial de la Embajada de Cuba explica que “el pasado 5 de enero, el gobierno cubano conoció a través de la prensa panameña, una intervención pública del Ministro de Salud, en la presentación del llamado Programa ?Visión 20-20?, la decisión del gobierno de Panamá de dar por terminada la cooperación médica cubana en ese país.

“Durante los 26 días transcurridos, la Embajada de Cuba se ha cerciorado, en diversos encuentros con altas autoridades panameñas, que no existe confusión ni malentendido alguno y que es firme esta decisión unilateral (…) Por tanto, el gobierno de Cuba ha decidido proceder a la retirada inmediata de su personal y del equipamiento médico. Lo hace con la satisfacción de haber contribuido a la elevación de los niveles de salud y de la calidad de vida del noble y fraterno pueblo panameño, en especial de sus sectores más vulnerables y de menos ingresos.

“El pueblo cubano, el gobierno y especialmente los 50 médicos y paramédicos que han trabajado en este centro por tres años, con elevado humanismo y rigor científico, plena consagración a su labor, estricta y únicamente médica, y que permanecieron separados de sus familias por muchos meses; agradecen al pueblo panameño toda su confianza y las extraordinarias y permanentes muestras de gratitud y cariño expresadas a nuestro personal”.

Y concluye la nota con un párrafo que ha sido ampliamente reseñado en la prensa panameña: “El tiempo dirá si los interesados en la abrupta conclusión de la cooperación médica oftalmológica cubana en Panamá, con el argumento de que ha dejado de ser necesaria porque será garantizada por los sectores público y privado de la salud en ese país, están o no en lo cierto”.

¿Qué pierdePanamá?

Inicialmente, medios de prensa panameños titularon “Dan ultimátum de salida a la Misión Milagro”. Con respeto a sus decisiones editoriales, les propongo un título más sencillo: “¿Qué pierde Panamá?”. Sí, porque la Operación Milagro se desarrolla actualmente con éxito en 35 países y ha devuelto o mejorado la visión de 1,8 millones de personas. ¿Será de esa oportunidad que se priva a un pueblo? ¿Acaso la decisión de un gobierno afecta la imagen de un proyecto sin precedentes en la historia de la humanidad?

La respuesta también cabe en una frase sencilla, pero triste: Pierde el pueblo. Veamos por qué: desde marzo del 2007 hasta el 30 de diciembre del 2009, en el Centro Omar Torrijos Herrera se operaron 44 486 ciudadanos panameños de diversos tipos de padecimientos de la vista, que son: catarata, pterigium, retinopatía diabética, degeneraciones periféricas de la retina, glaucoma de ángulo estrecho y otras cirugías (quistes hialino, granulomas, chalazion y obstrucción de vías lagrimales).

Como recuerda la nota de prensa de la Embajada de Cuba en Panamá, “antes de la apertura del Centro en Veraguas, se operaron en Cuba otros 5 229 pacientes, lo que eleva la cantidad total de personas beneficiadas con la Operación Milagro en Panamá a 49 715. Fueron evaluados previamente en la pesquisa activa 92 631 pacientes y de ellos, 74 961 en consultas en el Centro Oftalmológico”.

Al conocer estas estadísticas salta una pregunta: ¿Acaso la Operación Milagro no es complementaria de cualquier otro proyecto que surja en esta dirección? La respuesta puede encontrarse en cualquiera de los beneficiados por este proyecto. Existe otro número, que parece simple, pero que habla de la alta preparación de los especialistas cubanos que laboraban en Veraguas: entre los pacientes panameños se presentaron apenas 0.82% de casos de complicaciones posoperatorias, ninguno de gravedad, y los resultados clínicos y quirúrgicos están muy por encima de los estándares internacionales para este tipo de cirugía.

Lo que no olvidará Veraguas

Ubicada al centro de Panamá, la única provincia con acceso al Caribe y al Pacífico, atractiva por sus paisajes, rica por sus plantaciones de cereales, café y caña de azúcar, histórica por haber sido la cuna de ese gran amigo de Cuba que fue el General Omar Torrijos, Veraguas vivía orgullosa de haberse convertido también en el centro de los Milagros. Hasta su ciudad llegaron muchos panameños ya ciegos, que al ser operados por los médicos cubanos, abrieron sus ojos a un paisaje inolvidable.

Hoy, mientras usted lee esta nota, el medio centenar de especialistas cubanos que laboraban en Veraguas están de regreso a la Patria. De vuelta a casa. Llenos de historias, porque tras cada uno de sus pacientes hay una vida que contar. Tal vez muy tristes por la obra inconclusa, pero de seguro felices de sus 49 715 milagros. Saben que ellos hicieron realidad lo que había soñado el Comandante en Jefe Fidel Castro en una conversación en La Habana, durante una visita del entonces presidente Martín Torrijos.

En Panamá se ha puesto fin, unilateralmente, a un Convenio de Cooperación para la ejecución de programas en materia de salud (18 de marzo del 2006) y a un Acuerdo de Cooperación para la creación del Centro Oftalmológico Omar Torrijos Herrera (2 de marzo del 2007). La historia ha de reconocer que Cuba honró su compromiso. En Veraguas, de seguro, se recordará con cariño a esos médicos y por años se hablará de sus “milagros”.

Este 2 de febrero, mientras los médicos cubanos en Panamá regresaban a la Isla, centenares de sus colegas amanecieron en los quirófanos de las clínicas de la Operación Milagro en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Argentina… Y gracias a su labor otros miles de hermanos de América Latina abrieron sus ojos.

Fuente: granma.cu

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