En la Costa Rica de hoy es usual escuchar hablar de campañas sobre “_rescate_” de valores sin embargo resulta verdaderamente una travesía casi impensable si partimos del hecho que lo primero que se debería rescatar es la constitución de la familia.
Nuestra constitución establece la familia como la base fundamental de la sociedad, en el seno de la familia se infunden los valores que luego se heredan de una generación a otra.
Lamentable e inmensamente doloroso decir, imposible rescatar algo que no ¡¡existe!! Se puede rescatar a una persona que se halle secuestrada, rescataron a los mineros en chile, pero ¿los valores se podrán rescatar? Si partimos de la teoría de que estos se forman en el seno del hogar y se dispersan en la convivencia, no tenemos mucho que rescatar por cuanto desde hace mucho las familias se volvieron disfuncionales, sin diálogos, con poco contacto entre las partes, el aumento en la cantidad de separaciones, divorcios con números alarmantes y como consecuencia rebeldía en jóvenes carentes de valores, con algunas muy contadas excepciones.
Ahora bien, podríamos revisar si estos sufrieron modificaciones por la influencia de otras culturas y en definitiva la perdida de la propia identidad del ser costarricense, existen varios factores detonantes de la decadencia de valores que hoy nos tienen movidos a lo que llaman el rescate de los mismos mediante promoción de actividades como juegos tradicionales y esto me lleva a reflexionar en cómo lograr que hoy un niño o adolescente que tiene una serie de opciones electrónicas como videojuegos, computadoras con Internet, celulares y otras opciones se interese en juegos tradicionales.
Además, se deben señalar algunas de nuestras “_mutilantes_” leyes que se convirtieron en un efecto anti valores, posiblemente la intención fue buena al procurar disminuir o erradicar los malos tratos hacia la persona menor, pero como suele suceder en nuestro medio se paso de un extremo a otro.
Si bien se dieron en nuestra época algunos abusos y malos tratos que de alguna manera debieron modificarse, hoy en día los padres difícilmente pueden corregir a sus hijos que llegan a media noche, que fuman a temprana edad e inclusive ingieren licor u otro tipo de drogas, porque termina este denunciándole ante el Pani e inclusive en algún Juzgado de Familia. Literalmente la figura de autoridad de los padres y madres se rompió al igual que la herencia de valores.
Los Valores en Seguridad Publica y que Podemos Hacer
Al hablar de Valores no podemos dejar de lado las constantes muestras de antivalores que tenemos cada vez más frecuentes en donde figuran personalidades Políticas, Funcionarios de poderes de la República y de casi todas las instituciones públicas vinculados en casos de corrupción entre estas la Fuerza Pública.
En Seguridad Publica, la mayoría de sus miembros forman hogares disfuncionales, evidentemente no estamos ajenos de esta situación, aunque aquí se cuenta con personal de diferentes generaciones, se podría trabajar en inculcar y reforzar valores doctrinarios en los jóvenes de nuevo ingreso y respaldar las acciones de los de más experiencia quienes promueven una cultura inspirada en estos, favorecer las relaciones en los hogares de los miembros de la Fuerza Pública, sé debe buscar un punto de equilibrio.
Finalizo mi comentario honrando a la mujer que marco mi vida, mi madre, ella que me enseño a enfrentar las cosas con valor, a pedir disculpas cuando debiera hacerlo y mantenerme incólume en mis convicciones e ideales, ella me dijo una vez “_Jamás vendas tu dignidad por una taza de comida_” esta frase la recuerdo cada vez que alguien ha intentado sobornar mis actuaciones e inclusive me dijo “_mejor morir como valiente que vivir como cobarde_” esta la aplico cuando con artimañas intentaron aplacar el ímpetu la mística y el deseo de servir, “_El verdadero valor de un hombre consiste en tener dominio de sí mismo_” por eso digo los valores son una herencia.
Mainor Anchia Angulo
Oficial de Policía
Directivo Nacional de Anep