ISP, 12 de febrero de 2015 – “Existen muchos motivos por los que los servicios públicos son esenciales para el crecimiento económico, mientras que otros modelos que promueven recortes en el gasto público y favorecen los intereses privados tienden inevitablemente a fracasar”.
Así es como Rosa Pavanelli, Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos (ISP), se dirigió a una mesa redonda sobre “la modelización del crecimiento económico del G20”, durante las reuniones de alto nivel entre las Federaciones Sindicales Internacionales, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional el 11 de febrero en Washington.
“En circunstancias de recesión y subempleo, el gasto público tiene un efecto de estímulo claro”, dijo Pavanelli.
“Lo sabemos desde hace mucho tiempo y cualquiera que haya observado el impacto de las medidas de austeridad en Europa puede reconocerlo hoy. Incluso el FMI ha reconocido con el tiempo la importancia del gasto público como agente multiplicador”.
“Además, los servicios públicos contribuyen a la productividad laboral, a una menor desigualdad y a la estabilidad macroeconómica necesaria para el crecimiento y especialmente para defenderse de los choques. La crisis del ébola es un claro ejemplo de cómo la falta de inversión en servicios sanitarios públicos y universales repercute en la economía en general”.
La Secretaria General de la ISP destacó que las ISI todavía promueven ‘modelos de crecimiento económico’ cuyo objetivo es favorecer a los intereses privados en lugar de proteger el interés general y los bienes comunes. Las reformas laborales que reducen los derechos de los trabajadores y la estabilidad laboral y el estímulo fiscal que legaliza la elusión legal de impuestos para los inversores extranjeros, en particular las empresas multinacionales, han empeorado la situación en lugar de impulsar la recuperación. Entre estos modelos, también promovidos por el Banco Mundial, el G20, la OCDE, así como las Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se encuentran las asociaciones público-privadas (APP).
“Existen numerosas pruebas de que las APP son más caras y mucho menos eficaces y a menudo crean corrupción, lo que perjudica gravemente a la economía y los/las contribuyentes, sin mencionar que a menudo no ayudan a proteger el medio ambiente y no garantizan un acceso universal a servicios públicos de calidad”, dijo Pavanelli.
Necesidad de crecimiento, empleos y salarios más altos
En la mesa redonda, el consejero económico del FMI, Olivier Blanchard, presentó el último informe Perspectiva de la economía mundial y señaló que, a pesar de la disminución del precio del petróleo y la inflación, el Fondo hacía todavía revisiones a la baja del crecimiento potencial en 2015, especialmente en los mercados emergentes.
“Esto tendrá repercusiones en el empleo, con una mejora para los mercados de trabajo aunque siga existiendo una brecha laboral con salarios bajos persistentes”, explicó Blanchard.
Según William Spriggs, economista principal de AFL-CIO, hay una gran preocupación en Estados Unidos por la participación escasa de la mano de obra y la reducción de salarios, lo que tiene consecuencias graves para la igualdad.
John Evans, Secretario General de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC), también hizo hincapié en la necesidad apremiante de intervenir en materia de empleo y salarios, “la verdadera cuestión es cómo incrementar la inversión en infraestructuras públicas y de este modo impulsar el crecimiento y cómo estas medidas pueden contribuir a la redistribución de la riqueza. En este sentido, la negociación colectiva solamente puede considerarse como una herramienta y un factor positivo”.
Hilma Mote, CSI África, destacó la necesidad de que el FMI apoye la inversión en infraestructura para el desarrollo, en particular en transporte, energía y TIC, con el fin de diversificar la economía y aumentar la productividad.
“Me alegra que el FMI haya pedido reformas estructurales, pero las reformas deben responder a las necesidades y aspiraciones de los africanos y africanas”, dijo Mote.
“África debería dejar de contribuir al crecimiento de otros países a costa de su propio crecimiento”.